martes, 1 de diciembre de 2009

! Criaturitas...¡

Cada cierto tiempo encontramos noticias en prensa que nos causan asombro, estupefacción, y a veces incluso risa. Y es así como me encuentro un estremecedor relato, el tremendo testimonio de Eduardo Suarez, corresponsal del periodico en Londres, que dice así:
"Hay mujeres que darían lo que fuera por tener un par de orgasmos a la semana. Y, sin embargo, durante años Michelle Thompson hubiera dado lo que fuera por bajar de los 300 al día.
(Sí, habéis leído bien... dice !! 300 al día ¡¡ )
Durante años pero ya no. Porque Michelle ha dado por fin con la horma de su zapato: Andrew, un vecino divorciado capaz de satisfacer su voracidad. (El periodista no dice si ya estaba divorciado antes de conocer a Michelle, o si fue esta reciente amistad la causante de su ruptura matrimonial... que todo pudiera ser... cosas mas raras se han visto por ahí...)
Lo de Michelle no es un vicio sino una enfermedad poco frecuente llamada SINDROME DE EXITACIÓN SEXUAL PERSISTENTE. (! Vale, de acuerdo... una enfermedad... Pero aún así, Michelle... ¿no crees que te estas pasando ? ¿Pero Michelle, tu sabes lo que son 300 de eso ?)
Hasta ahora Michelle había sobrellevado su trastorno entre la alegría y la desolación. Alegría por el trajín repentino y constante que le late en la entrepierna. (Es de suponer, Michelle, nos hacemos cargo) Desolación por no poder encontrar un hombre que lo satisfaga. (Ay, ay ay...)
Los hombres se cansaban de ella
_ Pero cuando se lo dije a Andrew - aclara Michelle- se rió y me dijo que él acabaría conmigo primero. (Bien por Andrew, bien... bien, bien-bien-bien-bien)
Dicho y hecho: Michelle y Andrew viven en la misma calle pero en casas distintas y de vez en cuando cruzan de acera para abandonarse a los placeres del dulce meneo. (¿ Dulce meneo ? ¿Es así como lo llaman ahora ?)
_ Yo podría hacerlo las 24 horas del día y él también. normalmente cruza la calle hasta mi casa para tener sexo.
_ Y lo hacemos al menos 10 veces al día", dice Andrew. (Vamos a ver, vamos a ver... Andrew... que a mi no me salen las cuentas... Tu debes cruzar mas veces al día... ¿verdad? Porque... 300 orgasmos en solo 10 viajes...)
Un traqueteo que ha disparado la calidad de vida de Michelle. (Y tanto que se le ha debido de disparar. Y ¿ves? traqueteo ya va siendo mas apropiado. Menos grosero que "follar" pero no tan remilgado como "dulce meneo") Sumida antes en una insatisfacción continua por culpa del trastorno. (¿ Trastorno. ? Ya estamos de nuevo con el lenguaje rebuscado... Bueno, venga... aceptamos pulpo....) Y no sólo en el plano personal sino también en su puesto de trabajo, pues tuvo que dejar su empleo en una fábrica de galletas porque el ruido de las máquinas le provocaba orgasmos continuos. (Joder, Michelle... eso casi que no me lo puedo creer... y cuando te sucedía... ¿Tu que hacías....? Creo que voy a dejar de comer galletas...)
Andrew es el primer hombre que está a la altura del reto de Michelle. Por su cama han pasado muchos hombres. (Ya me parecía a mi que tu, Michelle, con síndrome o no, eras un poquito casquivana. ¿A que sí...? ! Di la verdad, Michelle ¡) El primero aguantó sólo unos meses, incapaz de seguirle el paso. Hubo uno que aguantó cinco años pero también tiró la toalla.
_ Cuando rompimos, estaba exhausto, era un hombre derrotado", dice ella. (¿ Tu que te creías, Michelle?... Yo no te hubiera aguantado ni 5 días... ya solo con el trajín de cruzar la calle 10 veces al día...)
Antes, Michelle buscaba una cura para sus orgasmos. Ahora no. Dice que le basta con Andrew. (¿Estas seguro Andrew ? ¿Completamente seguro)
_"Ahora amo la vida de verdad, estamos planeando mudarnos a una casa juntos y lo haremos en cuanto podamos permitírnoslo. ( ! Hombre, buena idea ¡ Eso allanaría mucho el camino) He estado buscando alguien como Andrew durante mucho tiempo y ahora me siento como si estuviera en el cielo". (No blasfemes, Michelle, tu limitate a lo tuyo...)
Suponemos que Andrew, por ahora, también. (Cuentanos, Andrew, ¿tu le tienes que dar un mazo a las pastillitas azules, verdad ?)
Esta es la tremenda historia de estas dos criaturitas del Señor. Dios los cría, crea el síndrome ese, y ellos se juntan... Pero "se juntan" diez veces al día, ...y lo hacen 30 veces cada vez para un total de 300 orgasmos... una exageración... ! vamos, un dislate. ¡

2 comentarios:

NORA dijo...

Hola, tu entrada de hoy ha provocado que escriba.
Opino que 300, no es ni mucho ni poco, simplemente es mentira que diria mi amiga Visi.
¡Uf que loba! sería capaz de acabar con la adicción de varios personajes conocidos adictos al "dulce meneo".
Pero si resulta que es verdar,¡ chica que aligría!, danos la receta, jeje.
Besos

Lorena dijo...

Vaya con la Michelle... De currar ni hablar, pero es oír una máquina de galletas en marcha...y dulce meneo que te crío... no sabe esta ni ná... jajaja

El domingo precisamente me vi la peli de "Diario de una ninfómana", y la verdad es que aparte de lo cómico de la situación, para el que lo sufre puede ser un impedimento bastante grave para hacer una vida normal. Claro, que yo pienso... con 300 orgasmos al día, ¿quién quiere una vida "normal"?