miércoles, 18 de marzo de 2009

La terraza del Cowboy

Mi tortilla debió dar envidia a Esperanza, o abrirle el apetito. Mandó a su marido a por algo que comer, lo que yo aproveché para acompañarlo y pedirme una nueva coca cola. Ahí dejo la foto para el recuerdo. Javier se decantó por la empanada gallega y de nuevo volvimos a nuestra terraza, donde la siguiente media hora observamos como la vasca intentaba meterle el diente a aquella especie de suela de zapatilla.
El sol calentaba que daba gusto. Creo que hasta me descalcé para disfrutar mejor de aquel momento de tranquilidad, de relax, de sosiego... Pero cerca de nosotros, un pequeño grupo de peregrinos armaban algo de follón con sus comentarios y sus risas. Sobre todo destacaba de todos ellos, la potente voz de un joven que parecía el claro animador de aquella variopinta peña.
De pronto el muchacho se fijo en Javier. Mi amigo, como creo haber apuntado aquí ya otras veces, es vasco, mas concretamente de San Sebastian, y seguidor de la Real Sociedad. Ningún forofo... no os vayáis a creer, y si alguna vez lo fue, ahora a sus 60 años, con ese apaciguamiento del espíritu que da la edad, apenas si se le nota. En cambio gusta siempre, todos los años, de llevar alguna camiseta con los colores de su equipo de fútbol, y aquel día tocaba zamarra deportiva, con el escudo y el anuncio de la marca Krafft que lucen los xurriurdin.
El joven al ver la camiseta entabló, desde donde se encontraba, conversación con Javier, y por consiguiente con todos nosotros. Resulto ser, además de ruidoso, un tipo la mar de simpático, extrovertido, chistoso... un autentico payasete, en el mejor sentido de la palabra. Nos contó que caminaba con tres italianos a los que había conocido tres años atrás haciendo el camino en Roncesvalle entablándose así una buena amistad hasta Burgos, donde lo habían dejado. Y aquel año los había convencido para acabar con la ruta a lo que ellos se habían apuntado inmediatamente. Su madre era de ascendencia vasca, aunque el y su familia eran de Madrid, donde trabajaba en Telefónica. El tipo era la traca... de apenas 30 años pero con una edad mental de solo 15 pues de todo sacaba punta y gracietas... algo así como nuestro Vecino de Abajo, pero con algo de sobrepeso... y desde luego mucho mas pelo.
Y en esas estábamos cuando de pronto el tio suelta que el año anterior había hecho el Camino del Norte, por la Costa del País Vasco... A mi se pusieron tiesas las antenas pues cualquier información de ese camino me podía interesar. Le hice varias preguntas y me fue confirmando punto por punto las impresiones que yo tenía preconcebidas de aquella ruta... que si poquísimos albergues, pero bastante bien de hostales y pensiones... que si etapas algo durillas pero en el fondo llevaderas, etc... Pero sobre todo, y sobre lo que mas incapie nos hizo fue en los maravillosos paisajes y lugares por donde discurría aquel tramo del Norte, recomendándome el realizarlo pues no me iba a arrepentir en absoluto.
En unos pocos días mas, yo acabaría el Camino Francés, una vez llegara a O'Cebreiro. Y ya andaba viendo la posibilidad de realizar algún otro de los muchos caminos que existen. Desaconsejado por MªCarmen el Primitivo, por diferentes motivos y sobre todo por su dureza y nulas o defectuosísimas infraestructuras, solo quedaba la Vía de la Plata o este del Norte por hacer y que valieran la pena. Tras hablar con aquel joven, cuyo nombre era Javier, tomé la decisión de realizar en 2.009 el Camino del Norte y a raíz de esta idea ha surgido el proyecto juntamente con Rafa, el Vecino de Abajo de hacerlo juntos... y en esas estamos. !! Camino del Norte, preparate ¡¡ Que en solo unos meses un alicantino y un almeriense... y me temo que dos vascos... te haremos cumplida visita... si Dios y el Apóstol quieren, lógicamente.

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