En este "El Jardín de la Oca", que hace referencia al tablero del popular juego por todos conocidos y que era considerado un tablero de adivinación para algunos iniciados, sitúa la acción en el siglo XIII y en plena Ruta peregrina del Camino de Santiago jalonada de encomiendas y casa templarias. Desconozco si la autora ha realizado en alguna ocasión el Camino, pero de lo que no cabe duda es de que acertó refiriendo lugares de notorio sabor Jacobeos como Puente La Reina-Gares, Najera, Santo Domingo, Burgos León, Astorga, Ponferrada, Compostela, Finisterre..., burgos y aldeas que son recorridos por los protagonistas y por su antagonista, un personaje oscuro, obseso y escurridizo, y que hacen evocar a cualquier peregrino actual que lea la obra, múltiples recuerdos de aquellos maravillosos lugares por los que también ellos pasaron.
Bien documentada históricamente, como en todas sus novelas, nos regala y relata momentos de la construcción de las catedrales de Burgos y León siendo algunos de sus personajes, maestros constructores, canteros, carpinteros y artistas escultores de las obras. Los usos y modos de vida de esa época de la Edad Media y de los millares de caminantes cristianos, aventureros, tunantes, freires templarios, judíos y moros que vivían y recorrían aquellas tierras son tambien retratados con singular detalle.
Tambien es muy de agradecer el cuidado con que se toma en el relato temas tan simples, tan sencillos y a la vez tan importantes como las formas de vestir y tejidos de la epoca, los nombres y propiedades de las diferentes flores y hierbas; de los diferentes tipos de árboles; de los nombres de la iglesias de los diferentes burgos y villorios; de los montes que circundan los tramos y, en definitiva, el gran trabajo que se debió realizar en la confección de la obra, pero que le da ese punto de valor añadido hasta haber conseguido un relato redondo, pleno de matices.
Al leer el libro surgen, sin querer, comparaciones con "Jacobus", ese otro libro de similar ambientación escrito por Matilde Asensi. Pero Toti Martinez consigue que su brillante narración sea todavía mas creíble, al huir de los típicos misterios templarios, sus tesoros escondidos y tramas rebuscadas y fantásticas, cuando todo hacia pensar lo contrario.
Un libro muy ameno que se lee de un tirón, que consigue mantener el misterio y el interés hasta su final y que seguro no defraudará a nadie.
3 comentarios:
Siempre se agradece un consejo sobre lecturas.
Un saludo
Ya veo que no descansas el fin de semana. Yo estoy espero ver a Nereida que este fin de a venido a Madrid.
Un beso
¡como estoy de burra! mira que poner «a venido». La H me la he debido dejar en el hueso de las cerezas. Perdón por el error.
Besos
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