lunes, 17 de marzo de 2008

Petrer-Villena por el Sureste

Como ya avisé, el pasado sábado tuvimos etapa del Camino del Sureste, con lo que a las 8 de la mañana salíamos desde la cafetería Iruña con un autobus mucho menos concurrido que quince días antes. Resultó que parte de los asiduos de estas etapas, sobre todo miembros de la Asociación, empezaban ese mismo día un tramo de 10 dias por las provincias de Cuenca y Toledo, siguiendo con el proyecto de acabar en 2010 en Santiago, aprovechando puentes y semana santa, para hacer todo el Camino del Sureste al completo, andando sus 1.142 Kms.
Nosotros, mas modestos, nos debemos conformar con estas etapas una vez al mes, y gracias.
Ya en las afueras de Petrer, y acompañados durante un pequeño trecho por un miembro de la Asociación de Elda-Petrer, y "capitaneados" este día por Juan Romero, nuestro atento guía, fuimos caminando a buen ritmo por ver de ir entrando en calor a esa hora de la mañana.
Los primeros metros entre industrias y talleres del margen izquierdo de la autovía a Madrid fueron un tanto anodinos, y cuando cruzamos por debajo de ella, por un túnel de aspecto siniestro, el sendero era ruinoso, con todo tipo de residuos y desechos desperdigados por doquier.
Pero una vez dejada atras las proximidades de la importante carretera, el paisaje cambió radicalmente y atravesamos, bordeando la Serreta, tramos de variada vegetación, en su mayoría altos arbustos que formaban algún que otro tunel vegetal; donde no faltaban algunos árboles y zonas donde la hierba verde por las pasadas lluvias del invierno y algunas florecillas silvestres nos hicieron mas amena la marcha.
Llegamos hasta una especie de pequeña presa de algún ramal del Vinalopo donde hubimos de bajar por un tramo empinadisimo, momento que para algunas de la mujeres produjo ciertas dificultades.
Tras una hora de camino, y caminar bordeando la vía férrea, donde el Euromed nos dió un susto a unos cuantos, llegamos hasta la confluencia del camino a Sax desde Elda, perdiéndonos por apenas 50 metros el tramo en el que se cruzaba a pie el Vinalopo y donde nos reíamos bastante, sobre todo cuando nuestro Presidente, o bien se caía al agua o bien perdía el walkie talkie.
Una hora despues llegabamos a Sax donde, tras una foto de grupo a la entrada del pueblo, continuamos hasta la plaza del Ayuntamiento para almorzar en sus escalinatas, justo bajo la placa que marca los 1.000 Kms. hasta Santiago. Este año, yo preferí tomarme una café con churros en un bar cercano y luego, acompañado de Berín y Crecen, visitar el interior de la Iglesia de la Asunción donde varios Pasos de Semana Santa esperaban su hora para desfilar por la localidad.
Menos de dos horas de marcha después, continuamente adelantados por cicloturistas que nos saludaban al pasar, teníamos a la vista Santa Eulalia. Este pequeño y curiosisimo pueblo, mas bien pedanía de Villena, cada año me causa el mismo efecto relajante. Se trata de apenas medio centenar de casas, la mayoría cerradas y desabitadas, en el que la unica actividad se centra en el Casinete, un minusculo bar donde siempre hay tres o cuatro abuelos jugando al dominó, una enorme plaza, mezcla de abandono y pulcritud apartes iguales, aunque suene a contrasentido, y cuatro edificio antiguos e igualmente abandonados, anclados en el final del siglo XIX, primeros años del XX. Este último año Santa Eulalia ha recobrado cierto protagonismo, al rodarse allí algunas escenas de una serie de Canal 9, llamada la Alquería Blanca. De hecho en la puerta de su ermita, junto a la plaza, aún conservan el letrero que por exigencias del guión y el rodaje cambió momentaneamente de nombre al pueblo. Una parada que cada año se agradece enormente y que se nos hace simpática a todos.
De nuevo en ruta y en algo mas de dos horas más nos ponía Villena a la vista, Antes habíamos caminado sobre los restos de una Via Romana, creo que restos de la Via Augusta, y atravesado una increible pinada en medio de campos de parcelación agraria.
A las tres de la tarde, y tras pasar por las iglesias de Santa María y de Santiago, y recorrer buena parte de la Gran Vía, comíamos en un pequeño bar cerca del colegio Salesianos de Villena.
A las cuatro y media de la tarde, tomabamos de nuevo el bus para el regreso a Alicante. La mayoría con las piernas como de goma y muy cansadas, pero todos con el animo bien arriba por haber tenido, una vez mas, una buena jornada de Camino, con algo de calor pero en la que el sol nos dió tregua, oculto la mayor parte del tiempo entre las nubes. Una nueva jornada de amistad entre bromas, risas y algún que otro resuello por los aproximadamente 22 Kms. recorridos.

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