martes, 30 de octubre de 2007

Aquello iba tomando forma

Tras varios meses de entrenamientos casi diarios, muchas lecturas "ambientadoras de valores", compras del material necesario y visitas continuadas a varios foros de internet, en las que solo espiaba lo que se decía, sin entrar en las charlas, no fuera que se me notara demasiado mi bisoñés en la materia, me consideré preparado para la aventura. Solo faltaba decidir, desde donde salir en Galicia, y como llegar hasta allí en el menor tiempo posible.

Y la idea me surgió, leyendo en algún sitio, un artículo sobre O'Cebreiro, la aldea del milagro, al inicio mismo de la Comunidad Gallega. Las jornadas de las etapas desde allí me cuadraban perfectamente, e incluso me dejaban algún día libre para visitar Santiago. ¿Pero como llegar hasta la aldea? Aquello se estaba convirtiendo en un quebradero de cabeza.


Pero un día, subiendo en el ascensor con mi vecino Mariano, comenté mi viaje a Santiago, y ante mi estupor, me contestó que el acababa de volver. Que había empezado el Camino en Sarria, donde tenía parada el tren Madrid-Ferrol, y había realizado la peregrinación con sus tíos, ya mayores, pero sin mayores problemas habían llegado hasta Santiago. Y que no veía el momento de volver de nuevo. Tal era el impacto que había causado en el todo lo relativo al viaje.


Mariano, un joven empleado de la construcción, era la ultima persona a la que hubiera imaginado haciendo el Camino de Santiago. No sé el porqué. Lo que si sé, es que de esta experiencia aprendí, ya para siempre, a no subestimar a nadie. A no fiarme de "mi intuición". Mariano, desde entonces, cada año en el mes de Junio, pasa una semana de sus vacaciones y siempre con sus familiares haciendo un tramo del Camino.


El como ir de Sarria al Cebreiro, fue bastante fácil llamando a la estación de autobuses de Sarria e informándome de a que horas había combinación con la aldea. De nuevo la suerte me sonreía, el tren llegaba a las 6 de la mañana, y el bus subía al puerto a las 7,30... tiempo mas que suficiente.


Unos días después compré los billetes de tren, primero a Madrid, para enlazar con Galicia. Y solo me quedaba esperar el gran día, el 9 de Septiembre 2.004, en que iniciaría mi primer Camino a Santiago.




La leyenda del Santo Milagro de O'Cebreiro: Alrededor del año 1.300, un vecino de Barxamaior, Xoan Santín, muy devoto de misas y la eucaristía, subió hasta el santuario de la aldea en un día de nieve y gran ventisca. Misaba entonces un clérigo descreído que, cuando apareció aquel, totalmente agotado y muerto de frío, pensó para si mismo al tiempo que consagraba: "Desde luego es bien tonto este hombre, acudir en este día y soportando la tempestad, total para ver un pedazo de pan y un poco de vino". En ese mismo instante, la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, y la imagen de la Virgen y el niño, que aun se conservan, avanzo la cabeza y abrió asombrada los ojos.


Cuando en 1.486 Isabel La Católica paso por allí, donó de su ajuar dos ampollas de cristal de roca y plata, para guardar dignamente las reliquias. Hoy siguen expuestas en una vitrina, junto con el cáliz y la patena originales del siglo XII. Dos sepulturas acogen, en la misma iglesia a los dos protagonistas del milagro. Una gran romería celebra el suceso los días 8 y 9 de Septiembre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cualquier camino que inicies , se sentira muy digno y agradecido si tu lo pisas.
Animo sigue la marcha , lo haces muy bien.

Anónimo dijo...

Que pasa eres un maquina, eres el seres más encantador y mejor persona que me he podido encontrar en este planeta del mundo mundial, dale gracias a la vida o a DIOS, por todo lo que tienes y te rodea (Mª Dolores, hijo, amigos, etc.) besos