lunes, 31 de marzo de 2008

Agua a manta

Una vez descansados y contentos mis coleguillas canarios, nos pusimos de nuevo en marcha entrando en la pequeña localidad. Apenas habíamos andado un centenar de metros, cuando la lluvia arreció, y de que manera. Conseguimos llegar a duras penas hasta lo único que encontramos abierto, un pequeño albergue de peregrinos justo enfrente de la cerrada Iglesia de Sta. María donde se encuentra la pila bautismal de Santo Domingo, pero completamente desierto, sin nadie a quien dirigirse.
! Que manera de llover ¡ Cuatro Kms. mas adelante, en Viloria de Rioja, mi amiga Carmen y Luis Angel, su marido, lo pasaban igual de mal que nosotros, y como muestra incluyo una foto que me manda de aquel momento. Me jura y perjura que es ella, pues no se la reconoce. Al gracioso de"Uno mas" contestando a su primer comentario en este blog le digo que, los de secano, efectivamente, nos ahogamos en un vaso de agua, con lo que tiene mas merito si cabe, haber salido indemnes de aquel conato de fin del mundo que se nos vino encima aquella etapa.
Era increíble ver como corría el agua por la calle Mayor, o como los desagües de las casas arrojaban el agua de los tejados, y como corría esta por la pendiente de la calle. Yo que viví en primera persona la Riada del 82 en Alicante, y mas tarde la del 92, no había visto llover tanto desde entonces.
Esperamos a que amainara el temporal, y buscando algún bar abierto fuimos saliendo del pueblo, para dos Kms. después, ya en Castildelgado, tener que volver a correr para resguardarnos de una nueva tronada. Allí, bajo una marquesina coincidimos Jesús y yo, con dos parejas de catalanes, y la pareja de italianos de Grañon. Hasta entonces, no me había fijado en lo guapa que era la muchacha, y allí, esperando que pasara la tormenta, me quedé embobado mirando aquella beldad morena de ojos claros.
Los italianos ya tenían bastante "de Camino de Santiago". Comentaron que iban a buscar alguna parada de autobús para llegar hasta Belorado y de allí tratar de volverse a su tierra ya que tenían algunos problemas físicos. En aquel momento vimos pasar a lo lejos a Pedro, con su impermeable y su paraguas rojo. Sorprendente, que en solo media hora le hubiéramos sacado tanta ventaja a aquel elemento.
En Castildelgado, de nuevo nada abierto, y ni un alma a la que preguntar. Solo los locos de las mochilas se movían a duras penas, casi nadaban, por el pueblo, y así llegamos a Viloria de Rioja, pueblo en que había nacido Santo Domingo de la Calzada. Menos mal que una vez muerto le habían hecho un bonito mausoleo y toda una Catedral en Santo Domingo, porque lo que es en vida... y mas concretamente en su pueblo natal, la cosa daba cierta vergüenza. Para empezar, el cartel anunciador de la localidad y de la efemérides de su nacimiento, en un estado lamentable, oxidado, abollado y amenazando caer a tierra con el siguiente soplo del viento. El pueblo abandonado y con la mitad de las casas amenazando ruina. Lógicamente, nada abierto donde reponernos de la lluvia y del frío pasados durante esa parte de la etapa. Nadie por las calles, y hubiéramos creído que aquello estaba abandonado a no ser por un paisano que asaba a soplete su ración del día de pimientos. Un albergue, con banderas brasileñas en su fachada, también cerrado, y nosotros con tanta lluvia como había caído en las tres últimas horas, sin ni siquiera agua que beber.
Puse todas mis esperanzas de un café caliente y un bocadillo, aunque hubiera sido de chooped, en el siguiente pueblo, Villamayor del Rio a solo cinco Kms. por lo que puse "la directa" dejé atrás a mis lentos y molestos acompañantes y me encaminé hacia allí a toda prisa. Pero aquella etapa no era para optimistas... y yo pequé de ello en exceso.

sábado, 29 de marzo de 2008

Empieza el diluvio

Y en aquellos soportales del Ayuntamiento de Grañón nos fuimos cobijando mas y mas peregrinos, incluidos los canarios que corrieron, (bueno... es un decir...) para resguardarse, tras dejar algunos tomates tras de si por la calle. Llegó un momento en que los peregrinos que iban pasando por la calle mayor, debían continuar y pasar de largo ya que el lugar estaba a rebosar. Franceses, alemanes, una pareja de italianos, una brasileña que me preguntó por Marcelo el carioca de Najera... gente de todos los confines, al menos una muestra de cada. Aquello parecía el Arca de Noé a punto de zarpar; el diluvio asegurado; solo faltaba montar el belén.
Uno de los listos del pueblo, había montado junto a nosotros un tenderete, donde vendía colgantes con figuritas de Taus y flechas amarillas de madera que el mismo tallaba y pintaba. Como no había nada mas interesante que hacer allí, mas que ver jarrear agua, me acerqué y le compré una de cada.
Media hora después, aquello no parecía que fuera a mejorar. Noé iba perdiendo clientes, eso sí, los mas valientes o mas desesperados, que habían optado por seguir camino bajo el fuerte aguacero, y ya podíamos movernos muchos mejor bajo los soportales. Decidí sacar mi poncho e ir colocándomelo. Al verme, mis canarios empezaron a remover sus mochilas buscando sus impermeables. ! Madre mía... lo que salió de ellas ¡ Cubiertos, platos de aluminio, zapatos de vestir, vaqueros, secador de pelo... y lo mas inverosímil... un enorme rollo de cinta de embalaje, cuyo uso, allí en pleno Camino de Santiago, solo ellos debían de haber imaginado.
Fuimos de los últimos en abandonar el lugar. Hasta la paloma de la ramita de olivo hacía rato que había continuado la marcha. Fuimos saliendo del pueblo, yo avergonzado por la indumentaria que finalmente habían elegido Pedro y Jesús... un chubasquero rojo de la tienda de 20 duros y un paraguas igualmente rojo.... con aquellas tintas parecían las Señoritas de Chesburgo. Ya lejos de la vista de los lugareños, accedí a que me hicieran una foto con su ridículo paraguas, al menos para que quedara constancia gráfica.
Transitamos por zonas de parcelaciones agrarias que habían hecho desaparecer el antiguo camino, lo que daba lugar a tremendos rodeos sorteando los campos de cultivo. Pedro, decidió atajar a campo través. Fue quedándose paulatinamente atrás, e incluso Jesús, que normalmente hablaba poco, hizo un comentario sobre la tozudez de su compañero, dándole por imposible. Cuando llegamos al limite entre las regiones riojana y de Castilla y León, señalizado por unos enormes carteles de despedida y bienvenida tuvimos que esperar al "listo", que venía muy rezagado, con cuatro o cinco kilos mas de peso, en forma de barro que se le había adherido a las botas. Hablé con Jesús, y le dije que me adelantaba y continuaba mi camino pues no tenía sentido que todos nos caláramos. Y seguí yo solo. Tal como dice Rafa de Almeria... mejor que mal acompañado.
Media hora después la lluvia nos dio una pequeña tregua, pero el cielo seguía encapotado.
Unos kilómetros mas allá, llegué hasta Redecilla del Camino, primer pueblo de la provincia de Burgos, en cuya entrada y en una oficina de información al peregrino me dieron un librito que me ha sido muy útil en todo el tramo que discurre por esa enorme región castellana, ya que vienen señalizados cada pueblo por el que se pasa, los Kms. hasta el siguiente, los albergues y sus direcciones y aforos.
Compré en aquella pequeña oficina algunas postales, y me entretuve hablando con un veterano ciclista sevillano que curiosamente iba acompañado por otro japones. Cuando iba a reiniciar mi marcha, aparecieron en lontananza de nuevo los canarios. No tuve escapatoria, pues ellos a su vez me habían visto con lo que tuve que esperarlos. Y además esperar a que ellos descansaran a su vez.

viernes, 28 de marzo de 2008

Hasta Grañón

Después de la visita a la Catedral, regresé al hostal para ver si mis canarios habían vuelto, y nos ibamos juntos a cenar. Los encontré en su habitación, con una bolsa enorme de tomates y peras que le habían dado esos amigos de Santo Domingo con los que habían pasado el día. Les propuse ir hasta una pizzería cercana que había visto, pero ellos a su vez me propusieron cenar aquellos tomates en su habitación. Les dije que si, que me esperaran un momentito a que fuera coger mi pastilla para el azucar... y con las mismas me bajé y me fui al restaurante, donde cené una exagerada pizza bolognesa que me costó acabarme, pero con la que quedé mas a gusto que Dios. Compré también en un colmado cercano, algo para desayunar por la mañana, pues me había informado que el bar del hostal no abría temprano.

Y ya cansado de la etapa y de la gira turística de la tarde, me volví hasta mi habitación donde vi algo de tele. Algo debieron barruntarse los de la habitación de al lado, tal vez captaron que no estaba muy contento con ellos, ya que el gordo me mandó a Jesus, el mas calladito y docil, para ver que me pasaba y para establecer la hora de salida a la mañana siguiente.
No dormí muy bien aquella noche a pesar de mi enorme cama. Las piernas me dolían una barbaridad, pero aún así descansé lo suficiente para despertarme a las 6,30 de muy buen humor, a pesar de que algún desalmado de peregrino extranjero andaba trasteando en el baño comunitario.

Me aseé rápidamente, me vestí, preparé la mochila, y me zampé unos bollos con un batido de chocolate, y a la hora señalada, las siete, estaba ya en la calle. Nuevo error. Comprobé con estupor que estaba lloviendo, justo en el momento en que se cerraba el portal del hostal... y yo sin llave, pues la había dejado en la puerta. Pensé que los "amigos" bajarían en unos pocos minutos, pero fueron cerca de 20, y con el frío de la mañana y las gotitas de lluvia que me mojaban, todo aquel buen rollito con el que me había levantado se esfumó en un santiamén.
Aquellos dos bajaron como dos elefantes en una cacharrería, haciendo un ruido atronador, dejando caer sus bordones, entrechocando sus cantimploras... y en fin, despertando a todo aquel que no lo hubiera hecho con el extranjero de media hora antes.

En ese momento, cuando por fin sus excelencias tuvieron a bien bajar, me dí cuenta de lo aparatosas que eran sus mochilas. Mas tarde, me comentaron que cada uno llevaba 17 kilos de peso a la espalda. Y estaban muy seguros de ello, ya que habían pagado una exageración por exceso de equipaje en el aeropuerto de Tenerife cuando habían viajado hasta la peninsula. A todo esto, había que añadir un par de kilos mas de la bolsa de tomates sobrantes de su cena... ver para creer.
Por fin nos pusimos en marcha y yo pude entrar en calor. La lluvia paró, dándose una pequeña tregua, pero todo aquello no mejoró mi estado de animo.
A la salida de Santo Domingo, nada mas cruzar el puente, a punto estuvimos de equivocar el camino, al seguir a un grupo de peregrinos... seguro que extranjeros... mal rayo los parta a todos.

Y cuando llevabamos apenas un par de kilometros andados noté como el ritmo de mis acompañantes decaía notoriamente. En la ligera subida a la Cruz de los Valientes vi claramente que esa iba a ser la tónica de la etapa, yo tirando de dos tipos que iban a su puñetera bola. Con lo que decidí unilateralmente andar a mi ritmo... y tonto el último. Amanecía cuando pasé junto al madero de la Cruz, y la bella estampa que pude contemplar, vivir aquel especial momento, es de las cosas que no olvidaré en mucho tiempo.

Seis Kms. mas adelante entraba en Grañon, último pueblo de la Rioja. Frente a su Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVI, encontré una especie de tienda-bar, mas o menos del mismo siglo pero que me podía valer. Tras hacer una tremenda cola en la que me entretuve, y aluciné, viendo un cartel del Camino Francés, para hacerlo en solo 19 etapas, me pedí un cafe con leche caliente y unas magdalenas que me comí con deleite.
Oi a alguien decir que el albergue estaba en la misma iglesia, y allí me encaminé para visitarlo, y sobre todo, para comprobar sus aseos. Finalmente era un solo aseo, en el que apenas cabía una persona y en el que tuve que entrar practicamente de canto. Salir fue aún mas difícil, pero lo conseguí... ! Vamos, que como para ir con una urgencia ¡. El resto del albergue, antiquisimo pero de muy buen aspecto. Con suelos de madera, chimenea, un amplio comedor, una puerta que daba al coro de la iglesia y desde donde se podía contemplar perfectamente el Altar Mayor, un tendedero en la torre campanario, y los colchones en el suelo de una gran sala, estaba llevado aquellos días por hospitaleros franceses, con los que departí unos momentos y me permitieron subir hasta lo mas alto del campanario para ver las vistas, aunque una plaga de palomas asustadas por mi presencia no me dejaron hacerlo a mis anchas.
Y de pronto, empezó a jarrear agua. Bajé corriendo los viejos y peligrosos escalones, ya que había dejado mi mochila en la puerta de la tienda-bar. Al pasar vi a los canarios, que por fin habían llegado, comiendo... como no, tomates, recogí la mochila al vuelo y fui a refugiarme bajo los soportales de la casa consistorial del pueblo. Aquello parecía que iba para largo.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Leyenda de Sto.Domingo de la Calzada

Santo Domingo de la Calzada, donde la gallina cantó después de asada. Y esta es en síntesis la famosa leyenda del lugar:
"En la Alta Edad Media, cuando la peregrinación estaba en su mayor apogeo, un matrimonio alemán, acompañados de su joven hijo caminaban hacia Compostela. Al llegar a la villa de Santo Domingo se alojaron en una posada, y la hija del mesonero se enamoró del joven, deseando yacer con él; pero al ser rechazada por el casto alemán, despechada y por venganza, le colocó en las alforjas una copa de plata. Al partir la familia, siguiendo su camino, la muchacha lo denunció por robar. Al ser apresado por la justicia, y encontrada la copa en su poder, fue juzgado, condenado y ahorcado. Los padres, desolados, continuaron la peregrinación, y tiempo después, al regreso de Galicia, comprobaron en el lugar del ahorcamiento que su hijo seguía vivo, porque Santiago lo había sostenido en la horca. Corrieron los padres hasta el palacio del comendador para relatar el milagro y exonerar a su vástago, pero el juez, a punto de comer, se burló de la noticia, considerando que el mozo debía estar tan vivo como el gallo y la gallina que estaba a punto de zamparse. No había acabado la frase, cuando las aves saltaron de la fuente donde habían sido horneadas y se pusieron a cantar".
Hermosa leyenda.
Pero a continuación, y en una interpretación libre y personal de la leyenda, enumeraré algunas consideraciones.
En la Edad Media eran unos exagerados. Hoy día, robar una copa de plata sería considerado una falta leve. De Juana Chaos con veinticinco asesinatos a la espalda campa por sus respetos en la calle o se lo monta con la novia en el vis a vis de la cárcel. O que decir de Farruquito, que tras atropellar a un peatón, está ya con el Tercer Grado, y a punto de que todas las cadenas de televisión hagan sus particulares reportajes a mayor gloria del bailarín. Solo con aquella esperpéntica boda, daría para dos o tres programas. Y el día en que por fin se saque el carnet de conducir iniciarán los telediarios con su salida de la auto escuela al volante de una "fruguneta" (Ja, el paaaapa). Por cierto que si yo me saltara un stop, iba directo a galeras... participando a latigazos en la America's Cup... y ojo con quedar segundo...
En segundo lugar... no creo que hoy en día haya un solo alemán que sea casto varón. Que una buena moza se lo ponga tan "a guevo", y diga que no. ! Vamos ni alemán, ni español, ni... ¡
Y que decir de las mozas de ahora.... que este me dice que no... ! pues ya ves que problema ¡
... voy al siguiente de la cola del botellón, y dale alegría a tu cuerpo Macarena...
Seguimos.... ! Y esos padres...¡ Por muy alemanes que fueran... seguir con la peregrinación... e irse de jarana cuando su hijo aún está balanceándose de su cuerda y empezando a pudrirse... Suerte tuvieron de que andaba por ahí el Apóstol, y sobre todo, de que fuera un tipo tan cachas, porque aguantar al niño durante tanto tiempo sin cansarse... Yo a los dos minutos... y además siendo alemán... lo suelto... y ahí te quedas Otto.
Lo del comendador tampoco tiene desperdicio. De comidas con fondos públicos... aunque bien pensado... nuestros políticos de ahora... no se sientan a la mesa si por lo menos no hay cigalas... y claro... a ver como hubiera cantado un langostino o una cigalita plancha.
Y de todo esto, lo que mas me creo, es que el gallo y la gallina cantaran. Después de haber visto como bailaban hasta caerse redondas todas aquellas vacas locas inglesas. Tras la mutación de la fiebre aviar, hoy día cualquier gallina o "palomo cojo" canta y participa en el programa Fama.
Bromas aparte, la leyenda a dado mucho juego al pueblo, y el marqueting corre que se las pela. Menuda pasta sacan en Santo Domingo con los muñecos, los pins, los imanes, las postales y las estampitas del gallo y la gallina de la leyenda. Muchísimo mejor que un muñequito de un ajusticiado alemán colgado de una cuerda. Aunque lo estuvieron pensando. Finalmente se decidieron por hacer galletas muy azucaradas y les pusieron de nombre Ahorcaditos... y que viva el negocio.

martes, 25 de marzo de 2008

Tarde en Santo Domingo

Martes, y de nuevo al trabajo. Hoy tengo un ansia infinita de paz... pero seguro que viene mi jefe, o algún otro, a joderlo y a darme faena. ! Total...¡ ¿Que hubiera costado alargar un poquito mas las vacaciones... digamos, hasta el fin de semana que viene?
Pero volvamos al tajo... Callejeé por Santo Domingo, hasta dar con el hostal Miguel. Era domingo y andaban cortos de personal para hacer las habitaciones por lo que no pude ducharme y cambiarme hasta cerca de las 3 de la tarde. Mis canarios se habían marchado a casa de unos amigos y no volverían hasta la hora de la cena. De nuevo abandonado, me dediqué a llamar a casa, luego a granadinas, ovetenses, vascos y almeriense. Echaba de menos a mis amigos de años anteriores, y aquel buen ambiente que me había acompañado en los anteriores tramos.
En esto que apareció por el bar del hostal el joven ponferradino de la entrada a Navarrete. Por lo visto era muy aficionado a la Formula 1, y seguidor de Fernando Alonso (como todos). No quería perderse la carrera por televisión y allí nos pusimos ambos a ver como Alonso salvaba los platos con un adelantamiento en los boxes a Kubica lo que supuso mas puntos para ganar aquel año de nuevo el mundial. Mi joven acompañante era mecánico y se creyó en la obligación de explicarme aspectos técnicos de los coches... yo que apenas sé echar gasolina, aproveché un momento suyo de descuido y subí a ducharme, y lavar la ropa.
Durante la comida, que tuve que pagar yo pues se había dejado la cartera en el albergue, me contó cosas de su acompañante italiana, quien por lo visto había huido literalmente de su lado, y puesto tierra de por medio pues andaba una etapa por delante de nosotros con nuevos compañeros. Sopesé la posibilidad de adoptar a aquel chaval para los siguientes días, pero la diferencia de edad y el peligro de que el resto de lecciones, sobre carburadores y bujías, acabaran con mi poca paciencia me lo desaconsejaron.
Dormí algo de siesta en mi enorme cama, y tras comprobar que el tiempo andaba encapotándose y amenazando lluvia, decidí hacer la visita al pueblo.
Los alrededores de la gran Plaza de España, con el Ayuntamiento y una antigua alhóndiga que luego sirvió de cárcel, centraron primeramente mi atención. Recorrí varias calles del casco histórico hasta dar con la estafeta de correos, donde deposité algunas postales que había escrito. Luego, a pesar de mi diabetes, no desperdicie la ocasión de probar, en la pastelería Isasi, los famosos ahorcadillos, y tuve que contenerme para no arramblar también con las rogas del Oja y con algunas doncellitas, todos embadurnados de azucares. De nuevo, por la calle Mayor, me encaminé hasta la Catedral.
Nada mas entrar en la enorme iglesia, me sorprendió oír el canto de un gallo !!! En una especie de pequeño corral, bellamente decorado, acristalado y elevado, dominando aquella zona del crucero, se encontraban un gallo y una gallina, en una clara referencia a la leyenda de Santo Domingo de la Calzada, donde la gallina cantó después de asada.
La contemplación del mausoleo y la bajada a la cripta del Santo, que tanto hizo por el Camino de Santiago, con la construcción de puentes, hospitales y arreglo de los caminos, fueron también momentos muy especiales de aquella visita.

lunes, 24 de marzo de 2008

Rebasado hasta por los caracoles

Seis días de fiestas, y muy pocas entradas realizadas. Hasta del blog he descansado, y es que... ! No se me pueden dar vacaciones... que me las tomo ¡ Para ponerme al día, debo revisar lo escrito anteriormente para volver a situarme, y veo que la Amante del Camino ataca de nuevo, y promete comentar mas a menudo. Eso está muy bien. Veo a Tere y a Daniel, amigos del Sureste, cuñada y hermano respectivamente de Berín. Me comentan que está muy ilusionada con el proyecto de Roncesvalles en el mes de Mayo. Eso me hace recordar que esta misma semana debo ponerme las pilas, y darle el empujón definitivo al tema. Y vuelvo a situarme en la Rioja, a la salida de Azofra, justo ante el desvío a Cañas. Comenté mi interés por visitar Berceo y San Millán de la Cogolla, y con ello los Monasterios de Suso y Yuso. Lugares de los que proviene el castellano, con los primeros poemas de Gonzalo de Berceo escritos en aquel nuevo idioma. Era una oportunidad inmejorable, pues Dios sabe cuando me vería de nuevo en aquel punto. Pero de nuevo mi ideal y concepto de amistad, o búsqueda de ella, me hicieron no dejar a aquellos dos elementos, el lanzaroteño y el carioca recién conocidos. Un error del que me dí cuenta tan solo diez kilómetros después, cuando ambos me dejaron atrás en la subida al campo de golf de Cirueña y nunca mas los volví a ver. Aquella subida, sin ser nada del otro mundo, se me atragantó y poco a poco vi como quedaba rezagado primero, y luego rebasado por derecha e izquierda hasta por los caracoles, que me sacaban la lengua al pasar, o eso me pareció. Sin embargo conseguí llegar al pueblo, y en la plaza mayor encontré un estupendo bar donde me dí un homenaje en forma de enorme bocadillo de tortilla con salchichas del lugar. Descansando en aquel punto recibí la llamada de Pedro y Jesús, los otros dos canarios, que ya habían llegado a Santo Domingo y me ofrecían reservarme habitación en el mismo hostal que ellos. Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... yo he llegado a batir varias veces ese exiguo record, y si dieran medallas a los tontos, yo quedaría en cuarto lugar... !!! por tonto ¡¡¡. Volví a ablandarme, y a pesar de haber hecho la mili en las Islas Afortunadas, y conocer algo de la idiosincrasia, tranquilidad y "pachorra" de los canarios, me ilusioné con aquel detalle de haber contado conmigo y les dije que reservaran por mi. Nuevo error. La larguísima recta con el final de etapa en el horizonte, la hice a buen ritmo y pisando cada caracol que me encontraba al paso. La venganza estaba servida, y no precisamente en plato frío, ya que el calor era abrasador. Dejando atrás un reguero de conchitas machacadas de aquellos pequeños gasterópodos, poco a poco la torre de la catedral de Santo Domingo de la Calzada fue acercándose hasta encontrarme a sus pies, tras visitar y sellar la credencial en los dos albergues, uno en la abadía cistercience de Nuestra Señora de la Anunciación, y el otro, la Casa del Santo, ambos en la calle Mayor. Sentado ante la Catedral y el Parador Nacional, dí por terminados los 21 Kms de la etapa, cuando apenas eran las 13,30 horas. Tras descansar un poco y comprar algunos recuerdos me dispuse a buscar el hostal para comer con Pedro y Jesús. ! Que iluso ¡

domingo, 23 de marzo de 2008

Homenaje a dos Costaleras

Finalizó la Semana Santa. A Dios gracias, a los valencianos nos queda aun un día de fiesta con el primer día de Pascua, y a los alicantinos en concreto, dentro de quince días, nos espera la multitudinaria Romería a la Santa Faz.
De nuestra procesión del Jueves Santo solo diré que fue como todos los años. Sentida, sobria para la idiosincrasia de esta tierra, y solo con un "pero", el regreso hasta nuestra sede un tanto descoordinado al ser el primer año que no lo hacíamos con la grúa, de tan infausto recuerdo con el fatal accidente del año pasado en el que el Cristo de la Caída, quedó roto en tierra, partido en tres pedazos.
La novedad de este año la pusieron dos mujeres, que por primera vez en nuestra historia, desfilaron con nosotros. Ruth y mi amiga del Camino del Sureste, Berín, rompieron de una vez con el sambenito de "Paso machista" que pesaba sobre nosotros, ya que no eramos muy partidarios de permitir que las féminas participaran como costaleras. Ambas mujeres no desentonaron en absoluto, y soportaron como el resto de hombres el peso en sus hombros. Y aún añadiré algo mas... comprobaron como algunos "gallitos" en algunos momentos, cuando el cansancio empieza a hacer mella, apartan ese hombro que sin embargo ellas metieron y mantuvieron generosamente durante todo el recorrido. Y de nuevo dieron una nueva lección a mas de uno, quedándose al desmontaje hasta cerca de las dos de la madrugada, cuando mas de uno ya anda enrroscado en su cama. ! Olé ¡ para Berín y Ruth, nuestras Costaleras.
El momento mas emotivos y que a mas de uno puso los pelos de punta, fue sin duda en plena Carrera Oficial, cuando el cantaor Antón Moreno, a pie de calle, cantó la Saeta al Cristo de la Caída, compuesta especialmente para nosotros con ocasión del accidente sufrido el pasado año.
El Encuentro entre el Cristo y la Virgen MªAuxiliadora, en el Portal de Elche, arropado por la Santa Cena y el Cristo de los Jóvenes, fue el punto culminante de nuestra procesión y que, con el paso de los años, acabará convirtiéndose en punto de referencia y acto que no deberá perderse todo buen alicantino, o simple turista amante de las tradiciones de Semana Santa y de las cosas hechas con cariño.
Hoy domingo, todo ha terminado con el Encuentro entre el Resucitado y la Virgen de la Alegría, envueltos por miles de aleluyas de colores lanzadas al viento desde los balcones del Ayuntamiento. Impresionante acto, que resumiría con solo unas palabras: Colores en movimiento.

miércoles, 19 de marzo de 2008

En capilla

Ya estamos, como aquel que dice, en capilla para nuestra estación de penitencia del Jueves Santo. Hoy Miércoles como miles de alicantinos y turistas, viendo la procesión de la Santa Cruz, aunque sea por televisión. Impresionantes los momentos de la dificultosa bajada por las estrechas calles del barrio, cuando el madero del Cristo de la Fe o de los Gitanos, toca las ventanas de las casas a su paso, y sus costaleros, un tanto anarquicos, bajan las empinadas escaleras de la calle de San Rafael.
Nosotros los veremos pasar desde nuestras sillas de la tribuna en la Carrera Oficial. Sin duda no es lo mismo, pero las circunstancias mandan, y el gentío que se congrega por el casco antiguo es algo agobiante.
Mañana, ya desde las ocho de la mañana en la que estamos convocados en la La Madrileña para el desayuno con churros, será un día de nervios contenidos y de los que perduran muchas semanas en la memoria. Primero el montaje de los Tronos. Un trabajo febril y casi siempre con alguna que otra desagradable sorpresa de última hora que solemos solucionar con cierta imaginación. Luego la comida con los compañeros en el Restaurante Chapeau donde su dueño recibirá una sorpresa en forma de foto de nuestro restaurado Cristo de la Caída, en agradecimiento al cuadro de nuestra figura que colgó en uno de sus salones. Y tras la casi siempre pantagruélica comida, carreras para llegar a casa, cambiarnos con prisas y, de nuevo corriendo, llegar a tiempo para la salida.
Solo puedo expesar estos momentos con una palabra: Nervios. Mariposas revoloteando en nuestros estómagos.
Pero tras la salida a la calle con las notas del Himno Nacional, los ánimos se restablecen, y solo es cuestión de ir dosificando fuerzas por el esfuerzo que se avecina.
Sin embargo es un auténtico orgullo y una plena satisfacción procesionar por la calles de Alicante con ese bello Cristo sobre los hombros y reconocer en las caras de las personas a su paso, la admiración, el fervor y algunas veces algunas lágrimas que asoman.
Hace un año tras nuestro fatal accidente, pocos eramos los que creíamos que esta impresionante figura y su trono volverían a salir en procesión. Mañana, y gracias a su imaginero, Hernandez Navarro, El Cristo de la Caída saldrá de nuevo por las calles junto al resto de imagenes de nuestra Hermandad, La Santa Cena (el Paso mas grande de España y con mas costaleros) el Cristo de los Jóvenes y La Virgen María Auxiliadora.

martes, 18 de marzo de 2008

Los panaderos se levantan tarde

Mi primer día, aquel año, en un albergue y, tal es la fragilidad de la mente del hombre blanco que no recordaba ya como las gastaban los extranjeros de madrugada. Sobre todo la gorda que dormía arriba de mi litera, que apenas pasadas las 5,30 de la mañana, intentando bajarse casi vuelca la cama conmigo todavía dentro. Mareado, desorientado, sin saber bien que pasaba ni donde estaba, tomé bruscamente conciencia de la situación. Apenas conseguí articular un gruñido, pero supuse que había sido suficiente. A partir de ese momento, y como si les hubieran dado cuerda, franceses y alemanes empezaron a empaquetar sus cosas y a entrar y salir de los baños. Hora y media después, cansados de dar vueltas en las camas, los nacionales fuimos también levantándonos acordándonos de los muertos europeos de las dos grandes guerras. Cosas que pasan en el Camino...
Mis dos canarios, que increíblemente continuaban acostados, enroscados cual culebras coreanas, me anunciaron que aquel día no estaban para andar. Jesús, con no sé que problemas de rodillas no podía dar un paso, y habían decidido hacer la etapa hasta Santo Domingo en autobús.
Salí del albergue justo cuando el hospitalero alemán encendía las luces, y al preguntarle por algún lugar para desayunar, se ofreció solícito a acompañarme hasta la calle Mayor.
¿De que se habla con un alemán a las 7 de la mañana? Opté por comentar lo simpático que era el cura de la noche anterior, me miró como si pensara que yo era gilipollas... ¿Como se dirá gilipollas en alemán? El caso es que él si sabía como se decía, y seguro que lo pensó de mi, y pasados unos momentos en que el tipo estuvo buscando las palabras exactas en su escaso castellano, vino a decirme que no era para tanto, y que si yo ya hubiera oido el mismo rollo cada noche de aquel mes, ya no me resultaría tan agradable. Los últimos metros los pasé pensando en todo el mal que Lutero había hecho a la Iglesia católica y romana.
Al llegar al bar intenté invitarle a un café, pero declinó mi oferta, ya que me dijo debía ocuparse del albergue y tras desearme Buen Camino volvió pasos y se fue. Guapo, guapo... no era, pero simpático... tampoco ¡¡¡¡
El bar, regentado por un matrimonio argentino (igual que en el Pata de Oca de Torres del Rio) acaba de abrir sus puertas. Conmigo entró un matrimonio de franceses, y unos segundo mas tarde dos hombres, uno de ellos español. El argentino me avisó de que la bollería era del día anterior pero yo, con valentía, le dijo que no pasaba nada. Media hora después aún seguía royendo el croasant que me había tocado en suerte. Los franceses habían sido mas listos, o casi, y aún esperaban sus tostadas comentando que los sudamericanos tenían un lento despertar.
Salí del bar regateando con los restos de mi croasant a otros peregrinos que entraban, y ya en la calzada conseguí, de fuerte disparo con la derecha, que fuera a parar calle Mayor abajo.
Me colocaba la mochila cuando me dirigí a los dos hombres que habían entrado al mismo tiempo que yo para preguntarles por sonde se salía del pueblo. Resultó que aquellos dos peregrinos eran, uno de Lanzarote (! Vaya, otro canario ¡) y un brasileño, Marcelo, ingeniero de 41 años, bajito, barbudo, dicharachero (para quien sepa mucho portugués) y que en los días sucesivos descubrí que era muy popular ya que todo el mundo había coincidido con él en algún momento.
Salí por tanto con ellos en animada charla, o lo mas animado que se pueda estar a las 7 de la mañana y tras pelea e ingesta de un caducado bollo con cuernos.
De pronto el camino se empinó bastante, y comprobé que mis acompañantes me iban dejando atrás paulatinamente. La salida de Najera se hacía con la subida al Monte del Castillo entre numerosos árboles y variada vegetación. En la bajada conseguí alcanzarlos de nuevo y retomar las conversaciones.
El Lanzaroteño, que acababa aquel mismo día su peregrinación y tenía prisas por llegar, pues su transporte salía a las cuatro de la tarde, imponía un ritmo endiablado, que el pequeño brasileño seguía sin dificultades, pero a mi me costaba horrores. Nos contó que meses antes, en las anteriores Navidades, había estado al borde de la muerte por una rara dolencia; y que en parte aquel Camino lo hacía como una especie de promesa o agradecimiento. Que tras superar contra todo pronostico de los médicos su enfermedad, quien había caído enferma era su esposa, con una grave depresión que aún la tenía muy fastidiada. Del brasileño, sin embargo, solo puedo contar lo que me traducía el canario, ya que hablaba tan rápido que no se le entendía nada. Que era soltero, vivía con sus padres en Sao Paulo, y que leía a Paulo Cohello.
De esta manera tuvimos pronto Azofra a la vista, y casi sin darme cuenta entrabamos en el pueblo y nos deteníamos en un bar abierto, frente a una fuente y una plazuela, donde me tomé un cortado y me fumé un par de ducados... no quise preguntar de cuando eran los croasanes, pues ya lo sabía.
Azofra, como la mayoría de pueblos de La Rioja, andaba con las fiestas de la vendimia.
Junto a nosotros, un par de jovenzuelos hacían las últimas intentonas de la noche con una chavala con todo el rimel y coloretes corridos, pero que conseguía no dejarse llevar al huerto facilmente.
Los pocos paisanos que madrugaban aquella mañana fueron muy agradables con nosotros y nos animaron e indicaron por donde seguir.
En las afueras del pueblo, justo a la altura del desvío a Cañas, fue donde la pifié por no seguir mis instintos y mis verdaderas apetencias.

lunes, 17 de marzo de 2008

Petrer-Villena por el Sureste

Como ya avisé, el pasado sábado tuvimos etapa del Camino del Sureste, con lo que a las 8 de la mañana salíamos desde la cafetería Iruña con un autobus mucho menos concurrido que quince días antes. Resultó que parte de los asiduos de estas etapas, sobre todo miembros de la Asociación, empezaban ese mismo día un tramo de 10 dias por las provincias de Cuenca y Toledo, siguiendo con el proyecto de acabar en 2010 en Santiago, aprovechando puentes y semana santa, para hacer todo el Camino del Sureste al completo, andando sus 1.142 Kms.
Nosotros, mas modestos, nos debemos conformar con estas etapas una vez al mes, y gracias.
Ya en las afueras de Petrer, y acompañados durante un pequeño trecho por un miembro de la Asociación de Elda-Petrer, y "capitaneados" este día por Juan Romero, nuestro atento guía, fuimos caminando a buen ritmo por ver de ir entrando en calor a esa hora de la mañana.
Los primeros metros entre industrias y talleres del margen izquierdo de la autovía a Madrid fueron un tanto anodinos, y cuando cruzamos por debajo de ella, por un túnel de aspecto siniestro, el sendero era ruinoso, con todo tipo de residuos y desechos desperdigados por doquier.
Pero una vez dejada atras las proximidades de la importante carretera, el paisaje cambió radicalmente y atravesamos, bordeando la Serreta, tramos de variada vegetación, en su mayoría altos arbustos que formaban algún que otro tunel vegetal; donde no faltaban algunos árboles y zonas donde la hierba verde por las pasadas lluvias del invierno y algunas florecillas silvestres nos hicieron mas amena la marcha.
Llegamos hasta una especie de pequeña presa de algún ramal del Vinalopo donde hubimos de bajar por un tramo empinadisimo, momento que para algunas de la mujeres produjo ciertas dificultades.
Tras una hora de camino, y caminar bordeando la vía férrea, donde el Euromed nos dió un susto a unos cuantos, llegamos hasta la confluencia del camino a Sax desde Elda, perdiéndonos por apenas 50 metros el tramo en el que se cruzaba a pie el Vinalopo y donde nos reíamos bastante, sobre todo cuando nuestro Presidente, o bien se caía al agua o bien perdía el walkie talkie.
Una hora despues llegabamos a Sax donde, tras una foto de grupo a la entrada del pueblo, continuamos hasta la plaza del Ayuntamiento para almorzar en sus escalinatas, justo bajo la placa que marca los 1.000 Kms. hasta Santiago. Este año, yo preferí tomarme una café con churros en un bar cercano y luego, acompañado de Berín y Crecen, visitar el interior de la Iglesia de la Asunción donde varios Pasos de Semana Santa esperaban su hora para desfilar por la localidad.
Menos de dos horas de marcha después, continuamente adelantados por cicloturistas que nos saludaban al pasar, teníamos a la vista Santa Eulalia. Este pequeño y curiosisimo pueblo, mas bien pedanía de Villena, cada año me causa el mismo efecto relajante. Se trata de apenas medio centenar de casas, la mayoría cerradas y desabitadas, en el que la unica actividad se centra en el Casinete, un minusculo bar donde siempre hay tres o cuatro abuelos jugando al dominó, una enorme plaza, mezcla de abandono y pulcritud apartes iguales, aunque suene a contrasentido, y cuatro edificio antiguos e igualmente abandonados, anclados en el final del siglo XIX, primeros años del XX. Este último año Santa Eulalia ha recobrado cierto protagonismo, al rodarse allí algunas escenas de una serie de Canal 9, llamada la Alquería Blanca. De hecho en la puerta de su ermita, junto a la plaza, aún conservan el letrero que por exigencias del guión y el rodaje cambió momentaneamente de nombre al pueblo. Una parada que cada año se agradece enormente y que se nos hace simpática a todos.
De nuevo en ruta y en algo mas de dos horas más nos ponía Villena a la vista, Antes habíamos caminado sobre los restos de una Via Romana, creo que restos de la Via Augusta, y atravesado una increible pinada en medio de campos de parcelación agraria.
A las tres de la tarde, y tras pasar por las iglesias de Santa María y de Santiago, y recorrer buena parte de la Gran Vía, comíamos en un pequeño bar cerca del colegio Salesianos de Villena.
A las cuatro y media de la tarde, tomabamos de nuevo el bus para el regreso a Alicante. La mayoría con las piernas como de goma y muy cansadas, pero todos con el animo bien arriba por haber tenido, una vez mas, una buena jornada de Camino, con algo de calor pero en la que el sol nos dió tregua, oculto la mayor parte del tiempo entre las nubes. Una nueva jornada de amistad entre bromas, risas y algún que otro resuello por los aproximadamente 22 Kms. recorridos.

viernes, 14 de marzo de 2008

Recuerdos gastronómicos

! Que alegría recibir un comentario de un amigo que por fin se decide a hacerlos (yo solo leo.... votaron algunos) ¡ Creo que ya dije que Manolo tiene idea de hacer algún tramo del Camino este año. Bien con su yerno, o bien conmigo si cuadran las fechas. Sería genial que pudiéramos "compaginarnos" y caminar juntos. En un par de meses pienso darle el coñazo un par de tardes por ver de acabar de animarlo. Además se me ocurre una nueva idea. Manolo es maitre (metre... para entendernos) en un hotel de 5 estrellas de Alicante, y caminar con tal eminencia en temas culinarios, podría dar pie a una guia gastronómica de los sitios por los que pasáramos.
Tengo por ahí un pequeño power point realizado por mi, en el que iban pasando sucesivamente varios de los platos que me he zampado durante mis etapas por el Camino Francés. Incluso en el Camino del Sureste hicimos nuestros pinitos con los Miguelitos de La Roda. Allí aparecen, además de algún sencillo y humilde bocadillo de jamón, mi Asado de carne bien roja en el Iruñazarra de Pamplona, mi Lechazo en Belorado, La Olla Podrida, el Cochinillo y la Morcilla de Arroz que comí en Burgos, El Pulpo a Feira de Melide y la Mariscada de Santiago. Lastima que no fotografiara la Borraja de Los Arcos y los Percebes del mercado de la Virxen da Cerca. ¿Recordáis la entrada de los malditos percebes que escribía en el mes de Diciembre?
Para este año, seguro que caerá un buen Cocido Maragato cuando pasemos por Astorga, y sería un gustazo comérmelo con Manolo, y escuchar sus amenas charlas y sus siempre sensatas opiniones.
Sin duda que a la vuelta tendría tema para que el apareciera en este blog con mas de una historia. Pero ahora me debo a mis lectores y sobre todo a MªCarmen, que seguro esta impaciente por ver que cuento de ella y su marido en aquella jornada de Ages y Atapuerca, en las proximidades de la capital burgalesa.
Y mañana, nueva etapa por el Sureste. Ahora toca Petrer-Villena de unos 22 Kms. y donde disfrutaré de la amistad de Berín, Tere y Daniel, Ana, Fini y su marido Valentin, y tantos otros, además de un día de sol (eso espero) en el que me dé el aire en la cara y pueda quemar azúcar, de la que me sobra una barbaridad. Una buena y agradable mañana con la que matar el gusanillo del Camino.

jueves, 13 de marzo de 2008

Pierdo el apetíto

Antes de nada agradeceros a todos los mensajes de animo y mejoría para mi hijo Carlos. Parece que han hecho efecto, ya que ayer, por fin, le dieron el alta y ya está en casa. Menos mal, ya que su caracter iba de mal en peor. Por momentos lo miraba y empezaba a tomarle cierto parecido con la niña del exorcista... aunque aún no escupía cosas verdes... eso era el de la cama de al lado, que lo habían operado de no se que cosa... De nuevo Gracias amigos.
Y llegó la hora de la cena en Najera, y de nuevo me tuve que arrastrar hasta la calle Mayor, donde Pedro y Jesus (el gordo y el flaco) habían encontrado un restaurante con menus para peregrinos, por cierto muy buenos y copiosos. El restaurante estaba abarrotado, pero conseguimos mesa en muy poco tiempo. Inmediatamente saque a colación mi interés por desviarme al día siguiente hasta Berceo y San Millán de la Cogolla, a fin de ver los monasterios de Suso y Yuso, cuna de nuestro idioma castellano, a lo que mis compañeros estuvieron conformes en principio.
En una mesa cercana, un par de "veteranas" francesas acababan sus postres, y Pedro (el gordo) reconoció a una de ellas como la peregrina que dias antes se había duchado en el baño de hombres al estar colapsado el de mujeres. Nos contó, casi salivando de morbo que, sin pudor la tia se había "encuerado" entera como si tal cosa ante su atenta mirada. Yo volví a mirar a la jubilada, que tenía un extraordinario parecido con la vicepresidenta De la Vega, y ante mi cara de asco, pues tengo un finísimo gusto para ciertas cosas y un estomago delicado, el canario cambió de registro, se limpió las babas y desvió la conversación. Volví a mirar a la francesa y tuve una fugaz visión de como debía haber sido aquella ducha... resultado: no pedí postre y perdí inmediatamente el apetito... incluso creo que los "dos apetitos". Su compañera de mesa, tenía las dos muñecas vendadas. Les pregunté a mis canarios si sabían a que era debido, pero lo desconocían, con lo que empezamos a divagar sobre posibles intentos de suicidio y otras escatologías.
Me dí cuenta en aquel momento que yo la noche anterior, debido al viaje en autobús, no había dormido nada y que unido a la etapa de 30 Kms. estaba ya para el arrastre, con lo que pagamos y volvimos pasos hasta el albergue, donde preparamos las cosas para la noche y la mochila para la mañana siguiente. Pude ver que en la cama de al lado me había correspondido una extrangera horriblemente fea y en la litera de arriba otra gordisima, aunque no menos fea... pero no huba mayor problema, pues ya digo... había perdido "los apetitos".
Y en eso que apareció el hospitalero alemán para decirnos que el párroco de una iglesia del pueblo tenía por costumbre cada noche, dirigir una oración y unas palabras a los peregrinos del día. Con lo que a pesar de mi cansancio y sueño, salí hasta la terraza del albergue junto a la mayoría de mis compañeros. El simpático cura lo hizo corto. Un breve rezo de Padre Nuestro y Ave Maria, y luego una filípica sobre las excelencias de la tierra riojana, su hospitalidad, sus vinos, algo de su historia y la importancia del Camino de Santiago para los najeranos. La forma sencilla y graciosa de hablar de aquel cura nos ganó a todos, y sobre todo el que siguiera la enseñanzas de Baltasar Gracián, y aquello de "Lo bueno si breve, dos veces bueno"
Todos con nuestra plegaria nocturna hecha y en "Gracia de Dios" nos volvimos hasta la inmensa habitación donde pernoctabamos mas de 70 personas, me puse los tapones de cera en los oidos por si la horrible y la gorda pensaban dar conciertos de ronquidos y caí fulminado, aunque con algunas pesadillas en las que me duchaba con viejas francesas en cueros, que me llamaban y rodeaban con lascivia. No fue una buena noche.

miércoles, 12 de marzo de 2008

La foto del loco

Recibo un correo de MªCarmen de El Escorial, que junto a su marido fueron compañeros de andaduras por el Camino de aquel año 2006, y fiel lectora de este blog. Me manda una foto del loco aquel del que hacía mención en la entrada de ayer. Ese que andaba con una niña pequeña y sin madre conocida. Y como muestra... un botón. Incluyo la foto para que quede constancia grafica. El 2006 fue un año de personajes raros y estrafalarios en el Camino. Raros, por ejemplo, mis dos canarios, y ya tendré tiempo de contar sus peripecias y chifladuras. Entre los segundos, Pablo el de Varsovia, que los que hayan entrado en mis albumes de fotos habrán podido ver sus pintas. Este otro sudamericano, el de la niña, con sus camisas hawainas, su cabeza rapada y su caracter totalmente pasota, puede quedar en segunda posición. Pienso que también podría muy bien ganarse una orden de alejamiento de la niña, por la insensatez de embarcar a una criatura de tan corta edad en una aventura de ese calibre. ! Hay gente pá tó ¡
En otro orden de cosas, y siguiendo directrices de Gambín, he conseguido que en la presentación del blog, vayan apareciendo mis propias fotos, y no las que quería "el internete". Poco a poco voy dándole forma al asunto gracias a la inestimable ayuda de mi buen amigo.

martes, 11 de marzo de 2008

Tarde en Najera

Antes de continuar, daré la bienvenida a Antonio y Chelo, dos buenos amigos que se añaden a la lista de lectores de esta bitácora. Mañana se marchan de vacaciones... con lo que les deseo un feliz viaje y una espléndidas estancia. Cuando Antonio regrese deberá ponerse las pilas pues tendrá el IVA de todas sus contabilidades por hacer... jubilate de Correos para esto...
Y tras tomar los apuntes del Poema del Camino, continuamos el Gordo, el Flaco y yo, caminando por las calles de Najera, hasta que por fin, y casi al otro lado del pueblo dimos con el albergue de peregrinos. Eran las 14 horas y el chiringuito no abría hasta las 14,30, con lo que tuvimos que hacer media hora de cola a pleno sol juntamente con una infinidad de peregrinos. Entre ellos, mis dos compañeros canarios saludaron a un tipo, creo que colombiano, que hacía el camino con su hija de muy corta edad, ella cómodamente instalada en una silleta de ruedas. Eché en falta la figura de la madre, y les pregunté por ella, pero no supieron responderme, pues no la habían visto en ninguna ocasión por lo que nos quedamos muy extrañados de aquella situación.
Finalmente nos inscribimos, los hospitaleros eran un matrimonio de jubilados alemanes muy pulcros y puntillosos, nos duchamos, lavamos la ropa y nos dejamos caer sobre las camas para descansar un rato.
Cuando por fin decidimos salir para visitar el pueblo y el Monasterio de Santa María La Real, las piernas casi no me sostenían. Los treinta kilómetros de aquella mañana, me pasaban factura, y renqueando fuimos a hacer las visitas. La enorme iglesia con todo su tesoro artístico y religioso era impresionante. A mi me cautivó especialmente el Claustro de los Caballeros, no solo por sus tracerías y filigranas platerescas, sino por la sensación de paz y tranquilidad que, a aquella hora, se podía disfrutar allí. También me impresionó el panteón real, con sus mas de 30 tumbas, todas de reyes e infantes navarros, así como el sepulcro románico de Doña Blanca de Navarra.
Y la imagen, también románica, de la virgen que, según cuenta la leyenda encontró el rey Don Garcia cuando en un día de caza, se le extraviaron su halcón y la paloma que perseguían. El rey encontró una cueva, y en ella al halcón y la paloma extasiados ante la imagen de esa virgen con el niño, juntamente con una lámpara, una jarra de azucenas y una campana. Don Garcia interpretó el hallazgo como una buena señal ante la batalla que debía librar en breve para la toma de Calahorra, y tras su victoria y conquista de la plaza, y en señal de agradecimiento, mandó construir alrededor de aquella primitiva cueva un cenobio, que con el paso de los años se convirtió en la espectacular y cuidada iglesia que es hoy.
Tras la visita, nos detuvimos a descansar en un café-pub cerca del Monasterio, en la plaza del Ayuntamiento, donde yo me tomé un par de granizados de naranja bien azucarados, lo mejor para fastidiar a mi diabetes, y donde casualmente coincidí con una turista alicantina, concretamente de San Juan pueblo, que vivía en La Rambla y además conocía a mi jefe.
Por la calle Mayor llegamos hasta el puente de San Juan de Ortega y por la ribera del rio Najerilla, en donde metimos los pies para que la circulación sanguínea se reanimara, y nos dejamos caer como sacos de patatas, tumbándonos en el césped.
Los canarios propusieron ir hasta la otra orilla donde nuestra credencial y nuestro albergue nos daba derecho a bañarnos en una piscina municipal, pero yo me negué en redondo, con lo que me dejaron solo con mis dolores de piernas. Alucinaba en colores, ya que sentía dolor en músculos del cuerpo que hasta entonces desconocía que existieran.
No lejos de donde reposaba mis huesos, el joven ponferradino y la agraciada italiana discutían acaloradamente. Una pelea de enamorados pensé yo... pero la italiana se levantó rebotadísima y se marchó, dando por terminada la "relación" con el chaval, ya que no volvieron a caminar juntos desde aquella tarde.

lunes, 10 de marzo de 2008

Apéndice tocahuevos

Vamos un poco de cabeza con la dichosa apendicitis de mi hijo Carlos. Hoy hace una semana que entró por urgencias, y que fue operado, pero el chaval no levanta cabeza.
Según la cirujana que lo operó, la intervención había resultado muy bien. El apéndice tenía síntomas de gangrena, a punto de peritonitis, pero según decía se había actuado todavía a tiempo, justo al limite, pero no debería haber complicaciones.
Bueno, pues para comenzar, hubo que esperar casi dos días para que pudiera orinar. ! No había forma ¡ Ya le iban a sondar, pero cuando le enseñaron al chaval el aparatito, y sobre todo, cuando le explicaron por "donde tendría que entrar" la sonda, debió aflojarse todo de puro miedo y consiguió expulsar un hilillo de orina.
Al tercer día le propusieron que fuera tomando líquidos, agua para empezar, pero de nuevo problemas ya que un caldillo aguado "made in hospitales" solo sirvió para que empezara a devolver cualquier cosa que tragaba y que apareciera una preocupante fiebre, que viene y va, según le ponen o quitan el suero y los antibióticos.
A todo esto, cada vecino de cama en nuestra habitación dura 24 horas hospitalizado, e inmediatamente le dan el alta para marcharse a su casa. Mientras nosotros continuamos al pie de la cama, y él con un carácter cada día mas difícil y exasperante.
El sábado le dieron su primer alimento sólido, un puré de verduras, casi una crema, y un yogourt... resultado: nuevos vómitos y a empezar de nuevo.
Aquella misma mañana, a las 10, entró el tercer vecino de la semana, un gaditano de 60 años, al que una hora después bajaron a quirófanos, subiendo hora y media después, operado y extirpado con un testículo menos. El domingo, a la misma hora el tío salía por la puerta andando y camino de su casa también. Algo mas tarde entró otro joven, igualmente operado de apéndice. Hoy lunes al medio día cuando he ido a ver a mi hijo me he encontrado con lo mismo, la cama libre y el otro chaval ya en su casa.
Como la fiebre no remite y reaparece cada ocho horas, le han hecho a Carlos un "tac" por ver de localizar el origen de la infección. Lo mejor del caso, es que la cirujana no ha dicho que volvería el miércoles para ver como evoluciona el paciente... con lo que a buen entendedor pocas palabras bastan... nos quedamos ingresados al menos hasta dentro de dos días.
El carácter de mi hijo no va a mejor. Al contrario cada vez esta mas borde y faltón. Sé que es mi hijo, y se encuentra jodido postrado en una cama de hospital, pero hay momentos que....
De momento solo he tenido que pasar una noche durmiendo en el incomodo sillón del acompañante, y solo un par de mañanas de guardia, relevando a la madre, pero ando un poco de cabeza, bastante estresado, agobiado (sin venir a cuento) y muy despistado. El azúcar lo tengo disparado, sin bajar de los 200, varios días a 280, debido precisamente a ese estress, al desastroso régimen de comidas que estoy llevando y a que no he podido salir a andar ni un solo día.
En cuanto al blog, no encuentro momento para hacer mis entradas, aunque ese es el último de mis problemas lógicamente. Hoy, y para relajarme y despejar mi mal humor, he buscado este hueco para escribir una pocas lineas. Mayormente para desahogarme y liberar frustraciones, por que en lo que llevamos de año, unas 9 semanas, hemos pasado en hospitales al menos 5. Anno Horribilis este 2008... pero peor le va a Rajoy y no se queja tanto...
He visto que Rafa de Almería se prepara para nuevas andanadas y me desea suerte con El Gordo y el Flaco... El otro Rafa, Gambín, siempre atento, me manda información de como mejorar y conseguir incluir imágenes en condiciones.
Espero que esto pase pronto... si un tio con un huevo menos sale en 24 horas, un apéndice así de chiquitín, aunque bastante toca huevos, no debería tenernos mucho mas tiempo. Toquemos madera, y que se lo antes posible.
Por cierto, Gracias a todos por los numerosos mensajes de animo y mejoría para Carlos.

viernes, 7 de marzo de 2008

El Poema del Camino

Desde el Alto de San Antón, y tras atravesar una aldea abandonada, la vista del valle ofrecía una panorámica de varios pueblos en la lejanía. Uno de ellos sin duda debía ser Najera, el final de etapa tras 30 agotadores kms. Fui bajando y negociando mis fuerzas, dosificándolas, pues sabía que los últimos kms siempre son los peores, y es como si algún gracioso fuera corriendo el pueblo hacia atrás a medida que tu avanzas.
En las cercanías ya de la ciudad, me encontré a dos tipos que descansaban sentados en una balsa para riego, los saludé y unos centenares de metros adelante me detuve a beber de una fuente en el lugar en que el Códice Calixtino sitúa la batalla de Roldán contra el moro Ferragut, y en el que existe una extraña edificación, como si de un antiguo nevero se tratara. Los dos tipos me alcanzaron e iniciamos una pequeña conversación. Resultaron ser canarios, de Tenerife concretamente, y venían desde Roncesvalles para terminar aquel año en Burgos al igual que yo.
Continuamos caminando juntos y al decirles yo que ya había hecho el camino por la zona de Galicia, me preguntaron cosas de aquella parte, pues tenían pensamiento de hacer esos tramos al siguiente año con sus mujeres.
Ambos de unos treinta-cuarenta años. Uno, Pedro Gabriel, bajo, gordo, barbudo y bastante marimandón. El otro, Jesus Arsenio, muy delgado y calladito, pues el otro casi no le dejaba hablar. En una palabra: El Gordo y el Flaco, y con unos nombrecitos que se las traían.
Y casi sin quererlo, esta vez a diferencia de la mañana en que sí había estado buscando compañía, me vi "emparentando" con aquellos dos. ¿Serían tan buenos compañeros y acabarían siendo igual que mis buenos amigos de años anteriores? El listón puesto por granadinas y ovetenses, y mas tarde por mis donostiarras, el valenciano y sobre todo Rafa, estaba muy alto. No sabía que me deparaba el destino... en los siguientes días lo iba a saber...
De esta manera, conversando de infinidad de cosas llegamos a la zona industrial, y en el desangelado muro de una fabrica de harinas, observamos otro de los hitos del Camino, otro lugar común para todo caminante que se precie, y que llega a ser famoso y conocido por todos, El Poema del Camino. Una poesía escrita por un cura, inspirado o casi plagiado de otro poema del escritor Jesús Jato, y que ya ha sido traducido al alemán aprovechando el espacio del muro de esa fabrica, y que dice así.
"Polvo, barro, sol y lluvia es Camino de Santiago.
Millares de peregrinos y mas de un millón de años.
Peregrino ¿Quien te llama? ¿Que fuerza oculta te atrae?
Ni el Campo de las Estrellas, ni las grandes catedrales.
No es la bravura navarra, ni el vino de los riojanos,
Ni los mariscos gallegos ni los campos castellanos.
Peregrino ¿Quien te llama? ¿Que fuerza oculta te atrae?
Ni las gentes del Camino ni las costumbres rurales.
No es la Historia y la Cultura, ni el gallo de la Calzada
Ni el palacio de Gaudí, ni el castillo Peralada
Todo lo veo al pasar y es un gozo verlo todo.
Mas la voz que a mi me llama la siento mucho mas hondo.
La fuerza que a mi me empuja la fuerza que a mi me atrae
no sé explicarla ni yo, ! Solo el de Arriba lo sabe ¡"

jueves, 6 de marzo de 2008

Bocatas en Navarrete

El bocata y el café con leche del bar Los Arcos, se hicieron de rogar. La camarera era lenta de cojones. Pero al final valió la pena la espera ya que el jamón catalana estaba de primera. Mientras hacía tiempo estuve observando a los peregrinos que almorzaban a mi alrededor. Al haber perdido de vista al ponferradino y a su italiana, intenté hacer amistad con nueva gente, pero un par de jovenes que estudiaban su guía no me convencieron mucho, y dos chavalas que pedían información de autobuses hasta Najera, también quedaron descartadas. Por lo que encargué otro bocadillo e hice acopio de agua para los 20 Kms. que aún quedaban hasta el final de etapa, hice la visita rápida al pueblo, dos fotos para el recuerdo y de nuevo en camino tras haberme demorado en Navarrete mas de una hora.
El sendero a partir de ahí estaba jalonado de bodegas y de viñas. Lo curioso era que que dichas vides estaban sobre un terreno completamente alfombrado de cantos rodados, pequeñas chinas que le daban al lugar un extraño y anomalo aspecto. De lo que si me fijé particularmente fue de que las vides que estaban mas cercanas al Camino, eran todas de diferentes uvas, y que en una especie de intento de culturización del caminante, cada cepa tenía su cartel o etiqueta correspondiente con el tipo de uva que ahí se cultivaba... garnacha, tempranillo, moscatel, y otras varias variedades. Me pareció ingenioso a la vez que educativo, y entendí que cada Comunidad hace patria de la mejor forma que entiende, y que La Rioja, sin duda debe estar orgullosa de sus uvas y afamados vinos.
El sol a media mañana lucía y calentaba de lo lindo. El calor iba poco a poco minando las fuerzas y el paisaje se fue tornando mas árido sobre todo en un tramo cercano a una carretera en obras.
Recuerdo que los lugares con algo de sombra se hicieron caros de conseguir, y en especial recuerdo a dos jovenes alemanas de aspecto un tanto punkie sentadas bajo un puente de la autovía en construcción, apretujadas para pillar cacho de espacio sin sol.
A la altura de Ventosa, que se veía a lo lejos, un poco separado de la ruta, un jubilado francés se encamino hasta el pueblo para quedarse en su albergue. Yo aunque bastante cansado, pues 30 Kms. para un primer día se me antojaban excecivos, decidí continuar y cumplir con los planes. No obstante me detuve en el mismo centro del camino, pues ahí daba la sombra de un escualido arbolito, y me dediqué al otro bocadillo que llevaba.
Acabado el aperitivo, inicié la corta pero alucinante ascención al pequeño alto de San Antón, donde los peregrinos han formado un autentico paisaje lunar, a base de ir formando pequeños monticulos con cantos rodados que toman del sendero y de las vides cercanas. Los monticulos, de apenas unos pocos centimetros de alto, pero de tal cantidad, dan a la zona una sensación irreal pero a la vez muy agradable, de modo que la subida, por la cara mas fácil, se hace muy llevadera.

martes, 4 de marzo de 2008

Salida de Logroño

! Vaya año de visitas al hospital que llevamos ¡
Ahora quien está ingresado es mi hijo Carlos. Un ataque de apendicitis, que a decir de la cirujana que anoche lo operó, estuvo a punto de tornarse en peritonitis. Justo a tiempo, y salvo algunos problemas colaterales, como fiebre e imposibilidad de orinar, creo que todo quedará en un buen susto. Aparte de la gravedad del tema, la curiosidad estribó en ver reunidas a Sonia, mi ex-esposa, y a mi mujer MªDolores. Al menos fue chocante para mi. Sin embargo, el cuadro no paso de una charla civilizada y de muy buen rollo.
Y dicho esto, paso a relatar el tramo del Camino 2006, que como siempre, empezó con los típicos ¿Que hago yo aquí ? ¿Quien me mandaría volver a embarcarme en esto? ... me explicaré.
El Bilman bus batió todos sus records, y me dejó a las 4,30 de la madrugada en la estación de Logroño. Ese año ni moritos suicidas, ni chinitas de ojos oblicuos. En 2006 mi compañera de asiento fue una pulcra alavesa, de vuelta de sus días en La Manga, y que se pasó medio viaje de conversación telefónica con una amiga y el otro medio durmiendo a pierna suelta. Tras las paradas reglamentarias para cenar y luego para un café en la provincia de Teruel, el resto del viaje fue rápido, y como digo, llegamos demasiado pronto al destino, teniendo que pasar cerca de dos horas para que hubiera algo de movimiento en los andenes de la cerrada estación. Cuando abrieron sobre las seis de la mañana, yo ya llevaba horas con la moral por los suelos y el frío en los huesos.
Solo perdí unos minutos tratando de ver combinaciones de autobús para tal vez hacer una escapada hasta los Monasterios de Suso y Yuso y el pueblo de Berceo para cuando mi camino pasara por sus proximidades, pero me entró la neura de momento, y preferí tratar de encontrar algún bar para desayunar caliente. Cualquier cosa antes que permanecer allí sentado en un banco. Como no hubo suerte y todo estaba cerrado, decidí ponerme en ruta de inmediato.
No sé por qué, pensé que iba a ser el primero, pero no recordaba como las gastan los peregrinos y cuando me situé en la Ruavieja, un rosario de caminantes me devolvieron a la realidad.
Con lo que fui saliendo de la capital riojana, todavía de noche, pasando por la fuente de los peregrinos, las murallas del Revellín y la interminable avenida Marqués de Murieta. Me intercalé entre algunos peregrinos con la intención de ir de alguna manera acompañado, y viendo la posibilidad de entablar alguna amistad desde el principio. Pero nada de lo que vi me convenció, por lo que me dediqué a pensar como negociar los casi 30 Kms. de aquella primera etapa que me debería llevar hasta Najera. Luego atravesé los parques de La Laguna y San Miguel, donde los aspersores se pusieron a funcionar inesperadamente, justo a mi paso, lo que me valió que me mojara entero. Cruce sobre la autovía, en una zona de grandes construcciones de viviendas y al otro lado por un agradable paseo arbolado enfilé hacia el Parque de la Grajera, donde llegué cuando estaba clareando el día. El embalse de la Grajera y el parque que lo rodeaba, a aquella hora estaba realmente apacible y tranquilo, salvo por algún alboroto organizado por innumerables patos que recién se estaban despertando. El paisaje era bonito, algunas percas boqueaban y nadaban en la orilla, algunos pescadores preparaban sus cañas, pero el frío ambiental no me permitió detenerme mucho tiempo, a pesar de que me sentí muy a gusto en aquel paraje.
Una ligera cuesta, desde la que por cierto se tenía unas increíbles u espectaculares vistas del gran lago, de la capital a lo lejos y del sol acabando de salir en el horizonte, dio paso a una zona de viñas junto al sendero, y poco mas adelante, cuando este bordeaba la carretera, una valla en la que infinidad de peregrinos había dejado sus cruces hechas con ramas y pequeñas maderas.
Unas bodegas, nada raro por la zona, y un camino paralelo a la autovía me llevó en poco mas de una hora hasta las cercanías de Navarrete, donde en ese punto empecé a charlar con un joven ponferradino que iba acompañado, por lo que me dijo desde Roncesvalles, de una guapa italiana.
Y de esta manera, escuchando las maravillas de su tierra leonesa que me iba enumerando el chaval, llegamos hasta las ruinas del antiguo hospital de San Juan de Acre. La verdad es que eran unas pocas piedras, tres o cuatro de ellas aún en equilibrio una sobre otra, pero el cuidado estado de las excavaciones daban una idea de lo que debió ser aquel lugar en la edad media.
Algo debió pasar entre mis dos momentáneos acompañantes, alguna discusión de enamorados, ya que la italiana puso tierra de por medio entre nosotros, el chaval fue tras de ella y cuando yo quise darles alcance, me vi sudando y resoplando para seguirles el ritmo. Para mas complicación, la entrada en el pueblo era una escalera de empinados escalones.
Nada mas llegar hasta la primera plaza de la localidad, reparé en un bar abierto, me olvidé de italianas y romeos enamorados y me dispuse a desayunar y descansar un buen rato.
Solo 10 Kms. recorridos desde Logroño y las piernas me parecían de goma.

domingo, 2 de marzo de 2008

Recogido en una revista

Esta mañana de domingo hemos acudido a la plaza del Ayuntamiento para ver una especie de Certamen de Bandas de Cornetas y Tambores, en un acto mas de la cercana Semana Santa. Alvarito es muy aficionado a este tipo de música, llega a emocionarse con los "solos" de cornetas tenores, e incluso chatea con los miembros de una Banda de música de no sé que pueblo de la provincia. Con lo que no podíamos faltar. Las bandas eran de diferentes lugares. Sitios tan dispares como Muchamiel (Alicante), Teruel, Jumilla (Murcia), Córdoba.... y .... Almería; y cuando han empezado a tocar los almeriense, La banda de La Santa Cruz de Almería, con sus bonitos uniformes y sus cascos plateados coronados con unos enormes penachos de plumas blancas y rojas, nos hemos mirado los tres sonriendo, y no hemos podido evitar acordarnos de nuestro amigo Rafa. Me han entrado ganas de hablar con ellos y decirles... "tengo un amigo en vuestra ciudad... ¿Lo conocéis? Se llama Rafa... Sí, hombre... lo tenéis que conocer... un tipo algo calvito y muy simpático".
Dicho esto, y siendo domingo... me pondré trascendental... y transcribiré un articulo leído en la revista Peregrino. Es parte de un diario de un peregrino, que además colabora en ella asiduamente en una sección llamada "Al paso del peregrino". Me ha gustado un párrafo del articulo titulado "La Oración del Camino", en el que relata un encuentro ocasional al borde del sendero.
Ahí os va: "..... renovado y feliz bajaba del Alto de Mostelares viendo como a lo lejos se divisa un largo tramo de camino hasta la fuente del Piojo. en la lejanía veo un peregrino que me precede, y como siempre me dan ganas de alcanzarle y encontrarle. Me encanta atesorar encuentros fugaces con otros caminantes, suelen ser momentos breves pero llenos de sentido, de humanidad compartida, de sentimientos adivina parecidos a los suyos, de miradas animosas y cómplices ..... me sorprende ver que el peregrino está parado de pie en medio del camino. Pero algo no encaja, al ir aproximándome,veo que se balancea a un lado y otro apoyado en su bastón, a veces parece moverse en círculos como si ejecutase algún tipo de danza. Me asalta la sensación de que aquél peregrino, está haciendo cosas raras. poco más de cincuenta metros de el veo unas letras trazadas en la tierra y entonces entiendo sus extraños movimientos, está escribiendo con su bastón e intento descifrar las frases y al poco descubro lo que dicen...: Pater noster qui est in coeli .... Es el padre nuestro en latín, lo que el peregrino está escribiendo en la tierra y yo lo voy leyendo al paso hasta que llego a su altura, paro un momento y le digo....: et ne nos inducas in tentacione, sed libera nos a malo.... Son las palabras que le restan aún por escribir. Y el me dice....: Amén. No quiero interrumpirle y sigo caminando mientras el se queda escribiendo. No nos volveremos a ver en el camino, pero el recuerdo de aquel joven peregrino quedará en mi memoria mucho tiempo. Aquel día mi oración en muchos momentos seria repetir amen.... aquel anónimo muchaco me hizo ver que el peregrino es una especie de portavoz de la tierra, que sus pasos y sus palabras, son una especie de eterno amen que suena como un eco en todo el camino dando voz y alma a la oración continua de la tierra de su Creador."

Y firma, José Ignacio Díaz (Sin cuaderno de notas)


Algunos cambios en mi blog

! Pues si ¡ Al final le hice caso al amigo Gambin, o mejor dicho, encontré tiempo para seguir sus instrucciones e incluí algunos cambios, en forma de elementos nuevos en la presentación del blog.
Lugar para una frase que iré cambiando semanalmente. Unas veces será algún pensamiento profundo tomado prestado de algun filósofo o tipo sesudo (que para eso están). Otras veces, alguna parida de esas que se me ocurren a mi cada dos por tres. Pero siempre con la intención de hacer pensar o bien reir a mis lectores y tratando de mantener la relación con el Camino.
Luego, y tras recuperar mi foto del abrazo al Apostol, he subido un pequeño recuadro en el que aparecen fotografías relacionadas con la peregrinación. Las fotos son aleatorias y elegidas a "su bola" por el "internete de los cojones". Yo hubiera querido que pasaran por ahí mis propias fotos, pero no sé como podría conseguir que sucediera eso... con lo burro y lo torpe que soy con esto, bastante tengo con lograr que no me estalle el ordenador en la cara. No pidamos peras al olmo.
Y dado que no puedo obligar a nadie a que haga comentarios, y que esta bitácora parezca un verdadero blog, un lugar de encuentro entre amigos y lectores que participan activamente dando sus propias opiniones o enriqueciendolo con sus ideas y sugerencias, he intentado que, con solo un par de clicks del ratón, algunos puedan si lo desean interactuar de alguna manera en esta página. Se trata de una encuesta a una pregunta, que tambien cambiará cada ciertos días, y en la que todos podemos votar de entre cuatro opciones que yo mismo estableceré.
Parece que la idea de la encuesta no empieza mal, ya que a las pocas horas de haberla editado ya tenemos a uno que hizo click. ¿No fue tan díficil, verdad amigo/a ? Totalmente anónimo y aséptico... y un acto de caridad para con un blogero (esta palabra la acabo de inventar) que en ocasiones cae en el desanimo por la falta de respuesta de sus amigos.
Me hubiera gustado también poder colocar un vinculo a la cadena de radio de internet como hace el amigo Gambin, y que se pudiera escuchar musica al mismo tiempo que se leen las entradas. Pero tampoco lo veo imprescindible, ya que muchos de mis lectores lo hacen en horas de trabajo, y con el sonido apagado para no dar pistas a jefes y compañeros. Y ya para terminar, contestando a un comentario de Berin, mediante e.mail (por vía interna) en el que me pregunta que significa eso del "Amante del Camino" (No confundir con nuestra amiga La Amante del Camino) la debo remitir a la entrada del pasado 15 de Febrero, titulada "Miscelaneas" y mas concretamente al comentario hecho por Rafa Gambin ese mismo día, en el que nos insertó la noticia mucho mas fidedigna de como yo la relataba, eso sí, de oidas.

sábado, 1 de marzo de 2008

Entrenamientos

Como dije, unos días después de nuestro encuentro con Rafa, mi hermana Isabel se ilusionó con hacer el Camino de Santiago. Al menos solo un tramo, ya que no disponía de vacaciones, pero ella terca como una mula consiguió que en el concesionario de Mercedes Bénz, donde trabaja, consintieran en darle unos días en Septiembre. Me pidió consejo y le propuse Roncesvalles-Logroño tal y como había hecho yo anteriormente. También propuse que se viniera conmigo a entrenar los fines de semana, y aunque en principio me dijo que ella ya andaba cuando paseaba al perro por la noche, al final transigió en venirse un sábado a andar conmigo (10 Kms. escasos) y un par de domingos mas tarde, otra caminata víspera ya de nuestras respectivas salidas, pertrechados con nuestras mochilas tal y como las llevaríamos en la aventura.
Aquel domingo anduvimos toda la mañana, desde 8,30 a 14 horas, con una temperatura de mas de 30 grados y cerca de 25 Kms. de recorrido asfaltado, incluida una subida a una empinadísima loma cerca del cementerio de San Juan pueblo.
Isabel llevó muy bien aquella tortura, y acabó bastante entera, con lo que no debería tener problemas para aguantar el Camino. Faltaba saber si podría soportar mentalmente varias etapas seguidas, día tras día. Pero eso normalmente solo lo sabe uno, una vez puesto manos a la obra (aquí, mejor dicho: pies) y ante la dificultad, ver el espíritu de superación que cada uno atesora y su fuerza de voluntad. En una palabra: Que en ruta se buscara la vida, y que la propia experiencia le enseñara el resto. Al igual que lo hemos hecho todos la primera vez.
Durante aquellas dos mañanas que entrenamos juntos, si que pude explicarle aquellas cosas de mas interés que se iba a encontrar en el Camino, lo mas elemental que todo peregrino debe conocer y aclararle dudas que tenía la mujer. Le hablé de los paisajes que se encontraría a lo largo de su ruta, los pueblos por los que pasaría, los albergues que la acogerían, algunos trucos útiles, el dinero que debería llevar, y las amistades que sin género de dudas haría en aquellos días.
Finalmente y para que no perdiera tiempo de trabajo, le conseguí la credencial para su peregrinación, le compré sus billetes de autobús tanto de ida como de vuelta desde Logroño y por último la acompañé a Declatón para que adquiriera algunos complementos para el viaje que le faltaban.
A pesar de mis recomendaciones en cuanto al peso a llevar y cosas superfluas que dejar, terca como una mula (no sé si ya lo dije anteriormente) acabó llevándose un pijama con dibujos de ositos y el secador del pelo. Eso me lo confesó al regreso... y no quise indagar excesivamente acerca del tostador de pan y la cafetera. Cada cual lleva lo que quiere y toma los consejos que cree conveniente.
Por mi parte yo, cada fin de semana durante Julio y Agosto ande, sábados y domingos, mis buenos 25-28 Kms. y la mayoría de las noches salía al menos una hora y media cada día.
Tras pesar varias veces mi mochila y riñonera, conseguí dejar el peso a cargar, como en años anteriores, en menos de 7 kilos, como siempre a base de vaciar el tubo de crema dentífrica a menos de la mitad, no llevar bote de champú y dejar el del gel al mínimo imprescindible, no cargar con la esterilla o cargar un rollo de papel higiénico con solo tres o cuatro vueltas de papel. (Yo el rollo de papel higiénico... totalmente innecesario pues no falta en ningún bar o albergue...
lo llevo a modo casi de amuleto tras vivir el "aprentón" que le sobrevino al almeriense a la bajada del Perdón... aquella vez que se sintió "ultrajado"... ¿recordais? )
En el momento de adquirir las credenciales en la Asociación vi la información sobre el V Concurso fotográfico y decidí participar con fotos que tomara durante aquellos días entre Logroño y Burgos.
Al final volvía una vez mas a partir solo. Rafa de Almería se daba un año sabático tras su Camino completo del año anterior. Las granadinas solo hubieran venido caso de realizar el tramo de Santiago a Finisterre, en donde es tradición milenaria quemar las ropas llevadas durante la peregrinación junto al océano, pero los recientes incendios en los montes de Galicia (Julio y Agosto 2006) nos desaconsejaron caminar entre tierra y árboles quemados, y paisajes desolados por la estupidez humana. Los ovetenses inmersos en su recientísima e inesperada separación matrimonial, estaban para poca fiesta, aunque MªJesús a punto estuvo de acompañarme con el fin de escapar a la depresión en que la tenía sumida la sorpresiva ruptura. Javier y Esperanza tenían sus vacaciones la semana siguiente a las mías al igual que mi hermana. Mi amigo Andres Iborra había preferido irse al Camino del Norte desde Santillana del Mar con su hija Andrea, una amiguita de esta y su madre, tal y como me lo hizo saber por una llamada a medio camino de su primera etapa.
Con lo que así las cosas, el día 8 de Septiembre a las 20,20 horas, este año sin equivocarme de hora, tomaba el Bilman Bus hacia Logroño y empezaba mi tercer tramo y año consecutivos.