jueves, 28 de mayo de 2009

Ahí va mi piedra

Un buen numero de peregrinos andaba encaramado sobre la pirámide de piedras, cada uno intentando inmortalizar en foto su dulce momento. Sacar una instantánea de la Cruz en solitario se convirtió en misión imposible aunque yo lo intentaba esperando y esperando. En ese momento, por la carretera pasó un ciclista que grito... "alicantinoooooos". ! Coño, ... si es que ya soy famoso por estos pagos...¡¡ Pero un matrimonio que esperaba su turno para la foto junto a mi devolvió el saludo con un: "Adiós, crevillentinooooo". Resultaron ser noveldenses y, con la conversación que surgió entre nosotros, conocidos de Federico Ramirez el presidente de mi Asociación de su etapa en un banco en Novelda. Me dieron recuerdos para el, que transmití nada mas volver a casa. Es curioso lo que ocurre cuando, lejos de tu terruño, te encuentras con algún paisano. Surge en el interior una agradable sensación, de cercanía, de solidaridad, de inmediata amistad que, aunque fuera el mismísimo Lucifer... lo invitarías a cañas y hasta le reirías las gracias... solo porque es de tu pueblo.
Pero aparte de la pequeña ermita levantada en 1982 por el Centro Gallego de Ponferrada no existía allí lugar para invitaciones con lo que me dediqué a lo mio que era conseguir mi foto.
Deberé decir antes de nada, que subiendo a Foncebadón me había agenciado una nueva piedra. Aquel terreno por el que ascendíamos estaba lleno de piedras mármoles, y yo elegí una especialmente blanca para depositarla junto a la cruz. En el camino a Astorga había tomado "prestada" la famosa piedra escrita en japonés o coreano, con la intención de tirarla en el montículo, pero a estas alturas me había encaprichado con ella y no estaba dispuesto a perderla aunque fuera en un acto tan señero y emotivo como aquel que estaba a punto de realizar.
Por tanto, dejé mi cámara a Esperanza para que me hiciera la foto, no sin antes instruirla largamente sobre el noble arte de la fotografía, las técnicas de enfoque, velocidad de obturación, ISO, ASA, Zoom, etc... (lecciones a las que tengo muy acostumbrada a MD, y que le repito incansable a cada foto que saca, a pesar de las raras muecas que me hace en cuanto me doy la vuelta) .... ! Bueno ¡ Pues la vasca me sacó la foto cortándome la cruz de hierro, como se puede apreciar en ella. Juro por mi honor, que al final del palo existe una pequeña cruz... por eso el lugar se llama Cruz de Ferro.
!! Si es que no puedo con ellas ¡¡ ! Mira que se lo explico bien... pero nada... En fin... ahí queda la foto en el mágico momento de depositar, con gesto solemne, mi propia piedra y contribuir a que la montaña crezca un poco mas, peregrino a peregrino, piedra a piedra.

1 comentario:

M. Carmen dijo...

Buenos días a todos:

Una vez más doy fé de lo que dice Alberto. Hay una Cruz al final de esa foto. Le he enviado una de las que me hice para que lo comprobéis. A nosotros también nos resultó misión imposible hacernos la foto sin tener acompañantes. Parecía más una foto de boda real que de peregrinos.

Besos a todos