sábado, 1 de marzo de 2008

Entrenamientos

Como dije, unos días después de nuestro encuentro con Rafa, mi hermana Isabel se ilusionó con hacer el Camino de Santiago. Al menos solo un tramo, ya que no disponía de vacaciones, pero ella terca como una mula consiguió que en el concesionario de Mercedes Bénz, donde trabaja, consintieran en darle unos días en Septiembre. Me pidió consejo y le propuse Roncesvalles-Logroño tal y como había hecho yo anteriormente. También propuse que se viniera conmigo a entrenar los fines de semana, y aunque en principio me dijo que ella ya andaba cuando paseaba al perro por la noche, al final transigió en venirse un sábado a andar conmigo (10 Kms. escasos) y un par de domingos mas tarde, otra caminata víspera ya de nuestras respectivas salidas, pertrechados con nuestras mochilas tal y como las llevaríamos en la aventura.
Aquel domingo anduvimos toda la mañana, desde 8,30 a 14 horas, con una temperatura de mas de 30 grados y cerca de 25 Kms. de recorrido asfaltado, incluida una subida a una empinadísima loma cerca del cementerio de San Juan pueblo.
Isabel llevó muy bien aquella tortura, y acabó bastante entera, con lo que no debería tener problemas para aguantar el Camino. Faltaba saber si podría soportar mentalmente varias etapas seguidas, día tras día. Pero eso normalmente solo lo sabe uno, una vez puesto manos a la obra (aquí, mejor dicho: pies) y ante la dificultad, ver el espíritu de superación que cada uno atesora y su fuerza de voluntad. En una palabra: Que en ruta se buscara la vida, y que la propia experiencia le enseñara el resto. Al igual que lo hemos hecho todos la primera vez.
Durante aquellas dos mañanas que entrenamos juntos, si que pude explicarle aquellas cosas de mas interés que se iba a encontrar en el Camino, lo mas elemental que todo peregrino debe conocer y aclararle dudas que tenía la mujer. Le hablé de los paisajes que se encontraría a lo largo de su ruta, los pueblos por los que pasaría, los albergues que la acogerían, algunos trucos útiles, el dinero que debería llevar, y las amistades que sin género de dudas haría en aquellos días.
Finalmente y para que no perdiera tiempo de trabajo, le conseguí la credencial para su peregrinación, le compré sus billetes de autobús tanto de ida como de vuelta desde Logroño y por último la acompañé a Declatón para que adquiriera algunos complementos para el viaje que le faltaban.
A pesar de mis recomendaciones en cuanto al peso a llevar y cosas superfluas que dejar, terca como una mula (no sé si ya lo dije anteriormente) acabó llevándose un pijama con dibujos de ositos y el secador del pelo. Eso me lo confesó al regreso... y no quise indagar excesivamente acerca del tostador de pan y la cafetera. Cada cual lleva lo que quiere y toma los consejos que cree conveniente.
Por mi parte yo, cada fin de semana durante Julio y Agosto ande, sábados y domingos, mis buenos 25-28 Kms. y la mayoría de las noches salía al menos una hora y media cada día.
Tras pesar varias veces mi mochila y riñonera, conseguí dejar el peso a cargar, como en años anteriores, en menos de 7 kilos, como siempre a base de vaciar el tubo de crema dentífrica a menos de la mitad, no llevar bote de champú y dejar el del gel al mínimo imprescindible, no cargar con la esterilla o cargar un rollo de papel higiénico con solo tres o cuatro vueltas de papel. (Yo el rollo de papel higiénico... totalmente innecesario pues no falta en ningún bar o albergue...
lo llevo a modo casi de amuleto tras vivir el "aprentón" que le sobrevino al almeriense a la bajada del Perdón... aquella vez que se sintió "ultrajado"... ¿recordais? )
En el momento de adquirir las credenciales en la Asociación vi la información sobre el V Concurso fotográfico y decidí participar con fotos que tomara durante aquellos días entre Logroño y Burgos.
Al final volvía una vez mas a partir solo. Rafa de Almería se daba un año sabático tras su Camino completo del año anterior. Las granadinas solo hubieran venido caso de realizar el tramo de Santiago a Finisterre, en donde es tradición milenaria quemar las ropas llevadas durante la peregrinación junto al océano, pero los recientes incendios en los montes de Galicia (Julio y Agosto 2006) nos desaconsejaron caminar entre tierra y árboles quemados, y paisajes desolados por la estupidez humana. Los ovetenses inmersos en su recientísima e inesperada separación matrimonial, estaban para poca fiesta, aunque MªJesús a punto estuvo de acompañarme con el fin de escapar a la depresión en que la tenía sumida la sorpresiva ruptura. Javier y Esperanza tenían sus vacaciones la semana siguiente a las mías al igual que mi hermana. Mi amigo Andres Iborra había preferido irse al Camino del Norte desde Santillana del Mar con su hija Andrea, una amiguita de esta y su madre, tal y como me lo hizo saber por una llamada a medio camino de su primera etapa.
Con lo que así las cosas, el día 8 de Septiembre a las 20,20 horas, este año sin equivocarme de hora, tomaba el Bilman Bus hacia Logroño y empezaba mi tercer tramo y año consecutivos.

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