lunes, 26 de noviembre de 2007

Ultima etapa

La gente, nerviosa por llegar cuanto antes a Santiago, empezó a removerse por el albergue bien temprano. Con lo que nosotros también nos pusimos a funcionar. Cuando salí de la cama y empecé a vestirme, MªJesús me avisó de que tenia una ampolla en un pie. Me quedé mirando aquel pellejito que, efectivamente, estaba en la planta de mi pie, pero no contenía agua, no me dolía, y solo era la señal de los casi 140 Kms. que llevaba andados. No obstante, la asturiana me dió un parche de silicona, marca compeed, mas valía prevenir.
A las 7 ya estábamos desayunando y esperando a las granadinas. Media hora después, ya estábamos en marcha. La oscuridad era total cuando nos internamos por un bosque a la salida de Pedrouzo. La niebla, cerradísima, no ayudaba a distinguir el sendero. Nos dimos cuenta que no llevábamos linternas lo suficientemente potentes para caminar en aquel estado y ya estábamos perdiéndonos por un sendero equivocado, cuando vimos a un peregrino extranjero con una buena linterna en la cabeza, que caminaba como a plena luz del día. Volvimos sobre nuestros pasos y lo seguimos a prudente distancia. La suficiente como para distinguir las flechas pintadas en los árboles. De no haber sido por aquel tipo, lo hubiéramos pasado realmente mal.
El frío y la humedad del ambiente eran tremendas. Fue el día en que pasé mas frío de todos los que llevábamos andando, no estábamos acostumbrados a madrugar mucho y sobre todo a andar a oscuras.
Una hora mas tarde con más claridad y ya menos niebla, atravesamos una amplia zona boscosa compuesta de altos eucaliptos. Las subidas y bajadas del terreno nos hicieron entrar en calor.
Nada mas salir de aquella zona empezamos a ver las señales de aproximación para los aviones del aeropuerto de Lavacolla, y al alcanzar San Paio encontramos un magnifico restaurante donde tomamos algo caliente y reconfortante.
Tras una fuerte subida desde la que pudimos ver aterrizar aviones, pronto llegamos a las inmediaciones de una autovía, desde donde solo 10 Kms. para la capital. Allí daba inicio un andadero en el que una estatua de un santiago peregrino hacía imprescindible una foto. No creo que haya muchos peregrinos que se resistan a ella, y nosotros no fuimos excepción.
De ahí hasta el pueblo de Lavacolla, donde yo me entretuve fotografiando su famoso arroyo, y apunto estuve de caer en el, ya que cuando me agaché para obtener un ángulo diferente, desprevenido, una rana saltó hasta el agua asustándome, con lo que perdí pie y acabé milagrosamente con solo un brazo dentro de la fría agua.
Andando solo, fuí ascendiendo hasta Vilamaior, donde a la entrada del pueblo había una anegada poza y su correspondiente paso lateral, así como un antiquísimo horreo de madera.
En la inmediaciones de los centros de la televisión gallega y de televisión española, en el bar de un camping, me esperaban mis compañeros y tras un buen pedazo de torta gallega como almuerzo, recorrimos los últimos metros hasta el Monte Do Gozo, donde hubo muchas mas fotos que hacer, aunque no excesivo "gozo" ya que andábamos algo nerviosos y con prisas por llegar a la Catedral, presintiéndola tan cerca.
Tras visitar brevemente el enorme albergue, fuimos encaminándonos hacia la entrada de la ciudad. Emocionante fue cuando trás atravesar el Ponte San Lazaro, vimos el cartel de la ciudad de Santiago, y más adelante el Monumento a los Peregrinos Ilustres. Ya nos hacíamos bien cerca de nuestra meta. Pero no contábamos con el largo trayecto de la entrada a una gran capital. Fueron casi dos horas de interminables calles

1 comentario:

Anónimo dijo...

Leyendo tus experiencias, te dan ganas de ponerte en camino. Debes de ser una persona muy organizada y sobre todo con mucho tiempo libre para escribir como lo haces. Yo hice el camino hace años, pero no tuve tanta suerte como tu porque fue en una época en que hacia frio y los caminos estaban casi desiertos, pero de todos modos me gusto la experiencia.
Debes ser un ser solitario y sin familia para dedicarle tanto tiempo a tu escritura.

Este año, te marchas de nuevo? Vas solo? Te acompañan compañeros de otros viajes?
Ha sido agradable leer tus etapas, sigue así porque dan ganas de volver. Un saludo