domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
LA ISLA SOÑADA
Libro de la Editorial Alfaguara, de tan solo 161 paginas, del Antropólogo e Historiador de América, el toledano Fernando Martinez Gil, que en principio va dirigido a un publico juvenil, pero que cualquier adulto disfrutará igualmente.
Nos cuenta una historia sobre el reclamo que supone el Nuevo Mundo, la llamada de America, en un joven del Madrid y la España del siglo de las Luces, tras un extraño brote de locura acontecido a su hermano a la vuelta de un viaje a Tahití.
Las cuestiones de la época, en un constante juego de estrategias geopolíticas en que se movían los diferentes gobiernos, encaminados a la colonización y anexión a las Coronas de los países con intereses en este nuevo continente, empezaban ya a hacer mella entre los aborígenes de las islas. El contacto de estos, con los conquistadores españoles, ingleses, holandeses... hacía tambalear el embrujo y la fascinación de un mito presente en la historia de los hombres: El mito de la inocencia en el paraíso terrenal.
Solo unos pocos tuvieron la suficiente visión para darse cuenta de que aquella invasión a las tierras vírgenes de las islas del sur acabarían por destruir ese mito y cambiar para mal a las pacificas gentes que las habitaban.
Unos pocos también, combatieron aquel fatídico avance de "la civilización" y el cruel destino de aquellos indios, luchando con cuerpo, alma y espíritu, para intentar evitar lo inevitable.
viernes, 28 de noviembre de 2008
Almuerzo y caminata
Apenas dos kilómetros nos separaban de San Miguel del Camino, y ante la inminencia del almuerzo nuestros esfuerzos se redoblaron y los cubrimos en un corto espacio de tiempo. De nuevo se repetía la tónica del anterior pueblo. Una pequeña localidad tranquila, cruzada por una Nacional 120 con poco trafico aquel día, con fabricas de cecina tanto a la entrada como a la salida de la localidad y constituida por casas unifamiliares y alguna urbanización de bungalows.
Nos sentamos en el banco de una parada de autobús, y Esperanza saco los panecillos repletos de jamón y queso, algunas galletas y magdalenas.
El almorzar en mitad de la calle viendo los coches pasar, no era lo que mas me molaba, pero siendo el primer día no quise imponer mi voluntad sabiendo que para la vasca el ahorro de no entrar en un bar era como un triunfo para ella. Además, el único bar que teníamos a la vista, metido a lo lejos en una de las calles tenía todas las trazas de estar cerrado los domingos.
Fuimos comiendo y charlando, hasta que una pareja de alemanes acompañados de un nacional, pasaron junto a nosotros saludándonos. El alemán muy viejo, la chica, una chavala muy mona que sin duda había atraído a nuestro español. Aquel grupito continuó un centenar de metros mas allá con síntomas de estar buscando algún mesón para almorzar igualmente. Sin duda les habíamos dado envidia, pero el cierre dominical les estaba creando algún problema.
Nosotros continuamos a lo nuestro. Y cuando ya atracábamos las galletas María, vimos a lo lejos una enorme bandera española moviendose. Unos minutos después ya vimos que era portada por un peregrino, enganchado su mástil de alguna manera a la mochila que portaba a la espalda.
Pero de pronto desapareció en una de la calles y supusimos que se trataba de alguna especie de freakie porque, ya digo, que la bandera era de una proporciones descomunales.
Acabado el almuerzo nos volvimos a poner en marcha. Volvimos a saludar al grupo hispano-alemán al pasar y enfilamos el andadero a buen ritmo, ya con los estómagos llenos.
En aquel momento recibí la llamada de MªDolores a la que le fui relatando lo acontecido en las ultimas horas. También hablé con Alvaro (Don Alvaro para algunos) y pregunté por el resultado de los partidos de fútbol de la segunda división. El día anterior se había celebrado precisamente el encuentro entre La Real Sociedad de San Sebastian y el Hercules de Alicante, que había terminado con empate a cero.
Una vez acabada la llamada, fuimos charlando de nuevo, esta vez con el fútbol como tema de conversación. Caí en la cuenta, y así se lo recordé a mis compañeros, que en el año 2005 en la etapa de Pamplona había coincidido el partido entre el Hercules y el Almería con idéntico resultado y que tanto Rafa, el Vecino de Abajo como yo nos habíamos felicitado por el reparto de puntos como buenos hermanos. De nuevo sucedía. Los vascos y el alicantino se podían dar por satisfechos por que sus equipos se hubieran hermanado repartiéndose un punto cada uno.
De pronto, y justo en mitad del sendero nos encontramos una enorme poza llena de agua, que tuvimos que vadear desviándonos del camino. Aquello era señal de que en las ultimas horas debía haber caído algún fuerte chaparrón, aunque en el reseco camino no se apreciara signos de barro.
Los ocho kms. hasta el siguiente pueblo, Villadangos del Páramo, empezaron a hacerse monótonos y aburridos. El paisaje era anodino, y no daba para mas. Empezábamos a desear, al menos yo, que el verde, los arboles y los paisajes bonitos fueran apareciendo ya en aquel tramo, pero aún era demasiado pronto para ello, y todavía quedaban un par de etapas de páramos y campos despoblados.
De pronto vimos en el horizonte a alguien parado en el andadero. Aquello era realmente raro. ¿Un peregrino detenido en mitad de la nada y sin andar? A medida que nos fuimos acercando vimos que se trataba de un tipo de unos treinta años, con perilla, un pañuelo anudado a la cabeza y que en un trípode, tenía instalada una cámara de vídeo. Al llegar a su altura comprobamos como trasteaba en el aparato y lo ponía en marcha, grabando nuestra llegada.
Lo saludamos, o mas bien saludamos a la cámara. Una vez fuera de campo, le preguntamos por esa extraña afición de grabar pobre y cansados peregrinos en su largo caminar, diciendonos que era para hacer un reportaje. Le comentamos que detrás nuestro aparecería de un momento a otro un freaki con una bandera en forma de auténtica sabana bajera. No sé bien si nos entendió ya que no nos respondió, y ante la falta de comunicación optamos por continuar nuestra marcha. A aquel tipo no sería la ultima vez que lo viéramos, pues acabó convirtiéndose en un personaje familiar durante varias jornadas. ! Podía ser que saliéramos en la tele y todo ¡
Nos sentamos en el banco de una parada de autobús, y Esperanza saco los panecillos repletos de jamón y queso, algunas galletas y magdalenas.
El almorzar en mitad de la calle viendo los coches pasar, no era lo que mas me molaba, pero siendo el primer día no quise imponer mi voluntad sabiendo que para la vasca el ahorro de no entrar en un bar era como un triunfo para ella. Además, el único bar que teníamos a la vista, metido a lo lejos en una de las calles tenía todas las trazas de estar cerrado los domingos.
Fuimos comiendo y charlando, hasta que una pareja de alemanes acompañados de un nacional, pasaron junto a nosotros saludándonos. El alemán muy viejo, la chica, una chavala muy mona que sin duda había atraído a nuestro español. Aquel grupito continuó un centenar de metros mas allá con síntomas de estar buscando algún mesón para almorzar igualmente. Sin duda les habíamos dado envidia, pero el cierre dominical les estaba creando algún problema.
Nosotros continuamos a lo nuestro. Y cuando ya atracábamos las galletas María, vimos a lo lejos una enorme bandera española moviendose. Unos minutos después ya vimos que era portada por un peregrino, enganchado su mástil de alguna manera a la mochila que portaba a la espalda.
Pero de pronto desapareció en una de la calles y supusimos que se trataba de alguna especie de freakie porque, ya digo, que la bandera era de una proporciones descomunales.
Acabado el almuerzo nos volvimos a poner en marcha. Volvimos a saludar al grupo hispano-alemán al pasar y enfilamos el andadero a buen ritmo, ya con los estómagos llenos.
En aquel momento recibí la llamada de MªDolores a la que le fui relatando lo acontecido en las ultimas horas. También hablé con Alvaro (Don Alvaro para algunos) y pregunté por el resultado de los partidos de fútbol de la segunda división. El día anterior se había celebrado precisamente el encuentro entre La Real Sociedad de San Sebastian y el Hercules de Alicante, que había terminado con empate a cero.
Una vez acabada la llamada, fuimos charlando de nuevo, esta vez con el fútbol como tema de conversación. Caí en la cuenta, y así se lo recordé a mis compañeros, que en el año 2005 en la etapa de Pamplona había coincidido el partido entre el Hercules y el Almería con idéntico resultado y que tanto Rafa, el Vecino de Abajo como yo nos habíamos felicitado por el reparto de puntos como buenos hermanos. De nuevo sucedía. Los vascos y el alicantino se podían dar por satisfechos por que sus equipos se hubieran hermanado repartiéndose un punto cada uno.
De pronto, y justo en mitad del sendero nos encontramos una enorme poza llena de agua, que tuvimos que vadear desviándonos del camino. Aquello era señal de que en las ultimas horas debía haber caído algún fuerte chaparrón, aunque en el reseco camino no se apreciara signos de barro.
Los ocho kms. hasta el siguiente pueblo, Villadangos del Páramo, empezaron a hacerse monótonos y aburridos. El paisaje era anodino, y no daba para mas. Empezábamos a desear, al menos yo, que el verde, los arboles y los paisajes bonitos fueran apareciendo ya en aquel tramo, pero aún era demasiado pronto para ello, y todavía quedaban un par de etapas de páramos y campos despoblados.
De pronto vimos en el horizonte a alguien parado en el andadero. Aquello era realmente raro. ¿Un peregrino detenido en mitad de la nada y sin andar? A medida que nos fuimos acercando vimos que se trataba de un tipo de unos treinta años, con perilla, un pañuelo anudado a la cabeza y que en un trípode, tenía instalada una cámara de vídeo. Al llegar a su altura comprobamos como trasteaba en el aparato y lo ponía en marcha, grabando nuestra llegada.
Lo saludamos, o mas bien saludamos a la cámara. Una vez fuera de campo, le preguntamos por esa extraña afición de grabar pobre y cansados peregrinos en su largo caminar, diciendonos que era para hacer un reportaje. Le comentamos que detrás nuestro aparecería de un momento a otro un freaki con una bandera en forma de auténtica sabana bajera. No sé bien si nos entendió ya que no nos respondió, y ante la falta de comunicación optamos por continuar nuestra marcha. A aquel tipo no sería la ultima vez que lo viéramos, pues acabó convirtiéndose en un personaje familiar durante varias jornadas. ! Podía ser que saliéramos en la tele y todo ¡
jueves, 27 de noviembre de 2008
Hoy en plan filosófico
Los resultados del PEC de Rafa Gambin, sin ser todo lo maravilloso que esperábamos, invitan sin embargo al optimismo. El amigo, se ha puesto inmediatamente manos a la obra y nos asombra en su blog con una completísima información sobre la "radiocirugía". Increíbles los inventos que sacan los investigadores e ingenieros, que si bien no dan con la eradicación definitiva de ese mal, sí que avanza enormemente en su tratamiento con métodos y maquinaria cada vez menos invasivos y traumáticos para los pacientes. En la fase que nos encontramos ahora, lo tenemos esperando la llamada del Perpetuo Socorro de Alicante para ser "operado" con esa novedosa técnica. Y al mismo tiempo buscando "enchufes" para la cita de una colonoscopia, y posterior estudio de esa "actividad celular" detectada en el abdomen.
Toda mi vida he tenido la constancia, el convencimiento de que mi amigo era alguien muy especial. Pero últimamente me doy cuenta de que siempre me he quedado corto. Y esto a raíz de nuestras ultimas conversaciones, en las que, lejos de conseguir darle ánimos yo a él, es el quien nos transmite, a todos los que estamos a su alrededor el optimismo, el positivismo y el animo.
Recomiendo a todos mis lectores se pasen por su blog y leen el "trabajito" que se ha marcado en apenas unas horas. Vale la pena leerlo, porque da una nueva dimensión al pesimismo con que normalmente se enfrenta cualquier referencia a la palabra "cancer". A uno, cuando lee estos avances en la medicina, le renacen las esperanzas y la confianza en el mundo médico.
En esos momentos es cuando uno se da realmente cuenta de la dimensión de ciertas peticiones de diversos colectivos, movimientos o instituciones, que exigen menos gasto en armamento y guerras y mas dedicación de esfuerzos y medios de todo tipo en medicina, investigación y erradicación de tantas enfermedades y lacras que diezman al mundo.
Solo cuando te toca tan de cerca como nos está tocando últimamente a nosotros, consigues pensar claramente en todas estas cosas. Solo entonces te haces mas humano, mas sensible a los problemas. A diario, por ese modo de vida materialista y mundano que llevamos, casi siempre deshumanizado, esas cosas te resbalan y no calan con la suficiente fuerza.
Cabe enfocar la vida de alguna otra manera. Tratar de cambiar ciertos conceptos firmemente anclados en nosotros, en nuestro modo de vida, a los que damos importancia tan equivocadamente. Que esas cosas importantes, son mucho mas sencillas y las tenemos mucho mas cercanas. Que solo hay que disfrutar de lo que tienes cerca del corazón, de las cosas por las que este palpita realmente. De las cosas que te dan alegría, paz y confianza. Desterrando las que te llevan al estres y a un constante lucha diaria por cosas tan pueriles y materialistas como las que comúnmente perseguimos.
Yo no me caracterizo por ser una persona demasiado optimista o positivista como mi amigo.
Lo mio es otra cosa. Yo mas bien me considero un cachondo. Sí. Un tipo que se ríe, o trata de reírse hasta de su sombra, echándose a la espalda de ese modo los problemas. Y no, eso no es ser optimista... eso es ser, lamentablemente un simple cachondo mental.
Por tanto, y como no quiero que esta entrada de hoy pase a los anales de la literatura como una dudosa sentencia filosófica, haré lo que mejor sé hacer, comentar y cachondearme de cierto correo de nuestro otro Rafael, El Vecino de Abajo". Decía el hombre, que siendo soltero, muchas noches salía con la intención de llenar su cama de matrimonio de jóvenes núbiles, a poder ser hermosas. Que dichas intenciones no siempre se veían recompensadas con el éxito. Se extendía el muchacho, haciendo una glosa de lo duro que resultaba regresar al hogar sin la "rosca" o el "colín" que normalmente se nombran en estos casos. El hablaba de "calentón". Y todos, en un momento u otro de nuestras existencias, conocemos lo difícil y peligrosos que resultan esos golpes de calor. Nuestro amigo, sin embargo, lejos de aplicar las soluciones que vienen claramente especificadas en los Reglamentos de Prevención de Riesgos Laborales y demás legislación que los complementa, ha optado siempre por una solución, si bien mas casera, pero igualmente efectiva. Esto es: Cuando usted vuelve a casa y siente un "calentón", nada de utilizar el extintor del rellano de la escalera. Eso solo puede provocar heridas contusas e infecciosas de difícil solución, amén de una bronca de la Comunidad de Propietarios por el gasto de la recarga del aparato. Por contra, piense usted en Isabel Pantoja, Paquirrin y Julian Muños en plena orgía sexual. Dice nuestro común amigo, que ese simple pensamiento es "mano de santo", y que a él, que lo utiliza frecuentemente le cura de todo mal.
Y para probarlo propongo que cada uno de nosotros, incluidos los "felizmente casados", el próximo sábado noche Dios mediante (o cuando sea que nos toque) justo en el momento álgido de la acción, ahí, acostados en el tálamo nupcial... que dicen los cursis, tratemos de visualizar a esos dos fenómenos del famoseo patrio, a esos dos bigotazos (porque la Pantoja tambien lo tiene) en plenos juegos preliminares, luego en plena faena orgiástica... "Que me voy, me voy, me voy..." "Que no Julian, que hasta el lunes no tienes que ir a Alahurin de la Torre".
Y para finalizar, un pensamiento de esos michelines sueltos y relajados y ese pitillito postcoitum que ambos se deben fumar. Si alguno disfruta esa noche, no deje de comentárnoslo el próximo lunes, pues todos estamos deseosos de mejorar, tal vez patentar, el invento del almeriense.
Toda mi vida he tenido la constancia, el convencimiento de que mi amigo era alguien muy especial. Pero últimamente me doy cuenta de que siempre me he quedado corto. Y esto a raíz de nuestras ultimas conversaciones, en las que, lejos de conseguir darle ánimos yo a él, es el quien nos transmite, a todos los que estamos a su alrededor el optimismo, el positivismo y el animo.
Recomiendo a todos mis lectores se pasen por su blog y leen el "trabajito" que se ha marcado en apenas unas horas. Vale la pena leerlo, porque da una nueva dimensión al pesimismo con que normalmente se enfrenta cualquier referencia a la palabra "cancer". A uno, cuando lee estos avances en la medicina, le renacen las esperanzas y la confianza en el mundo médico.
En esos momentos es cuando uno se da realmente cuenta de la dimensión de ciertas peticiones de diversos colectivos, movimientos o instituciones, que exigen menos gasto en armamento y guerras y mas dedicación de esfuerzos y medios de todo tipo en medicina, investigación y erradicación de tantas enfermedades y lacras que diezman al mundo.
Solo cuando te toca tan de cerca como nos está tocando últimamente a nosotros, consigues pensar claramente en todas estas cosas. Solo entonces te haces mas humano, mas sensible a los problemas. A diario, por ese modo de vida materialista y mundano que llevamos, casi siempre deshumanizado, esas cosas te resbalan y no calan con la suficiente fuerza.
Cabe enfocar la vida de alguna otra manera. Tratar de cambiar ciertos conceptos firmemente anclados en nosotros, en nuestro modo de vida, a los que damos importancia tan equivocadamente. Que esas cosas importantes, son mucho mas sencillas y las tenemos mucho mas cercanas. Que solo hay que disfrutar de lo que tienes cerca del corazón, de las cosas por las que este palpita realmente. De las cosas que te dan alegría, paz y confianza. Desterrando las que te llevan al estres y a un constante lucha diaria por cosas tan pueriles y materialistas como las que comúnmente perseguimos.
Yo no me caracterizo por ser una persona demasiado optimista o positivista como mi amigo.
Lo mio es otra cosa. Yo mas bien me considero un cachondo. Sí. Un tipo que se ríe, o trata de reírse hasta de su sombra, echándose a la espalda de ese modo los problemas. Y no, eso no es ser optimista... eso es ser, lamentablemente un simple cachondo mental.
Por tanto, y como no quiero que esta entrada de hoy pase a los anales de la literatura como una dudosa sentencia filosófica, haré lo que mejor sé hacer, comentar y cachondearme de cierto correo de nuestro otro Rafael, El Vecino de Abajo". Decía el hombre, que siendo soltero, muchas noches salía con la intención de llenar su cama de matrimonio de jóvenes núbiles, a poder ser hermosas. Que dichas intenciones no siempre se veían recompensadas con el éxito. Se extendía el muchacho, haciendo una glosa de lo duro que resultaba regresar al hogar sin la "rosca" o el "colín" que normalmente se nombran en estos casos. El hablaba de "calentón". Y todos, en un momento u otro de nuestras existencias, conocemos lo difícil y peligrosos que resultan esos golpes de calor. Nuestro amigo, sin embargo, lejos de aplicar las soluciones que vienen claramente especificadas en los Reglamentos de Prevención de Riesgos Laborales y demás legislación que los complementa, ha optado siempre por una solución, si bien mas casera, pero igualmente efectiva. Esto es: Cuando usted vuelve a casa y siente un "calentón", nada de utilizar el extintor del rellano de la escalera. Eso solo puede provocar heridas contusas e infecciosas de difícil solución, amén de una bronca de la Comunidad de Propietarios por el gasto de la recarga del aparato. Por contra, piense usted en Isabel Pantoja, Paquirrin y Julian Muños en plena orgía sexual. Dice nuestro común amigo, que ese simple pensamiento es "mano de santo", y que a él, que lo utiliza frecuentemente le cura de todo mal.
Y para probarlo propongo que cada uno de nosotros, incluidos los "felizmente casados", el próximo sábado noche Dios mediante (o cuando sea que nos toque) justo en el momento álgido de la acción, ahí, acostados en el tálamo nupcial... que dicen los cursis, tratemos de visualizar a esos dos fenómenos del famoseo patrio, a esos dos bigotazos (porque la Pantoja tambien lo tiene) en plenos juegos preliminares, luego en plena faena orgiástica... "Que me voy, me voy, me voy..." "Que no Julian, que hasta el lunes no tienes que ir a Alahurin de la Torre".
Y para finalizar, un pensamiento de esos michelines sueltos y relajados y ese pitillito postcoitum que ambos se deben fumar. Si alguno disfruta esa noche, no deje de comentárnoslo el próximo lunes, pues todos estamos deseosos de mejorar, tal vez patentar, el invento del almeriense.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Mercantilismo
Al poco de dejar atrás El Cañín, volvimos momentaneamente al asfalto. En pocos kilómetros deberíamos llegar a la bifurcación del camino y decidirnos por una vía u otra. Y en ese momento surgieron ante nosotros, escritos en el suelo y en algunas tapias y muros, con spray amarillo al igual que las famosas flechas, infinidad de lemas, anuncios con precios y lo que nos parecieron garabatos. Aquello nos llamó la atención y a medida que avanzábamos fuimos leyendo cada uno de aquellos galimatías. Muy pronto nos dimos cuenta de que allí se decidía una especie de guerra incruenta entre las hospederías privadas de Villar de Mazarife, una de las rutas de la cercana bifurcación; y las de la otra, en dirección a Villadango del Páramo y San Martín del Camino.
El negocio es el negocio, y aquellas personas utilizando del marketing y mercadotecnia que tenían a su alcance, a mas de veinte kilómetros de sus establecimientos, se procuraban el publicitar las excelencias de sus establecimientos, intentando influir y ganarse clientela de entre los indecisos que aún no habían escogido qué ruta tomar.
Todo aquello nos pareció de un mercantilismo exacerbado, al mismo tiempo que un atentado al Camino y al espíritu que lo mueve.
Vimos también que alguno ofertaba mediante aquellos escritos, tanto precios de cama y comidas, y como los de la ruta contraria, habían pasado posteriormente para escribir sus propios anuncios rebajando el precio... y que los primeros a su vez habían vuelto a pasar, borrado sus primeras ofertas y de nuevo abaratándolas. De manera que se podía distinguir como lo que en un principio costaba 6 €, por la ley de la oferta, la demanda y la competencia, quedaba ahora en solo 3.
Incluso mas tarde, una vez en nuestro final de etapa, pudimos constatar que se trataba de publicidad engañosa, ya que los precios que regían en todos los sitios, eran los que figuraban como mas caros, y que por 3 € solo te daban los buenos días. Muchas veces he lamentado en estas paginas el autentico negocio que finalmente emana de la Ruta Jacobea. Cosa lógica, pues al fin y al cabo rinden un servicio a los peregrinos y cobran por ello. Luego en manos de estos está el tomarlo o dejarlo según el momento o la necesidad. Pero en aquel tramo fue donde mas pena me dio todo este fenómeno, ya que era realmente bochornoso y exagerado el método empleado.
Y no sería este el ultimo conato de mercantilismo que encontraríamos, pues mas adelante sufrimos otros parecidos o incluso peores, llegando a hacernos desviar nuestra, de por si pesada ruta, hasta en varios kms. para algo parecido.
Alcanzamos un nudo viario, cruce de la N120, la autovía a Oviedo y la del Camino de Santiago hacía Galicia, que oportunamente se salvaba con unos pasos subterráneos, y ya en el otro lado volvimos de nuevo a los senderos de tierra.
Con la vista puesta en una enorme antena de telefonía por la que pasamos después de una ligera subida, alcanzamos una especie de andadero y al poco llegamos hasta la famosa bifurcación, donde cada peregrino elegía la suya. Nosotros ya habíamos decidido tomar la que nos llevaría a San Martín, puesto que la de Villar atravesaba un extenso páramo sin muchos pueblos en los que poder parar. Tal vez aquella otra ruta fuera mucho menos urbanizada y mas en contacto con la naturaleza, pero el recuerdo aun latente del año anterior y los anodinos paisajes de la Tierra de Campos no inclinaban a elegir la contraria.
Pronto un andadero paralelo a la carretera nos llevó hasta Valverde de la Virgen, donde nos extasiamos ante la espadaña de su iglesia de Santa Engracia, abarrotada de nidos de cigüeñas, que por su originalidad merece que incluya su foto al principio de la entrada. Poco mas vimos de aquel pequeño y tranquilo pueblo, ya que continuamos por el andadero sabiendo que en la siguiente localidad daríamos cuenta de un almuerzo a base de los bocadillos que traíamos desde el hotel de León tras el expolio de su bar-restaurante.
Y el parte medico de nuestro amigo Rafael Gambin: Ayer todo fue bien durante el PEC TAC realizado en Benidorm. Tres horas en "la lavadora" como dice él, y hoy los resultados llegaran a los galenos, que ya con las ultimas novedades, los resultados, sobre la mesa deberán decidir la manera de operar. Continuaremos esperanzados y viendo como se desarrollan los siguientes acontecimientos.
El negocio es el negocio, y aquellas personas utilizando del marketing y mercadotecnia que tenían a su alcance, a mas de veinte kilómetros de sus establecimientos, se procuraban el publicitar las excelencias de sus establecimientos, intentando influir y ganarse clientela de entre los indecisos que aún no habían escogido qué ruta tomar.
Todo aquello nos pareció de un mercantilismo exacerbado, al mismo tiempo que un atentado al Camino y al espíritu que lo mueve.
Vimos también que alguno ofertaba mediante aquellos escritos, tanto precios de cama y comidas, y como los de la ruta contraria, habían pasado posteriormente para escribir sus propios anuncios rebajando el precio... y que los primeros a su vez habían vuelto a pasar, borrado sus primeras ofertas y de nuevo abaratándolas. De manera que se podía distinguir como lo que en un principio costaba 6 €, por la ley de la oferta, la demanda y la competencia, quedaba ahora en solo 3.
Incluso mas tarde, una vez en nuestro final de etapa, pudimos constatar que se trataba de publicidad engañosa, ya que los precios que regían en todos los sitios, eran los que figuraban como mas caros, y que por 3 € solo te daban los buenos días. Muchas veces he lamentado en estas paginas el autentico negocio que finalmente emana de la Ruta Jacobea. Cosa lógica, pues al fin y al cabo rinden un servicio a los peregrinos y cobran por ello. Luego en manos de estos está el tomarlo o dejarlo según el momento o la necesidad. Pero en aquel tramo fue donde mas pena me dio todo este fenómeno, ya que era realmente bochornoso y exagerado el método empleado.
Y no sería este el ultimo conato de mercantilismo que encontraríamos, pues mas adelante sufrimos otros parecidos o incluso peores, llegando a hacernos desviar nuestra, de por si pesada ruta, hasta en varios kms. para algo parecido.
Alcanzamos un nudo viario, cruce de la N120, la autovía a Oviedo y la del Camino de Santiago hacía Galicia, que oportunamente se salvaba con unos pasos subterráneos, y ya en el otro lado volvimos de nuevo a los senderos de tierra.
Con la vista puesta en una enorme antena de telefonía por la que pasamos después de una ligera subida, alcanzamos una especie de andadero y al poco llegamos hasta la famosa bifurcación, donde cada peregrino elegía la suya. Nosotros ya habíamos decidido tomar la que nos llevaría a San Martín, puesto que la de Villar atravesaba un extenso páramo sin muchos pueblos en los que poder parar. Tal vez aquella otra ruta fuera mucho menos urbanizada y mas en contacto con la naturaleza, pero el recuerdo aun latente del año anterior y los anodinos paisajes de la Tierra de Campos no inclinaban a elegir la contraria.
Pronto un andadero paralelo a la carretera nos llevó hasta Valverde de la Virgen, donde nos extasiamos ante la espadaña de su iglesia de Santa Engracia, abarrotada de nidos de cigüeñas, que por su originalidad merece que incluya su foto al principio de la entrada. Poco mas vimos de aquel pequeño y tranquilo pueblo, ya que continuamos por el andadero sabiendo que en la siguiente localidad daríamos cuenta de un almuerzo a base de los bocadillos que traíamos desde el hotel de León tras el expolio de su bar-restaurante.
Y el parte medico de nuestro amigo Rafael Gambin: Ayer todo fue bien durante el PEC TAC realizado en Benidorm. Tres horas en "la lavadora" como dice él, y hoy los resultados llegaran a los galenos, que ya con las ultimas novedades, los resultados, sobre la mesa deberán decidir la manera de operar. Continuaremos esperanzados y viendo como se desarrollan los siguientes acontecimientos.
martes, 25 de noviembre de 2008
La Fuente del Cañín
Hoy martes, Rafael estará por fin en Benidorm haciéndose el PEC TAC. (Al final, acabaremos todos sabiendo un montón de medicina y accesorios colaterales.) Y de ser los resultados satisfactorios, es decir, no habiendo otras metástasis en otras partes del cuerpo, sería entonces cuando los médicos deberían darse prisa en estudiar y preparar la operación. Al igual que Rafa, iremos todos paso a paso, pero con la alegría y la lógica esperanza de que las cosas y los plazos van cumpliéndose convenientemente. Seguiremos pues, atentos a las noticias que van apareciendo en su blog, casi en tiempo real.
Y yo continuaré relatando aquella etapa del domingo 7 de Septiembre, que paso a paso nos fue llevando hasta Virgen del Camino. Hasta el momento no habíamos abandonado el asfalto, bien por calles, polígonos o la misma carretera. Fuimos entrando en aquella pequeña pero moderna localidad, comprobando que desde allí salía el desvió hacía el aeropuerto de León, aunque no pudiéramos ver ningún movimiento de aviones por los alrededores, pero si en cambio un fluido trafico de vehículos. Atravesamos la localidad, comprobando que existían toda clase de servicios y tiendas, y por fin llegamos hasta la otra parte del pueblo donde nos topamos con la iglesia-santuario cuya foto utilicé el pasado viernes para decorar la entrada.
La iglesia, según las guías del Camino, ocupaba el lugar en que antiguamente estuvo situada una ermita erigida en el lugar en que cayó la piedra que, con la honda del pastor Alvar Simón, la propia Virgen María lanzó en 1.502. Posteriormente la ermita fue sustituida por un templo barroco, y a este siguió el actual edificio racionalista, inspirado por Le Courbusier, con capacidad para mil feligreses, y en que destacan el exceso de hormigón y sobre todo las figuras de los apóstoles de Pentecostés de su fachada y una increíble cruz, también de hormigón armado y de 52 metros de altura. Para gustos están hechos los colores, y las opiniones a favor y en contra de una iglesia tan fea, están a la orden del día.
No llegamos a entrar en la iglesia, pues a la hora en que pasamos estaba cerrada, con muchos fieles esperando en la puerta la misa. Pero nos llamó la atención, un numerosos grupo de personas, posiblemente excursionistas, que esperaban la llegada de un autobús, y que cuando este llegó, varios hombres fueron subiendo y cargando unos postes de madera, del que desconocíamos su utilidad, pero imaginamos que sería para algún juego o acto en concreto en el lugar al que iban.
Y yo continuaré relatando aquella etapa del domingo 7 de Septiembre, que paso a paso nos fue llevando hasta Virgen del Camino. Hasta el momento no habíamos abandonado el asfalto, bien por calles, polígonos o la misma carretera. Fuimos entrando en aquella pequeña pero moderna localidad, comprobando que desde allí salía el desvió hacía el aeropuerto de León, aunque no pudiéramos ver ningún movimiento de aviones por los alrededores, pero si en cambio un fluido trafico de vehículos. Atravesamos la localidad, comprobando que existían toda clase de servicios y tiendas, y por fin llegamos hasta la otra parte del pueblo donde nos topamos con la iglesia-santuario cuya foto utilicé el pasado viernes para decorar la entrada.
La iglesia, según las guías del Camino, ocupaba el lugar en que antiguamente estuvo situada una ermita erigida en el lugar en que cayó la piedra que, con la honda del pastor Alvar Simón, la propia Virgen María lanzó en 1.502. Posteriormente la ermita fue sustituida por un templo barroco, y a este siguió el actual edificio racionalista, inspirado por Le Courbusier, con capacidad para mil feligreses, y en que destacan el exceso de hormigón y sobre todo las figuras de los apóstoles de Pentecostés de su fachada y una increíble cruz, también de hormigón armado y de 52 metros de altura. Para gustos están hechos los colores, y las opiniones a favor y en contra de una iglesia tan fea, están a la orden del día.
No llegamos a entrar en la iglesia, pues a la hora en que pasamos estaba cerrada, con muchos fieles esperando en la puerta la misa. Pero nos llamó la atención, un numerosos grupo de personas, posiblemente excursionistas, que esperaban la llegada de un autobús, y que cuando este llegó, varios hombres fueron subiendo y cargando unos postes de madera, del que desconocíamos su utilidad, pero imaginamos que sería para algún juego o acto en concreto en el lugar al que iban.
Nos quedamos por allí un rato corto, lo suficiente para descansar las piernas tras un par de horas de andar sin parar, y una vez hecho esto cruzamos la carretera y nos internamos por una calle en pendiente que desmbocaba en un sendero de tierra. Eran los primeros metros en tierra de la jornada, y tras un breve recorrido alcanzamos una especie poza o pequeño lago con agua, llamado Fuente del Cañin, del que dejo ahí la foto, así como de un muñecote de hierro que tenía dedicatoria para los peregrinos que pasábamos por allí. Junto a la poza la tapia del cementerio del pueblo, y un poco mas allá un nudo viario con enlaces de la carretera que acababamos de cruzar y dejar atras.
domingo, 23 de noviembre de 2008
sábado, 22 de noviembre de 2008
EL CEMENTERIO DE LOS INGLESES
Novela, o mas bien cuento, con que su autor, el otrora ganador del Premio Nadal de 1963, José María Mendiola, dio en 1.993 un giro a su carrera literaria adentrándose en el genero de la novela juvenil.
Con solo 93 paginas, algo mas de una hora de lectura para cualquiera, y un estilo propio para ser dirigido a la gente joven e introducirla en la lectura, pero que cualquier adulto disfruta igualmente, nos cuenta una romántica historia, no exenta de cierta intriga, que tiene su inicio ante una tumba del Cementerio de los Ingleses que se encuentra en la ladera del Monte Urgull de San Sebastián. Y situando la acción en el año 1.956, aunque por la propia dinámica del relato son continuos los viajes en el tiempo y mas concretamente por escritos y recuerdos de siglo y medio atrás, en plenas Guerras Carlistas.
Con un lenguaje conciso y breve, descubrimos una historia de amistad adolescente, una historia de amor con final turbulento, y los instintos que despierta cierta extraña piedra en principio de escaso valor. Todo ello unido a lo corto del texto, hace que su lectura, una vez iniciada, no pueda dejarse hasta su desenlace. La considero muy recomendable.
Y toda vez que tengo previsto viajar este año al País Vasco, con ocación de empezar el Camino del Norte, me he propuesto visitar el cementerio en cuestión a poco que tenga la menor oportunidad en el momento de mi paso por Donosti.
viernes, 21 de noviembre de 2008
Charlando de prejubilaciones
El misterio de la Marca PIVA deberá esperar algunos días para resolverse. Aunque, la verdad, no es como para crear suspense, pues ya vereis que es de lo mas banal.
Las naves industriales se fueron sucediendo una tras otra. Como si el polígono industrial que atravesábamos conectara con el del siguiente pueblo. Pero siendo domingo, solo los locos caminantes de las mochilas lo atravesábamos, ahorrándonos el consiguiente trafico que sin duda debía reinar los días laborales.
Aburrido y monótono, aunque fácil de andar, ya que todo él estaba urbanizado y perfectamente pavimentado. Las señales, bien en los postes de luz, bien en el pavimentos o los bordillos, nos iban llevando sin perdida por la ruta.
Algunos peregrinos, pocos y dispersos, caminaban a lo lejos, delante nuestra, o cuando volvíamos la vista atrás comprobábamos que eramos punto de referencia de algunos otros mas rezagados.
Para combatir el aburrimiento que nos suponía el feo paisaje que nos rodeaba, comenzamos a hablar de nuestros respectivos trabajos. Sí. Ya sé que pasar unos pocos días de vacaciones mentando a la "bicha" del "currelo" no es lo ideal. Pero era nuestro primer día y aún la desconexión con el tedioso día a día no se había conseguido completamente.
Es curioso, como con apenas el paso de unas pocas horas, e inmerso en una actividad diferente y atrayente, nuestros pensamientos experimentan un cambio drástico, y cualquier referencia a trabajo, prisas, estres y, en general, monotonía, queda aparcada en un rincón lejano de nuestras mentes y olvidada. Pero, como ya digo, en aquellos momentos aún no se había efectuado del todo ese cambio.
Cada uno de los tres fue enumerando sus particulares fobias y manías surgidas en sus trabajos. ¿Quien no tiene alguna? Cada trabajo tiene sus cosas buenas... de las que ahora mismo siento no recordar ninguna... salvo el sobre del día 30; y un montón de problemas e inconvenientes... los cuales me vienen todos a la mente de inmediato, pero que no enumeraré por no aburrir.
Cuando le llegó el turno a Javier, me habló de unos problemas surgidos en cuanto a su deseada prejubilación. De alguna manera, yo pensaba que el vasco andaba sobre los 55 o 58 años. Tal vez un comentario, mal entendido, surgido en el año 2005, me inclinaba a pensar que era mas joven, y sabiendo que en banca las prejubilaciones están a la orden del día y cada vez con menor edad, comencé a protestar por la suerte que tenía mi amigo. Pero mi amigo, sorprendido, y supongo que contento porque le supusiera muchos menos años de los que realmente tenía, me saco de mi error, diciéndome que no era su caso, y que el ya tenía 61.
Con asombro hube de constatar que, en ese caso, estaba en mucha mejor forma física de lo que aparentaba. El, gracias al ciclismo que practica con asiduidad, y con la planta de puro vasco que no puede ocultar, tiene un aspecto rocoso y fibroso. Medio calvo y pelo cano, dan en él un contrapunto para no inducir a equivocaciones y confundirlo con un adonis o galán de cine.
Su problema residía en que el banco en el que trabaja, La Kutxa o caja de ahorros de San Sebastian andaba enfrascada con la caja de Bilbao o BBK, desde hacía ya demasiados años en unas negociaciones de fusión que no llegaba. Todo ello paralizaba las jubilaciones de los empleados.
Días pasados unas noticias aparecidas en los medios de comunicaciones indicaba que la fusión para una gran Caja de Ahorros vasca, habían dado un paso mas para que aquello acabara siendo una realidad, y supongo que reanimando las esperanzas de mi amigo donostiarra, al que supongo engrasando los mecanismos de su bici, para cuando felizmente llegue su día. El de Esperanza, su mujer, trabajando en la Sanidad vasca debería esperar aún unos años mas.
Pero sí que debo reconocer que desde ese día me ha surgido un sentimiento de envidia (no sé muy bien si sana) por todos los jubilados. No solo por mi amigo Javier, sino también con el contacto de otros amigos, estos del Camino del Sureste. El caso es que desde un tiempo a esta parte cada vez tengo mas ganas de jubilarme, y me sorprendo en ocasiones pensando en qué haría yo si dispusiera de todo mi tiempo libre y sin necesidad de trabajar.
Puede ser que dada mi facilidad para la escritura, alguno de mis lectores piense de mi que soy un portento literario o un tipo dotado de una exquisita vida interior o con algún otro don por el estilo. Pero no, querido lector. Algo no va muy bien en mi "sesera", alguna oculta tara que ningún PEC TAC vaya a poder descubrir. Porque con 50 años, con nada menos que 15 años por delante hasta alcanzar la edad meritoria, es de autentico gilipollas comerse el coco y anhelar la vida disoluta a la que sin duda me llevaría la jubilación. Aun me quedan muchas horas de despacho y de correr de un sitio para otro mandado por mi insensible jefe.
Ahora bien, que me quiten lo bailao, porque me lo paso bomba pensando en la cantidad de caminos de santiago que me podría recorrer con todo el tiempo del mundo. La cantidad de entradas que podría escribir en el blog, o la cantidad de novelas. O simplemente la cantidad de escupitajos que le podría lanzar a las palomas del parque, allí sentado con la colillita del cigarro en los labios y la boina calada hasta las cejas. ¿es o no una tara lo que me aqueja? ¿me lo hago ver?
jueves, 20 de noviembre de 2008
Hoy va de noticias
Para comenzar, debo hacer mención a que el blog de Rafa Gambin está que echa humo con tanto comentario (todos de animo) como le estamos haciendo los amigos, los compañeros de trabajo, e incluso algunos que, sin haber sido debidamente presentados, se consideran igualmente amigos y empujan con su positivismo y deseos sinceros de restablecimiento. Y hablo de los amigos Berin, Tere y Daniel, que a fuerza de leer aquí, anécdotas con Rafa, las cosas que siempre ha comentado el amigo, e incluso de haber hecho visitas a su propio blog, es como si formara parte de su mundo. Del pequeño mundo que se crea en un espacio como este.
Porque es noticia que en dos días aparezcan casi 15 comentarios. De acuerdo que son comentarios puntuales de animo por el amigo enfermo. Y que sin duda están alegrando y haciendo comprobar a Rafa que por ahí se le quiere y aprecia por su forma de ser y su simpatía. Pero al mismo tiempo crean un ambiente en que la comunicación entre diferentes personas se enriquece. En que por este medio, tan simple, se saltan barreras y convencionalismos que, en otros términos, serían infranqueables.
Un mero nexo en común, el conocimiento de cierta persona, pone en movimiento al resto. Y los sentimientos fluyen y se expresan aquí mas libremente.
Mas noticias. Los amigos Valentin y Finita (o Finita y Valentin... que en esa pareja "tanto monta"...) hicieron su primer comentario en este blog el pasado día 10. Algo no les debió ir del todo bien al consignar su nombre y aparecieron como "Anónimo". Y ayer noche, con ocasión de la Misa funeral por nuestro añorado Antonio, secretario de nuestra Asociación, me lo hicieron saber. Finita, que para estas cosas es muy suya, me reclamó la bienvenida que suelo hacer aquí a todos los amigos que escriben por primera vez. Pues sirvan estas líneas para ello, y se den por felicitados y besados. Y sirvan también para recordarles que un bloguer, uno que escribe un blog, se alimenta de jamoncito, piernecitas de cordero, doradas a la sal y eteceras, pero también de comentarios de sus amigos, que le estimulen a continuar escribiendo, con lo que espero que no sea la ultima vez que los tenemos por aquí con sus palabras.
Otra noticia. MªDolores (que aquí no comenta demasiado, pero que cuando lo hace, le sale dos veces) inicia una nueva experiencia laboral a primeros de año. Siempre en el mismo despacho en que viene trabajando desde hace ya varios años, pero esta vez, ejerciendo en una especialización diferente a la que venía desarrollando. No adelantaremos acontecimientos, pero sí que esperamos que si todo sale bien, sirva para retirarme a mi de este infernal medio laboral que me rodea. Frustrado con tener que levantarme todos los días para ir a trabajar, y casi sin tiempo para escribir en mi blog, repasar mis fotografías y escribir mi siempre pospuesta novela, la que sería el éxito mundial literario definitivo del siglo XXI. Aún esperaré unos días para firmar la baja voluntaria y retirarme, pero ya ardo en deseos.
¿Noticias de actualidad? Pues ninguna me llama especialmente la atención. Crisis, paro, recesión, inseguridad ciudadana, el Real Madrid que no tira... Todo muy trillado y aburrido. Si acaso, me sorprende un poco el reclamo de una discoteca de Valencia que sortea una operación de aumento de pechos entre sus clientes. ! No saben que inventar ¡ Pero me quedo pensando y... ! hombre ¡ Yo aumento de pecho, pues como que no necesito... pero ¿y si lo cambio por algún lifting o tratamiento facial que me haga mas guapo? Tal vez me pase por la discoteca esa a probar suerte... O mejor... No. No vaya a ser que el portero de la discoteca, y sin sorteo, me haga una cara nueva, o algo peor, como le pasó a Alvaro Usia el pasado fin de semana. ! Que mundo este ¡ ¿Verdad?
Porque es noticia que en dos días aparezcan casi 15 comentarios. De acuerdo que son comentarios puntuales de animo por el amigo enfermo. Y que sin duda están alegrando y haciendo comprobar a Rafa que por ahí se le quiere y aprecia por su forma de ser y su simpatía. Pero al mismo tiempo crean un ambiente en que la comunicación entre diferentes personas se enriquece. En que por este medio, tan simple, se saltan barreras y convencionalismos que, en otros términos, serían infranqueables.
Un mero nexo en común, el conocimiento de cierta persona, pone en movimiento al resto. Y los sentimientos fluyen y se expresan aquí mas libremente.
Mas noticias. Los amigos Valentin y Finita (o Finita y Valentin... que en esa pareja "tanto monta"...) hicieron su primer comentario en este blog el pasado día 10. Algo no les debió ir del todo bien al consignar su nombre y aparecieron como "Anónimo". Y ayer noche, con ocasión de la Misa funeral por nuestro añorado Antonio, secretario de nuestra Asociación, me lo hicieron saber. Finita, que para estas cosas es muy suya, me reclamó la bienvenida que suelo hacer aquí a todos los amigos que escriben por primera vez. Pues sirvan estas líneas para ello, y se den por felicitados y besados. Y sirvan también para recordarles que un bloguer, uno que escribe un blog, se alimenta de jamoncito, piernecitas de cordero, doradas a la sal y eteceras, pero también de comentarios de sus amigos, que le estimulen a continuar escribiendo, con lo que espero que no sea la ultima vez que los tenemos por aquí con sus palabras.
Otra noticia. MªDolores (que aquí no comenta demasiado, pero que cuando lo hace, le sale dos veces) inicia una nueva experiencia laboral a primeros de año. Siempre en el mismo despacho en que viene trabajando desde hace ya varios años, pero esta vez, ejerciendo en una especialización diferente a la que venía desarrollando. No adelantaremos acontecimientos, pero sí que esperamos que si todo sale bien, sirva para retirarme a mi de este infernal medio laboral que me rodea. Frustrado con tener que levantarme todos los días para ir a trabajar, y casi sin tiempo para escribir en mi blog, repasar mis fotografías y escribir mi siempre pospuesta novela, la que sería el éxito mundial literario definitivo del siglo XXI. Aún esperaré unos días para firmar la baja voluntaria y retirarme, pero ya ardo en deseos.
¿Noticias de actualidad? Pues ninguna me llama especialmente la atención. Crisis, paro, recesión, inseguridad ciudadana, el Real Madrid que no tira... Todo muy trillado y aburrido. Si acaso, me sorprende un poco el reclamo de una discoteca de Valencia que sortea una operación de aumento de pechos entre sus clientes. ! No saben que inventar ¡ Pero me quedo pensando y... ! hombre ¡ Yo aumento de pecho, pues como que no necesito... pero ¿y si lo cambio por algún lifting o tratamiento facial que me haga mas guapo? Tal vez me pase por la discoteca esa a probar suerte... O mejor... No. No vaya a ser que el portero de la discoteca, y sin sorteo, me haga una cara nueva, o algo peor, como le pasó a Alvaro Usia el pasado fin de semana. ! Que mundo este ¡ ¿Verdad?
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Comienza la aventura
Muy buenas noticias de nuestro amigo Gambin. Al menos muy esperanzadoras. Y la sugerencia de una rapida visita a su blog para tener cumplida cuenta de todo ello.
Terminamos con las cuestiones monetarias con el conserje, sonrientes y alegres, nos colocamos las mochilas a la espalda y nos despedimos del personal del hotel y de unos alemanes que acababan de bajar. Y al salir a la calle... ! Cojones ¡...
No se si eran cuatro o siete grados, pero el frío era como suele decir nuestro "Vecino de abajo" de los que provocan impotencia sexual aguda. Yo, allí con mis pantalones cortos y mis piernecitas al descubierto, con una camiseta y un jersey que se dice polar pero que no abrigaba lo suficiente parecía un pajarillo a punto de caerse del nido.
Si la noche anterior lo había pasado mal al regresar al hotel, ahora lo estaba pasando mucho peor... y solo tenía 26 Kms por delante para volver a estar a cubierto.
Iniciamos la andadura a un ritmo endiablado para entrar en calor. Las manos eran las que mas sufrían por lo que las abríamos y cerrábamos para que con aquel movimiento no entraran en hipotermia... ¿Las manos? Me faltaba algo... ¿Qué sería? Una sensación como de que se me olvidaba algo... ¿Qué podía ser...? ¿Pero, y mi palo, donde estaba?
Me lo había dejado en la recepción. Tenía que volver atrás y desandar los 200 o 300 metros que ya habíamos cubierto. ! Mal empezábamos ¡ Y qué corta carrera se le presumía ya a mi bordón a las primeras de cambio.
Los vascos me miraron con cara de pocos amigos, pero hoy por mi, mañana por ti, los dejé dando saltitos ridículamente y yo me volví para el hotel. Al llegar, uno de los alemanes ya salía con mi palo e incluso cruzó el semáforo para llevármelo. Se lo agradecí enormemente por señas y volví de nuevo a andar por el Paseo de Salamanca bordeando el río.
De este estupido contratiempo solo se podía sacar una conclusión: Una etapa de 26 Kms. yo acababa de convertirla, por un simple olvido, en otra de 26'500, pues aquella ida y vuelta hasta el hotel quedaba en mis piernas.
Al llegar al puente un ultimo vistazo al Bernesga y a la fachada de San Marcos y giro a la izquierda buscando la salida de la capital. Antes, una foto ante una replica de una aguja de la catedral colocada a la entrada de un parque que utilizo para decorar la entrada de hoy, y de nuevo en marcha notando como el calor regresaba a nuestros entumecidos miembros, lo que nos fue animando a entablar conversación, que esta vez versó sobre nuestros respectivo hijos y sus logros académicos o laborales. Ahí yo, mas bien me mantuve callado, ya que mi hijo... logros... lo que se dice logros... pues no. A no ser que chatear por internet, ir de botellón, jugar al fútbol y organizar fiestas con los amigos sea merecedor de altas consideraciones. Si acaso, intenté enorgullecerme de los hijos de MªDolores que aquel año habían conseguido centrarse en sus respectivos estudios.
Casi sin darnos cuenta, y a pesar de que seguíamos callejeando entre edificios y comercios, habíamos salido prácticamente de la capital leonesa, pues al salvar las vías del tren por un paso elevado, nos encontramos con que entrabamos por una calle en cuesta en Trobajo del Camino, que cualquiera hubiera definido como un barrio del extrarradio leonés.
No hacía calor, pero al menos no el intenso frío de una hora antes. Salimos de este pueblo por un polígono industrial en el que encontramos una fabrica o almacén en cuyo cartel rezaba la marca Piva, de la que desconocíamos a que se dedicaba, pero aquella misma tarde supimos qué y para qué servía lo producido en aquel gran deposito.
Seguimos caminando, charlando y sin detenernos. Nada por allí había que mereciera nuestra atención. Los polígonos industriales y las salidas de las ciudades suelen ser siempre feos y aburridos, pero al estar enteros y con fuerzas, a primera hora de nuestro primer día, conseguimos ir comiéndonos las distancias con bastante rapidez y poner tierra de por medio con los alrededores de la gran capital.
Terminamos con las cuestiones monetarias con el conserje, sonrientes y alegres, nos colocamos las mochilas a la espalda y nos despedimos del personal del hotel y de unos alemanes que acababan de bajar. Y al salir a la calle... ! Cojones ¡...
No se si eran cuatro o siete grados, pero el frío era como suele decir nuestro "Vecino de abajo" de los que provocan impotencia sexual aguda. Yo, allí con mis pantalones cortos y mis piernecitas al descubierto, con una camiseta y un jersey que se dice polar pero que no abrigaba lo suficiente parecía un pajarillo a punto de caerse del nido.
Si la noche anterior lo había pasado mal al regresar al hotel, ahora lo estaba pasando mucho peor... y solo tenía 26 Kms por delante para volver a estar a cubierto.
Iniciamos la andadura a un ritmo endiablado para entrar en calor. Las manos eran las que mas sufrían por lo que las abríamos y cerrábamos para que con aquel movimiento no entraran en hipotermia... ¿Las manos? Me faltaba algo... ¿Qué sería? Una sensación como de que se me olvidaba algo... ¿Qué podía ser...? ¿Pero, y mi palo, donde estaba?
Me lo había dejado en la recepción. Tenía que volver atrás y desandar los 200 o 300 metros que ya habíamos cubierto. ! Mal empezábamos ¡ Y qué corta carrera se le presumía ya a mi bordón a las primeras de cambio.
Los vascos me miraron con cara de pocos amigos, pero hoy por mi, mañana por ti, los dejé dando saltitos ridículamente y yo me volví para el hotel. Al llegar, uno de los alemanes ya salía con mi palo e incluso cruzó el semáforo para llevármelo. Se lo agradecí enormemente por señas y volví de nuevo a andar por el Paseo de Salamanca bordeando el río.
De este estupido contratiempo solo se podía sacar una conclusión: Una etapa de 26 Kms. yo acababa de convertirla, por un simple olvido, en otra de 26'500, pues aquella ida y vuelta hasta el hotel quedaba en mis piernas.
Al llegar al puente un ultimo vistazo al Bernesga y a la fachada de San Marcos y giro a la izquierda buscando la salida de la capital. Antes, una foto ante una replica de una aguja de la catedral colocada a la entrada de un parque que utilizo para decorar la entrada de hoy, y de nuevo en marcha notando como el calor regresaba a nuestros entumecidos miembros, lo que nos fue animando a entablar conversación, que esta vez versó sobre nuestros respectivo hijos y sus logros académicos o laborales. Ahí yo, mas bien me mantuve callado, ya que mi hijo... logros... lo que se dice logros... pues no. A no ser que chatear por internet, ir de botellón, jugar al fútbol y organizar fiestas con los amigos sea merecedor de altas consideraciones. Si acaso, intenté enorgullecerme de los hijos de MªDolores que aquel año habían conseguido centrarse en sus respectivos estudios.
Casi sin darnos cuenta, y a pesar de que seguíamos callejeando entre edificios y comercios, habíamos salido prácticamente de la capital leonesa, pues al salvar las vías del tren por un paso elevado, nos encontramos con que entrabamos por una calle en cuesta en Trobajo del Camino, que cualquiera hubiera definido como un barrio del extrarradio leonés.
No hacía calor, pero al menos no el intenso frío de una hora antes. Salimos de este pueblo por un polígono industrial en el que encontramos una fabrica o almacén en cuyo cartel rezaba la marca Piva, de la que desconocíamos a que se dedicaba, pero aquella misma tarde supimos qué y para qué servía lo producido en aquel gran deposito.
Seguimos caminando, charlando y sin detenernos. Nada por allí había que mereciera nuestra atención. Los polígonos industriales y las salidas de las ciudades suelen ser siempre feos y aburridos, pero al estar enteros y con fuerzas, a primera hora de nuestro primer día, conseguimos ir comiéndonos las distancias con bastante rapidez y poner tierra de por medio con los alrededores de la gran capital.
martes, 18 de noviembre de 2008
Desayuno en el hotel
La situación de nuestro amigo Rafa no ha cambiado. Incertidumbre, con alguna pequeña noticia esperanzadora. Pero hoy martes es el día en que deberían esclarecerse muchas de las dudas, ya que se reune el equipo médico que lleva su caso. Para mas noticias, os remitiría a su blog con el enlace que existe en este, donde Nora no ha podido resistir el empuje de su marido y se ha puesto al día en aspectos técnicos del blog, con lo que los dos nos tienen informados, casi en tiempo real, de la evolución de las acontecimientos. Un pequeño comentario, por nimio que fuera, ayudaría un montón. A un bloger le animan los comentarios. A alguien que atraviesa una situación tan complicada como la de nuestro amigo, una simple frase de apoyo puede resultar como agua en un desierto.
Y siguiendo con las aventuras por León, diré que llegué hasta el hotel completamente congelado. Decidimos los tres amigos quedar en el restaurante del hotel a las 7,30 de la mañana, hora en que abrían los domingos, para desayunar. Ya en mi cuarto, una ducha de agua caliente en el baño me reanimó bastante.
Daban un partido de la selección de fútbol por la tele y en eso pasé un buen rato, aunque el juego era bastante aburrido, por lo que estuve también comprobando lasa características de la etapa del día siguiente, en las fotocopias de mi guía que siempre llevo conmigo.
Cerca de las once de la noche, decidí desmayarme y apagué la luz.
No hizo falta alarma o despertador. A las siete, alguien en mi planta cerró una puerta a lo bestia y me desperté. Había sueño y ganas de seguir en la cama. Pero de pronto caí en la cuenta de que estaba en la cama de un hotel en León, a punto de iniciar mi Camino de Santiago... acababa de despertarme por fin.
Nueva ducha de agua caliente, esta vez de las largas. Es curioso que cuando estamos fuera de casa, que pagamos por los servicios, cambiamos automáticamente de mentalidad y tratamos de apurar al máximo cualquier pequeña prestación, como si con ello rentabilizáramos el gasto.
Algo de eso mismo debió sucederle a Esperanza... bueno a ella siempre... ya que cuando bajé al comedor ya había terminado con su primer desayuno y se encaminaba a ponerse otro mas. Increíble lo que se comió aquella mujer para desayunar. Al final le contabilicé, tres cafés con leche, dos panecillos con mermelada y mantequilla, un croasant relleno de jamón de york y queso, cuatro magdalenas... pequeñas, pero cuatro; y dos zumos de naranja. Seguro que en San Sebastian, cuando se levanta para ir a al hospital a trabajar se toma un café corrido y punto, pero ahí...
Luego volvió a levantarse, cogió tres panecillos mas, e hizo bocadillos con cuarto y mitad de salchichón y queso en cada uno, sin duda para nuestros almuerzos. De pasada se guardó mas magdalenas en su bolsa para alguna eventualidad de ultima hora. La camarera, no daba abasto a reponer fiambres y bollería en la surtida mesa del comedor... y eso que solo estábamos nosotros.
En un momento dado la mujer entabló conversación con nosotros. Pensaría, sin conocerla bien, que Esperanza no podría hablar con la boca llena y dejaría de hacer viajes de rapiña. Vana esperanza ya que en cuestión de hablar la vasca consigue hacerlo hasta bajo el agua. Nos comentó la muchacha que deberíamos abrigáramos bien, pues al venir al trabajo había oído en la radio que estábamos a solo cuatro grados de temperatura. No le di importancia al aviso, y máxime cuando un rato mas tarde el recepcionista nos dijo que eran siete grados.
Fuera, aunque apenas hacia unos momentos que había amanecido, se veía un día despejado en el que el sol nos iba acompañar. Exageraciones.
Y siguiendo con las aventuras por León, diré que llegué hasta el hotel completamente congelado. Decidimos los tres amigos quedar en el restaurante del hotel a las 7,30 de la mañana, hora en que abrían los domingos, para desayunar. Ya en mi cuarto, una ducha de agua caliente en el baño me reanimó bastante.
Daban un partido de la selección de fútbol por la tele y en eso pasé un buen rato, aunque el juego era bastante aburrido, por lo que estuve también comprobando lasa características de la etapa del día siguiente, en las fotocopias de mi guía que siempre llevo conmigo.
Cerca de las once de la noche, decidí desmayarme y apagué la luz.
No hizo falta alarma o despertador. A las siete, alguien en mi planta cerró una puerta a lo bestia y me desperté. Había sueño y ganas de seguir en la cama. Pero de pronto caí en la cuenta de que estaba en la cama de un hotel en León, a punto de iniciar mi Camino de Santiago... acababa de despertarme por fin.
Nueva ducha de agua caliente, esta vez de las largas. Es curioso que cuando estamos fuera de casa, que pagamos por los servicios, cambiamos automáticamente de mentalidad y tratamos de apurar al máximo cualquier pequeña prestación, como si con ello rentabilizáramos el gasto.
Algo de eso mismo debió sucederle a Esperanza... bueno a ella siempre... ya que cuando bajé al comedor ya había terminado con su primer desayuno y se encaminaba a ponerse otro mas. Increíble lo que se comió aquella mujer para desayunar. Al final le contabilicé, tres cafés con leche, dos panecillos con mermelada y mantequilla, un croasant relleno de jamón de york y queso, cuatro magdalenas... pequeñas, pero cuatro; y dos zumos de naranja. Seguro que en San Sebastian, cuando se levanta para ir a al hospital a trabajar se toma un café corrido y punto, pero ahí...
Luego volvió a levantarse, cogió tres panecillos mas, e hizo bocadillos con cuarto y mitad de salchichón y queso en cada uno, sin duda para nuestros almuerzos. De pasada se guardó mas magdalenas en su bolsa para alguna eventualidad de ultima hora. La camarera, no daba abasto a reponer fiambres y bollería en la surtida mesa del comedor... y eso que solo estábamos nosotros.
En un momento dado la mujer entabló conversación con nosotros. Pensaría, sin conocerla bien, que Esperanza no podría hablar con la boca llena y dejaría de hacer viajes de rapiña. Vana esperanza ya que en cuestión de hablar la vasca consigue hacerlo hasta bajo el agua. Nos comentó la muchacha que deberíamos abrigáramos bien, pues al venir al trabajo había oído en la radio que estábamos a solo cuatro grados de temperatura. No le di importancia al aviso, y máxime cuando un rato mas tarde el recepcionista nos dijo que eran siete grados.
Fuera, aunque apenas hacia unos momentos que había amanecido, se veía un día despejado en el que el sol nos iba acompañar. Exageraciones.
domingo, 16 de noviembre de 2008
WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS
Próximo a cumplirse seis años desde que GEORGE HARRISON, el beatle tranquilo, nos dejara, quiero hacer mi particular homenaje a este tipo, para mi... entrañable, con esta canción que me trae recuerdos de noches en una parte de Andalucía, la pequeña Lanjarón en la Alpujarra granadina, donde me inicié, creo que con 13 o 14 años, en el "slow"... o sea, el "baile agarrao" que hoy ya no se lleva entre la juventud.
Creo que los jóvenes de hoy día se pierden una de las experiencias mas bonitas de la vida. Pero allá ellos. Yo con mis amigas andaluzas, el maestro Harrison y el resto de "escarabajos", con un simple radiocasette, me lo pasé en grande y no creo que me haya ido tan mal en la vida.
Recomiendo a todos mis lectores, se den un paseo por el blog de Rafa Gambin y disfruten con la canción "My sweet lord" que hace un par de días dejo colgada allí. Sinceramente sublime. Hacedme caso y no os defraudará.
Creo que los jóvenes de hoy día se pierden una de las experiencias mas bonitas de la vida. Pero allá ellos. Yo con mis amigas andaluzas, el maestro Harrison y el resto de "escarabajos", con un simple radiocasette, me lo pasé en grande y no creo que me haya ido tan mal en la vida.
Recomiendo a todos mis lectores, se den un paseo por el blog de Rafa Gambin y disfruten con la canción "My sweet lord" que hace un par de días dejo colgada allí. Sinceramente sublime. Hacedme caso y no os defraudará.
sábado, 15 de noviembre de 2008
LA PRINCESA DE HIELO
Novela de misterio obra de Camilla Läckberg, una joven ama de casa y madre de dos hijos metida en temas literarios con notable éxitos ya desde sus primeros libros, y que se ha convertido en la escritora mas leída de Suecia, su país natal.
Esta novela del año 2.004 y de 415 paginas, no solo obtuvo un enorme éxito de ventas, sino que le permitió junto con el resto de sus libros ser nominada a la mejor novela negra de la Academia Sueca, lo que motivó también, una especie de continuación con un segundo libro con los mismo protagonistas, la joven escritora Erica y Patrick el policía, titulado "Los gritos del pasado", lo que ha encumbrado a la autora como la reina actual del suspense europeo, y a ese Suecia como una autentica fabrica de buenos autores de policíacos, si incluimos a Henning Mankel y a Stieg Larsson.
Camilla Läckberg sabe conjugar las dosis correctas de intriga con una acertada caracterización de sus personajes, todos con comportamientos muy comunes, casi corrientes, con la recreación de los ambientes típicos del país nórdico.
Pues al igual que Mankel con su inspector Vallander y el pueblecito de Ystad en Escania, la Läckberg sitúa el centro de la acción en una pequeña localidad costera llamada Fjällbacka (de donde es precisamente oriunda la autora) y en ella conocemos a diferentes personajes, que marcados por el extremo clima nórdico y la tranquilidad de un medio rural, observan atónitos los crímenes que se suceden y alteran el devenir de su apacible pueblo.
Todo ello con un lenguaje llano y ameno, y una soberbia dosificación entre los elementos de la investigación y las anécdotas de la vida cotidiana, hacen de las novelas de esta autora un agradable entretenimiento.
jueves, 13 de noviembre de 2008
Cena en el Barrio Húmedo
Primeramente nos dirigimos hacia una de las tascas en la ya estuvimos los cuatro el año anterior. Una en que como tapa sirven a sus clientes un langostino. Recordemos que cada bar del barrio suele especializarse en una tapa diferente, para diferenciarse unos de otros y resultar atractivo el cambiar de unos a otros en cada ocasión. Pero una vez engullido el crustáceo y aún con la copa de vino en la mano, caímos los tres en que nuestro apetito dificilmente se aplacaría con un pinchito aquí y otro allá, y que encestábamos algo mas sustancioso. No solo beber vinos o mostos y marear la perdiz. Una vez pagamos cruzamos la calle y nos dirigimos a instancia mía al Bar Latino, del que aún conservaba el recuerdo de aquella suculenta cena con Mª Dolores, en la que nos sobró de todo y no pudimos acabar.
Encontramos mesa en el interior, cosa sana ya que fuera hubiéramos podido pillar una pulmonía. Y estuvimos repasando la carta en búsqueda de raciones que a todos nos apañaran. Esperanza siempre pijotera con la comida y de poco cenar, dejó que eligiéramos los dos hombres. Primero una de pulpo a la gallega o a feira, como gustan llamarlo los galegos y luego nos fijamos en el plato de embutidos leoneses, aunque yo avisé de que sería una exageración para solo dos, ya que la vasca se pidió solamente un plato de patatas fritas. Pero aun no quedó ahí la cosa, ya que a ultima hora y ante el asombro del camarero por la lista de cosas que pedíamos y a pesar de avisarnos que las raciones eran muy cumplidas, añadimos un plato de morcilla leonesa.
Estaba yo recordando y contándoles a mis dos compañeros el episodio de los calmares del año anterior, cuando apareció, en la mesa junto a la nuestra, un plato de estos a la romana.
Aquello no lo se lo saltaba un gitano. Calamares gordos, lustrosos y en tal cantidad como para aburrir a Carpanta.
Pero cuando empezó a llegar lo nuestro, y tuvimos que ir haciendo sitio a los platos, nos dimos cuenta que dificilmente acabaríamos con aquello. Menos mal que a la que no cenaba nada, Esperanza, se le fueron los ojos ante el lomo y la cecina. Y se quedó extasiada ante la morcilla que venía toda desmigada y humeante, aunque tras comerse una generosa porción y relamerse como un gato, dijo con cara contrariada que picaba demasiado y debía ser muy indigesta de noche.
Un poco de pulpo, morcilla, mas pulpo... un trocito de queso, otro de jamón... ahora mojo el pan en el aceitito con pimentón... ahora otra vez pero en la morcilla. Nos pusimos las botas y aunque no todo pudo acabarse, quedamos satisfechos y saciados. Cuando salíamos mire de reojo, y vi que aun quedaban calamares en el plato de nuestros vecinos, y sus caras y carrillos hinchados indicaban que han tendrían para rato.
Con la buena cena y el vinillo habíamos entrado en calor, y para hacer la digestión decidimos acercarnos hasta el albergue de las Carbajalas, con la intención de sellar credenciales y ver que hubiera pasado si lo hubiéramos fiado todo a encontrar sitio en aquel lugar, y no reservar plazas en el hotel.
Recorrimos la corta distancia hasta allí comprobando que las calorías ingeridas nos habían quitado el frío de la llegada. El albergue estaba lleno, pero el hospitalero nos atendió y charlamos un poco con él. Nos indicó que en el edificio colindante, el que mediaba entre el albergue y el convento, existía también una hospedería, y curiosos salimos y nos dirigimos allí. Al llegar vimos salir a un joven cura elegantemente vestido y con alzacuellos, nos saludó distraido al pasar y nosotros hicimos intento de aprovechar la puerta abierta para entrar, pero un hospitalero o recepcionista nos indicó por señas que estaba lleno o cerrado. Con lo que dimos media vuelta y deambulamos unos minutos por la plaza que da a la parte trasera de la Iglesia de Santa María del Mercado.
Volviendo sobre nuestros pasos, paseamos por la Plaza Mayor que ya lucía completamente iluminada y de momento nos volvió el frío en los cuerpos, con lo que decidimos volver cuanto antes al hotel y dar por concluida la tarde de turismo.
Caminábamos a buen paso, mientras yo hacía la llamada de buenas noches a MªDolores. En un momento dado, cuando le explicaba el fresco que hacía en León y que toda la gente llevaba ropa de abrigo, me entró una extraña sensación en el cuerpo acompañada de tiritonas y castañear de dientes. Jamas en la vida me había sucedido algo semejante, y se me hizo eterno el trayecto de vuelta hasta el hotel, donde seguro que volvería a entrar en calor.
Encontramos mesa en el interior, cosa sana ya que fuera hubiéramos podido pillar una pulmonía. Y estuvimos repasando la carta en búsqueda de raciones que a todos nos apañaran. Esperanza siempre pijotera con la comida y de poco cenar, dejó que eligiéramos los dos hombres. Primero una de pulpo a la gallega o a feira, como gustan llamarlo los galegos y luego nos fijamos en el plato de embutidos leoneses, aunque yo avisé de que sería una exageración para solo dos, ya que la vasca se pidió solamente un plato de patatas fritas. Pero aun no quedó ahí la cosa, ya que a ultima hora y ante el asombro del camarero por la lista de cosas que pedíamos y a pesar de avisarnos que las raciones eran muy cumplidas, añadimos un plato de morcilla leonesa.
Estaba yo recordando y contándoles a mis dos compañeros el episodio de los calmares del año anterior, cuando apareció, en la mesa junto a la nuestra, un plato de estos a la romana.
Aquello no lo se lo saltaba un gitano. Calamares gordos, lustrosos y en tal cantidad como para aburrir a Carpanta.
Pero cuando empezó a llegar lo nuestro, y tuvimos que ir haciendo sitio a los platos, nos dimos cuenta que dificilmente acabaríamos con aquello. Menos mal que a la que no cenaba nada, Esperanza, se le fueron los ojos ante el lomo y la cecina. Y se quedó extasiada ante la morcilla que venía toda desmigada y humeante, aunque tras comerse una generosa porción y relamerse como un gato, dijo con cara contrariada que picaba demasiado y debía ser muy indigesta de noche.
Un poco de pulpo, morcilla, mas pulpo... un trocito de queso, otro de jamón... ahora mojo el pan en el aceitito con pimentón... ahora otra vez pero en la morcilla. Nos pusimos las botas y aunque no todo pudo acabarse, quedamos satisfechos y saciados. Cuando salíamos mire de reojo, y vi que aun quedaban calamares en el plato de nuestros vecinos, y sus caras y carrillos hinchados indicaban que han tendrían para rato.
Con la buena cena y el vinillo habíamos entrado en calor, y para hacer la digestión decidimos acercarnos hasta el albergue de las Carbajalas, con la intención de sellar credenciales y ver que hubiera pasado si lo hubiéramos fiado todo a encontrar sitio en aquel lugar, y no reservar plazas en el hotel.
Recorrimos la corta distancia hasta allí comprobando que las calorías ingeridas nos habían quitado el frío de la llegada. El albergue estaba lleno, pero el hospitalero nos atendió y charlamos un poco con él. Nos indicó que en el edificio colindante, el que mediaba entre el albergue y el convento, existía también una hospedería, y curiosos salimos y nos dirigimos allí. Al llegar vimos salir a un joven cura elegantemente vestido y con alzacuellos, nos saludó distraido al pasar y nosotros hicimos intento de aprovechar la puerta abierta para entrar, pero un hospitalero o recepcionista nos indicó por señas que estaba lleno o cerrado. Con lo que dimos media vuelta y deambulamos unos minutos por la plaza que da a la parte trasera de la Iglesia de Santa María del Mercado.
Volviendo sobre nuestros pasos, paseamos por la Plaza Mayor que ya lucía completamente iluminada y de momento nos volvió el frío en los cuerpos, con lo que decidimos volver cuanto antes al hotel y dar por concluida la tarde de turismo.
Caminábamos a buen paso, mientras yo hacía la llamada de buenas noches a MªDolores. En un momento dado, cuando le explicaba el fresco que hacía en León y que toda la gente llevaba ropa de abrigo, me entró una extraña sensación en el cuerpo acompañada de tiritonas y castañear de dientes. Jamas en la vida me había sucedido algo semejante, y se me hizo eterno el trayecto de vuelta hasta el hotel, donde seguro que volvería a entrar en calor.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Animo, Rafael
Dicen que las desgracias nunca vienen solas. Por si teníamos pocas ultimamente, ayer tarde me llama Nora para comunicarme que el amigo Rafa se encuentra nuevamente hospitalizado.
El "bicho" ha vuelto a aparecer. Y de nuevo en la cabeza.
Se me cae la moral a los pies. ! Con lo bien que íbamos... ¡ es lo único que se me ocurre decirles estúpidamente, y tienen que ser Nora y el propio Rafa quienes me den ánimos a mi, pues me he quedado en blanco de momento.
Nora, un tanto resignada ante lo inevitable, haciendo de tripas corazón y dejándose contagiar de optimismo por su marido, pero intuyo que la precesión va por dentro... como es lógico y natural. ! Que duro se le debe estar haciendo ¡ !!No es para menos ¡¡
Rafa, como siempre ha encarado los problemas que le han venido en esta vida... con optimismo, con positivismo. Lo que le fue bien en las dos anteriores ocasiones, lo repite en esta nueva recaída. Espera los resultados y diagnósticos de los doctores, pero esta vez con mucho mas conocimiento y datos de la experiencia anterior.
Como siempre, disponiéndose a superar el trance luchando y peleando, como si de un partido de baloncesto se tratara, y de nuevo con la coletilla esa de: "este partido lo vamos a ganar".
Para mas INRI, mi jefe anoche llegó con ganas de "bronca" y de trabajar (no trabajamos durante el día... y le da por hacerlo pasadas las ocho y media de la tarde) Total: yo en la oficina hasta casi las 10 de la noche y sin poder ir a ver mi amigo en un momento tan delicado.
Hoy ya se puede juntar el cielo con la tierra... que yo me voy a estar unas horas con mis dos amigos en estos momentos que mas lo necesitan.
Comprenderéis que hoy no esté de humor para anécdotas y chorradas del blog. De alguna manera tengo la cabeza en otro sitio... desde las 5 de la mañana en que me he despertado con la imagen de mi amigo de nuevo en una cama de hospital.
Creo que mañana será otro día, y si no, pasado, para cosas menos importantes. Hoy solo me cabe la preocupación por Rafa Gambin y Nora.
El "bicho" ha vuelto a aparecer. Y de nuevo en la cabeza.
Se me cae la moral a los pies. ! Con lo bien que íbamos... ¡ es lo único que se me ocurre decirles estúpidamente, y tienen que ser Nora y el propio Rafa quienes me den ánimos a mi, pues me he quedado en blanco de momento.
Nora, un tanto resignada ante lo inevitable, haciendo de tripas corazón y dejándose contagiar de optimismo por su marido, pero intuyo que la precesión va por dentro... como es lógico y natural. ! Que duro se le debe estar haciendo ¡ !!No es para menos ¡¡
Rafa, como siempre ha encarado los problemas que le han venido en esta vida... con optimismo, con positivismo. Lo que le fue bien en las dos anteriores ocasiones, lo repite en esta nueva recaída. Espera los resultados y diagnósticos de los doctores, pero esta vez con mucho mas conocimiento y datos de la experiencia anterior.
Como siempre, disponiéndose a superar el trance luchando y peleando, como si de un partido de baloncesto se tratara, y de nuevo con la coletilla esa de: "este partido lo vamos a ganar".
Para mas INRI, mi jefe anoche llegó con ganas de "bronca" y de trabajar (no trabajamos durante el día... y le da por hacerlo pasadas las ocho y media de la tarde) Total: yo en la oficina hasta casi las 10 de la noche y sin poder ir a ver mi amigo en un momento tan delicado.
Hoy ya se puede juntar el cielo con la tierra... que yo me voy a estar unas horas con mis dos amigos en estos momentos que mas lo necesitan.
Comprenderéis que hoy no esté de humor para anécdotas y chorradas del blog. De alguna manera tengo la cabeza en otro sitio... desde las 5 de la mañana en que me he despertado con la imagen de mi amigo de nuevo en una cama de hospital.
Creo que mañana será otro día, y si no, pasado, para cosas menos importantes. Hoy solo me cabe la preocupación por Rafa Gambin y Nora.
martes, 11 de noviembre de 2008
Y la vida sigue...
Menos de cuarenta y ocho horas hace que nos dejo para siempre nuestro amigo Antonio, y ya anda haciendo milagros. ¿O como podríamos llamar al hecho de que la amiga Berin haya por fin escrito unas lineas en el blog después de un año? ! Como me he alegrado de verla comentar aquí alguna cosa ¡ Por cierto... que no lo hace mal, y consigue emocionarme con ese sentido mensaje de despedida del amigo que se fue. Nada mas que por eso, no solo se gana mi admiración, pues sé que le habrá costado vencer su natural timidez para estas cosas, sino que pongo una foto suya para que se vaya animando a repetir mas a menudo.
Otro milagro... y este no puede achacarse al bueno de Antonio, aunque estuvo mas de una vez andando por los Caminos de Alemania, cada vez que con su esposa Barbara, que es germana, iban a visitar a la familia por esos "Landers de Dios".
Resulta que mis recién conocidos amigos de Mönchengladbach, Fred y Marlene, para visitar mi blog y la pagina de picasa donde guardo las fotos, han debido requerir la ayuda de alguno de sus hijos, o vaya usted a saber quien es el tal Dieter que me manda el comentario. Del blog no se habrán enterado de nada... ¡¡¡ natural ¡¡¡ mas o menos como yo, de lo que escribe el fulano alemán. Pero sin duda han agradecido el poder ver todos los lugares por los que pasaron en su peregrinación gracias a mis fotos.
Y como la vida sigue su curso de manera inexorable, nosotros continuaremos con nuestra costumbre de ir escribiendo las anécdotas del Camino.
Y nos habíamos quedado en que nos dirigíamos hacia el Barrio Húmedo de León para ver que cenábamos. Pero antes tuve la mala suerte de que Esperanza se encontrara con una conocida suya de San Sabastián que hacia turismo con su marido cerca de la Catedral. Aquellas dos mujeres, que en circunstancias normales, de haberse visto por las calles de Donosti tal vez ni se hubieran saludado, allí, lejos de su casa y por la novedad, se vieron en la necesidad de contarse sus respectivas vidas. El marido de la turista, tal y como hicimos nosotros, puso los ojos en blanco, alzo los hombros con gesto de resignación y siguió fumando su pipa, cuya cazoleta representaba la cabeza de un marino mercante.
Mas de veinte minutos de plantón, con los dos calzonazos aquellos que no se atrevían a cortar el rollo a sus mujeres aunque lo deseaban, me llevaron a dar una ojeada a las cercanas tiendas de souvenirs de la Plaza de Regla, y sobre todo a que el frió me fuera calando, debido a mi atuendo de boy scout, con pantalones cortos y en chanclas.
Sé que estoy aburriendo al personal... pero de esta manera todo el mundo se dará cuenta de que todo en aquellas aventuras no son precisamente maravillas. Y que, si vas acompañado de otras personas, has de aguantar ciertos inconvenientes que de otro modo te ahorrarías.
Pero tranquilos, ya que en la entrada de mañana tendremos ocasión de disfrutar de una de las fotos mas apetitosas del tramo de este año. Porque yo sin cenar no me quedaba... y tras una de esas caras que me han hecho mundialmente famosos en el mundo entero cuando me enfado, las dos señoras se dieron por aludidas y fueron despidiéndose.
A grandes zancadas fui llevando a mis dos vascos hacia el lugar elegido para las tapas, con Esperanza contándonos los detalles, que todos ya habíamos soportado minutos antes, de la conversación con la amiga. A palabras necias... oídos sordos, dice el refrán. Yo intentaba entrar en calor y acallar los ruidos de mi estomago, ante la idea de una buena cena.
domingo, 9 de noviembre de 2008
Mi adiós a Antonio Gomez
Una frase tópica dice que siempre se van los mejores. En este caso la cruda realidad supera al viejo tópico. Ayer sábado nos dejaba el amigo Antonio Gomez, Secretario de nuestra Asociación y uno de los mejores peregrinos que he conocido, si es que para peregrinar a Santiago hubiera un ranquing.
58 años, siempre en un estado de forma envidiable y con un espíritu a prueba de bombas le hacían uno de los pilares fundamentales de la pequeña agrupación. Pero la cruel enfermedad ha podido con él, todo y a pesar de su carácter siempre decidido.
Al menos yo, siempre lo recuerdo, sentado junto al chofer del autobús, micro en mano, y dándonos explicaciones de la etapa que el grupo iba a acometer ese día y que él, junto a su inseparable esposa Barbara, había preparado y reconocido días antes.
También quiero recordarlo a partir de hoy mismo, seguro de que ya estará en ello, con la mochila al hombro, parando y echando la vista atrás para, suspirando resignado, esperar que el mismísimo Apóstol Santiago Peregrino, Santo Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega o San Martín de Tours le den alcance y cubran la distancia que sin duda les habrá sacado con su peculiar ritmo de completo caminante.
Solo se me ocurre una frase para terminar esta breve y triste entrada de hoy. Buen Camino, Antonio, para toda la eternidad en compañía de tu adorado Apóstol.
58 años, siempre en un estado de forma envidiable y con un espíritu a prueba de bombas le hacían uno de los pilares fundamentales de la pequeña agrupación. Pero la cruel enfermedad ha podido con él, todo y a pesar de su carácter siempre decidido.
Al menos yo, siempre lo recuerdo, sentado junto al chofer del autobús, micro en mano, y dándonos explicaciones de la etapa que el grupo iba a acometer ese día y que él, junto a su inseparable esposa Barbara, había preparado y reconocido días antes.
También quiero recordarlo a partir de hoy mismo, seguro de que ya estará en ello, con la mochila al hombro, parando y echando la vista atrás para, suspirando resignado, esperar que el mismísimo Apóstol Santiago Peregrino, Santo Domingo de la Calzada, San Juan de Ortega o San Martín de Tours le den alcance y cubran la distancia que sin duda les habrá sacado con su peculiar ritmo de completo caminante.
Solo se me ocurre una frase para terminar esta breve y triste entrada de hoy. Buen Camino, Antonio, para toda la eternidad en compañía de tu adorado Apóstol.
viernes, 7 de noviembre de 2008
De paseo por León
Y de nuevo en León. En la recepción del hotel, pude abrazar a mis amigos donostiarras. Javier, como siempre enganchado a la tele viendo como discurría la Vuelta Ciclista a España y Esperanza matando el rato con una revista, y ojo avisor por si podía pegar la hebra con alguno, me vieron llegar incluso antes de que yo reparara en ellos. Nuestra alegría por el reencuentro, tras un año de contactos telefónicos ocasionales, dieron paso a todo tipo de preguntas sobre el estado de salud de Alvarito y resto de familia. Debidamente inscrito y con la llave en mi poder subí a la confortable habitación, donde dejé la mochila, curiosee un poco aquí y allá, y tras una ducha rápida volví a bajar dispuesto ir a donde quisieran llevarme mis dos compañeros.
la primera parada fue ante el Parador de San Marcos a donde llegamos en pocos minutos paseando por la ribera del río Bernesga. Reparamos en que el Camino de Santiago continuaba en linea recta a la salida del puente, lo que nos serviría a la mañana siguiente para no perder tiempo, y nos dedicamos a fotografiarnos ante el peregrino de bronce que descalzado y en actitud ensoñadora observa el impresionante edificio. Hicimos la visita obligada a la recepción del lujoso hotel... cuestión de, como moscas cojoneras, estropear el álbum a la pareja de recién casados que junto a sus primeros invitados se retrataban en la puerta del caro y exclusivo restaurante y acto seguido entramos en la iglesia vecina donde, como no, se celebraba otra boda. Es increíble la de parejas que en León eligen las tardes de los sábados para sus esponsales. Ya el año anterior, MD y yo tuvimos ocasión de comprobarlo, y mas tarde supimos a través del conserje del Riosol que aquel día se habían casado 26 parejas en la capital. ! Para que luego digan que el matrimonio esta en crisis ¡
Callejeando fui dirigiendo al grupo hasta las proximidades de la Plaza de Santo Domingo, causando el asombro de mis amigos por lo fácil que me orientaba en una ciudad casi desconocida, pero normalmente me bastan unos buenos paseos andando por ellas, para años mas tarde recordar infinidad de detalles de sus calles y saber encontrar los lugares que busco.
En aquel momento recibí una llamada telefónica del hotel que tenía reservado en Santiago para la semana siguiente, confirmándoles la reserva tal y como teníamos previsto. Durante la breve llamada Esperanza se había desviado un tanto de la ruta que yo tenía prevista, lo que nos llevó en ese punto a acercarnos hasta la Basilica de San Isidoro. Antes de llegar encontramos un monumento a las Tres Infantas de León en una plaza cercana. Utilizo una foto de dos de las estatuas, para colocarla en la entrada de hoy. Por alguna extraña causa, que no llego a comprender, me es muy simpática la figura de esas infantas, de las que no sé su historia, y ni mucho menos he sido debidamente presentado a sus excelencias, pero así son las cosas.
De la Basilica, de nuevo, nada puedo contar. Acabada una nueva boda unos momentos antes, a tenor de algunas señoras rezagadas para llegar al convite, con trajes y vestidos de colores inverosímiles, las puertas de la iglesia estaban ya cerradas, así como las del Museo adjunto, con lo que de nuevo me quedé con las ganas de visitar como es debido aquella maravilla del Románico.
Volviendo a las bodas, es normal recibir por Internet toda clase de correos sobre estrafalarias bodas, de las que resaltan por su "plasticidad" las bodas inglesas y la de los macarras y pandilleros negros americanos. Pero, para ser sinceros, algunos bodorrios patrios no les van a la zaga y puede verse, sobre todo entre los invitados masculinos, algunas combinaciones de trajes de mercadillo o del mismo cementerio, recién robados y que sin duda les sentaba mejor a los muertos. Se ven corbatas que atentan contra toda lógica estética y muchos zapatos que estarían mejor en el contenedor de basura. Algunos parecen malos comerciales que han salido corriendo de la inmobiliaria Don Piso, incluso sin cambiarse la corbata verde chillón, y acuden presurosos a salir en la foto y luego ver si en el restaurante dan langostinos, aunque sean congelados. Otros, y sobre todo otras, por el contrario sacan partido, cueste lo que cueste a los vestidos comprados hace cuatro Nocheviejas... y así sale lo que sale.
Pero centrémonos (que es gerundio) en el relato y no divaguemos (pongamos... que también es gerundio). De ahí, hasta la Casa Botines y el Palacio de los Guzmanes, fue un corto paseo, siempre hablando y comentando anécdotas acaecidas a lo largo del año, y de las que Esperanza tenía un carro para contar. Por la calle Ancha, parándonos cada cierto tiempo para ver escaparates de tiendas, llegamos hasta la Plaza de Regla, y por consiguiente a la Catedral. No nos pudimos resistir a la obligada visita y allí pasamos casi una hora, volviendo a disfrutar con el arte que encierra esta imponente iglesia, y en especial admirando sus vidrieras.
Una vez fuera, notamos como la brisilla que había estado soplando toda la tarde, una vez escondido el sol, se había convertido en un fresquete que molestaba si uno permanecía parado.
Y para combatir el frío ambiente, nada mejor que unos vinos en un cálido mesón del Barrio Húmedo y ya puestos, la cena a base de tapas como es habitual allí, con lo que nos encaminamos a paso vivo y ligero para hacer desaparecer la carne de gallina con que se nos había quedado el cuerpo.
la primera parada fue ante el Parador de San Marcos a donde llegamos en pocos minutos paseando por la ribera del río Bernesga. Reparamos en que el Camino de Santiago continuaba en linea recta a la salida del puente, lo que nos serviría a la mañana siguiente para no perder tiempo, y nos dedicamos a fotografiarnos ante el peregrino de bronce que descalzado y en actitud ensoñadora observa el impresionante edificio. Hicimos la visita obligada a la recepción del lujoso hotel... cuestión de, como moscas cojoneras, estropear el álbum a la pareja de recién casados que junto a sus primeros invitados se retrataban en la puerta del caro y exclusivo restaurante y acto seguido entramos en la iglesia vecina donde, como no, se celebraba otra boda. Es increíble la de parejas que en León eligen las tardes de los sábados para sus esponsales. Ya el año anterior, MD y yo tuvimos ocasión de comprobarlo, y mas tarde supimos a través del conserje del Riosol que aquel día se habían casado 26 parejas en la capital. ! Para que luego digan que el matrimonio esta en crisis ¡
Callejeando fui dirigiendo al grupo hasta las proximidades de la Plaza de Santo Domingo, causando el asombro de mis amigos por lo fácil que me orientaba en una ciudad casi desconocida, pero normalmente me bastan unos buenos paseos andando por ellas, para años mas tarde recordar infinidad de detalles de sus calles y saber encontrar los lugares que busco.
En aquel momento recibí una llamada telefónica del hotel que tenía reservado en Santiago para la semana siguiente, confirmándoles la reserva tal y como teníamos previsto. Durante la breve llamada Esperanza se había desviado un tanto de la ruta que yo tenía prevista, lo que nos llevó en ese punto a acercarnos hasta la Basilica de San Isidoro. Antes de llegar encontramos un monumento a las Tres Infantas de León en una plaza cercana. Utilizo una foto de dos de las estatuas, para colocarla en la entrada de hoy. Por alguna extraña causa, que no llego a comprender, me es muy simpática la figura de esas infantas, de las que no sé su historia, y ni mucho menos he sido debidamente presentado a sus excelencias, pero así son las cosas.
De la Basilica, de nuevo, nada puedo contar. Acabada una nueva boda unos momentos antes, a tenor de algunas señoras rezagadas para llegar al convite, con trajes y vestidos de colores inverosímiles, las puertas de la iglesia estaban ya cerradas, así como las del Museo adjunto, con lo que de nuevo me quedé con las ganas de visitar como es debido aquella maravilla del Románico.
Volviendo a las bodas, es normal recibir por Internet toda clase de correos sobre estrafalarias bodas, de las que resaltan por su "plasticidad" las bodas inglesas y la de los macarras y pandilleros negros americanos. Pero, para ser sinceros, algunos bodorrios patrios no les van a la zaga y puede verse, sobre todo entre los invitados masculinos, algunas combinaciones de trajes de mercadillo o del mismo cementerio, recién robados y que sin duda les sentaba mejor a los muertos. Se ven corbatas que atentan contra toda lógica estética y muchos zapatos que estarían mejor en el contenedor de basura. Algunos parecen malos comerciales que han salido corriendo de la inmobiliaria Don Piso, incluso sin cambiarse la corbata verde chillón, y acuden presurosos a salir en la foto y luego ver si en el restaurante dan langostinos, aunque sean congelados. Otros, y sobre todo otras, por el contrario sacan partido, cueste lo que cueste a los vestidos comprados hace cuatro Nocheviejas... y así sale lo que sale.
Pero centrémonos (que es gerundio) en el relato y no divaguemos (pongamos... que también es gerundio). De ahí, hasta la Casa Botines y el Palacio de los Guzmanes, fue un corto paseo, siempre hablando y comentando anécdotas acaecidas a lo largo del año, y de las que Esperanza tenía un carro para contar. Por la calle Ancha, parándonos cada cierto tiempo para ver escaparates de tiendas, llegamos hasta la Plaza de Regla, y por consiguiente a la Catedral. No nos pudimos resistir a la obligada visita y allí pasamos casi una hora, volviendo a disfrutar con el arte que encierra esta imponente iglesia, y en especial admirando sus vidrieras.
Una vez fuera, notamos como la brisilla que había estado soplando toda la tarde, una vez escondido el sol, se había convertido en un fresquete que molestaba si uno permanecía parado.
Y para combatir el frío ambiente, nada mejor que unos vinos en un cálido mesón del Barrio Húmedo y ya puestos, la cena a base de tapas como es habitual allí, con lo que nos encaminamos a paso vivo y ligero para hacer desaparecer la carne de gallina con que se nos había quedado el cuerpo.
jueves, 6 de noviembre de 2008
Feliz cumpleaños a Tere
Hoy es el cumpleaños de Tere. Aunque nunca haya escrito ningún comentario aquí, ella es una de las fieles lectoras del blog cuando sus innumerables compromisos, le dejan un hueco en la agenda. Ella, y Daniel su marido, son como aquella película inglesa de los setenta... si hoy es martes... hoy toca caminata hasta Campello... si miércoles... macramé, y los jueves al gimnasio con el bodybuilding o como se llame actualmente. Una vida que ya quisiéramos algunos, solo en disposición de los pre-jubilados de banca. Solo hubiera faltado que en los bancos hubieran tenido economato para que la cosa hubiera sido definitivamente redonda.
De espíritu inquieto, muchas veces arrollador, nuestra amiga nos monta una cena mañana viernes por la noche en su casa, para celebrar su cumpleaños como ella cree que merece la ocasión.
! Miedo me da ¡ Pero seguro que pasamos un rato agradabilisimo entre tertulia y risas. Habremos, sin embargo, que tener cuidado en no excedernos con el tema del Camino. Cuando nos juntamos tenemos propensión a hablar en demasía sobre nuestros viajes y nuestras anécdotas en la ruta, olvidando que el resto de amigos, como Berin, MªDolores o Alfonso, son un tanto ajenos a nuestra desmedida afición, y acaban por aburrirse un tanto sin llegar nunca a intervenir de pleno en las conversaciones de nuestras veladas.
Ya solo faltan un par de meses para recuperar nuestras salidas al Sureste, y entonces nos encontraremos con una nueva Tere, en una de sus funciones preferidas, de monitora o vigilante de la cola del pelotón. Podrá desarrollar en toda su amplitud sus dotes de mando. Una simpática "marimandona" que nos irá arreando por detrás para que no nos rezaguemos. Ya tengo ganas de que llegue ese tiempo y poder salir con tantos buenos amigos.
Pero no nos desviemos del tema de hoy. Que no es otro que el de felicitar a tan buena amiga y desearle que cumpla muchos mas, y a ser posible, que el resto de nosotros lo vea. Y siento no tener a mano a Zubin Mehta, ni a la Orquesta de Cámara de la Escuela Superior de música para que le toquen ocho veces el estribillo del "Cumpleaños feliz"como le hicieron el domingo pasado a la reina Sofía, pero lo resolveremos estirándole, al menos ocho veces, la oreja a nuestra amiga en cuanto la veamos.
De nuevo muchísimas Felicidades en compañía de Daniel y tus hijos, y que te vaya bonito.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
El aburrido viaje en trén.
El viaje hasta Madrid... soporífero. Me entretuve haciendo sudokus, mirando los paisajes y soportando al compañero de asiento que cada 30 segundos tenía un ataque de tos. Deseé que su viaje fuera corto. Que se bajara en Albacete, o lo mas en la capital, pero una conversación con el revisor me devolvió a la triste realidad... viaje de costa a costa... el tipo iba a Gijón, y debería soportarlo hasta el final de mi trayecto.
Al paso por la capital albaceteña, tuvimos algo de lluvia. No eran buenos augurios, pues a medida que fuéramos subiendo la península, subían las posibilidades de encontrarnos con mal tiempo por la zona norte. El dicho de que "no hay Camino sin un poco de lluvia" queda bien como frase, pero es un verdadero engorro cuando estas en plena caminata. Mis dos bocadillos cayeron uno tras otro. El correspondiente a la comida a poco de entrar en Madrid. Chamartin, y parada técnica de unos diez minutos. Salí al andén a fumarme un par de cigarrillos, y allí, alucinado contemplando las torres de Vallehermoso construidas en lo que fuera la antigua Ciudad Deportiva del Real, reparé en que la mujer de Juan también le dada al Ducados, un par de vagones mas allá. Me acerqué hasta ella y estuvimos charlando un momento. No tengo excesiva confianza con ella, al menos no tanta como pueda tener con su marido. Decidí aprovechar el pequeño parón para charlar con el amigo, pero este, en esos momentos, dormitaba en su butaca como un niño de pecho. Me dirigí de nuevo por el andén hasta encontrar el vagón restaurante que encontré justo cuando parecía que el tren reanudaba la marcha.
Demasiada gente había tenido la misma idea que yo, con lo que situado en tercera linea de cola esperé y esperé una eternidad para conseguir un simple cortado, que fui paladeando a pesar del traqueteo del tren mirando la revista Paisajes de Renfe. Cuando volví a mi vagón y pasé junto al asiento del matrimonio amigo, comprobé que quien dormía en esos momentos era la esposa y mi compañero del Sureste ya estaba operativo y charlando con la otra pareja de peregrinos alicantinos. Durante el rato en que estuvimos hablando, supe que permanecerían un día en León visitando la ciudad, por lo que no coincidiríamos en la ruta. Enseguida Juan sacó una hoja de papel en la que venía todo el plan de ruta proyectado. Comprobé que las etapas no eran exactamente las mismas que habíamos planeado Javier y yo, pero ellos disponían de 15 días en lugar de la misera semana que teníamos nosotros. El matrimonio que les acompañaba llegaba hasta Santiago, pero Juan y su mujer continuaban hasta Finisterre y luego aún hasta Muxía. Gracias al papel que me había entregado, aprendí una cosa que desconocía. Y era que, realizada la peregrinación hasta la costa, de la misma manera que al llegar a Santiago puede conseguirse la Compostelana, en aquellos dos pueblos te daban "la Fisterrana" acreditación de haber peregrinado hasta el "fin del mundo"; y que en la otra villa marinera te expedían "la muxiana", un nuevo certificado.
De nuevo en mi asiento, pude comprobar que el planteamiento de etapas realizado por Juan era cuanto menos descompensado, con algunas etapa realmente cortas y con final en lugares anodinos, y otras descomunalmente largas con auténticas kilometradas. Cada maestrillo tiene su librillo, no cabe duda. Pero me alegré de que no coincidiéramos, hubiera sido un engorro querer caminar con ellos y sin embargo tener la obligación de adelantar fechas para cumplir con nuestro propio plan.
Hasta León, mas de lo mismo... sudokus y toses y mas toses. Y salvo cierto susto al comprobar lo abrigados que andaban los viajeros al paso por las estaciones de Valladolid y Avila, el resto del viaje continuo sin nada que reseñar. El frío no suele preocuparme mas que por las mañanas recién levantado. Luego uno entra en calor, incluso a sudar, a medida que se pone a andar. Pero la lluvia es otra historia.
A la llegada a León, esperé a poder despedirme de los alicantinos, pero estos se dirigieron apresuradamente hacia el bar, y solo pude tener unas breves palabras con Juan de animo para la aventura que iniciábamos.
Ellos pensaban dirigirse al albergue municipal, bastante alejado del centro. En cambio yo no tuve mas que andar unos doscientos metros para encontrar el hotel reservado por Esperanza, el Temple Riosol, muy cerca de la estación y del paseo de Papalaguinda y el río. Mis dos amigos vascos me esperaban en recepción. Ya estábamos en marcha.
martes, 4 de noviembre de 2008
Sorpresa en la estación.
Me llevo una pequeña bronca de mis amigas del Camino del Sureste porque no escribo lo suficiente... según ellas. Anoche inauguración de la Exposición fotográfica. Cuando llego, no queda un solo canapé o patata frita, me arriman la ultima coca cola... de las normales y no duermo en toda la noche por la cafeína... esta mañana además me levanto con 251 de azúcar, y para rematar el colmo de los despropósitos, la fotografía en la que yo tenía depositadas todas mis esperanzas de victoria, ha sido colocada justo detrás de la puerta. Esto sí es para deprimirse.
Reviso los comentarios del fin de semana, y efectivamente, la narcolepsia la produce previamente la Cataplegia. No pensaba que entre nuestro circulo intimo de amigos alguien pudiera sufrir la enfermedad y me fueran a corregir la plana. Hoy, con la coca cola de anoche, estoy mas o menos como la madre de Nora... durmiéndome por los rincones.
El error con el correo de MªCarmen, del que me dí cuenta demasiado tarde, ha servido sin embargo para que incluya su foto en mi incipiente pagina de Orkut, al igual que ha hecho Gambin en la suya. Cuando me vaya enterando definitivamente de como funciona esa nueva pagina, la incluiré en un enlace entre "mis favoritos" para que todos podáis visitarla y participar en ella, al igual que se puede hacer ya en la de Rafa Gambin.
Y tranquila MªCarmen. No hay peligro de que MD haga comentarios en el blog. Ella es de las que leen... pero no escriben. Ha de ser un momento de inspiración tal, lo que necesita mi señora para hacerlo, que eso solo sucede en años bisiestos... y en este, que sin embargo lo era, tampoco se ha dado el caso. Aunque en honor a la verdad, se ha ofrecido para pasarme a limpio los primeros capítulos de mi novelita... gesto que la honra y por el que le estoy muy agradecido. Ahora falta que la inspiración me llegue a mi, y me ponga a escribirla.
Y tal y como quedó la cosa la semana pasada... había llegado por fin el sábado 6 de Septiembre. MD y yo desayunamos mirando quien tenía y donde estaban los billetes de avión para su viaje de ida y el de vuelta. La dirección exacta del hotel en Santiago, donde deberíamos encontrarnos la semana siguiente, y en general dando un ultimo vistazo a la mochila.
Acercándose la hora de mi partida, bajamos juntos hacia la estación de trenes y al llegar comprobamos que aún nos sobraba tiempo para un ultimo cafetito, y los típicos pucheros de la fémina por la inminente separación.
Cuando salimos de la cafetería, ya se había formado la increíble cola de viajeros que debían pasar por los detectores de objetos del equipaje. La fila humana daba su considerable vuelta y avanzaba muy lentamente. Cuando de pronto, reparé en 4 voluminosas mochilas a la espalda de unos peregrinos. Y uno de esos peregrinos era Juan Romero, miembro activo de nuestra Asociación de Alicante, y del que he contado varias anécdotas en este mismo blog. Nos acercamos a saludarlo, sin pensar que dejábamos nuestro sitio en la cola y que se me colarían nuevos viajeros. Juan viajaba con su esposa y otra pareja de habituales del Sureste, cuyos nombre siento no recordar ahora. La sorpresa fue mutua y resultó que también ellos se dirigían hasta León para comenzar desde allí el tramo final del Camino Francés. Incluso mas aún, pues me dijeron que una vez en Santiago continuarían hasta Finisterre y Muxía.
Quedamos en vernos durante el viaje y charlar sobre el asunto. Este hombre es un verdadero obseso de cada una de las Rutas Jacobeas, y pudíera ser que hubiera proyectado o tenido alguna idea que me sirviera a mi y a mis dos vascos, para nuestro propio periplo, o incluso coincidir en las etapas y andar todos juntos.
De nuevo reintegrado a mi nuevo sitio en la fila, comenzaron las despedidas, esta vez en serio, lo anterior había sido un entrenamiento, besos y abrazos, y una vez ya en el anden buscando mi vagón, el saludo final hasta perdernos de vista por la aglomeración de gente que quedó entre nosotros. Una semana en el Camino pasa muy rápida, lastimosamente para mi, y pronto volveríamos a estar juntos, los dos. Ahora sí, sentado en mi asiento junto a un abuelo que no paraba de toser, sentía los nervios y la ilusión por la aventura que comenzaba. Ya estaba en Camino.
sábado, 1 de noviembre de 2008
UNA VEZ
Kailus Ficción editó en 2.005 este libro de tan solo 162 paginas cuyo autor es Morris Gleitzman, autor, periodista y guionista británico, aunque afincado en Australia, y que con anterioridad había conseguido un notable exito con numerosa literatura infantil, y con guiones televisivos de humor.
Con este libro se estrenaba por tanto en el genero narrativo para adultos y, sin duda, el enorme éxito alcanzado hace apenas dos años por "El niño con el pijama de rayas" de John Boyne, cuya critica nos ocupó en el blog hace solo unos meses y cuya película está actualmente en cartelera, ha propiciado una nueva edición de esta hasta ahora desconocida obra.
La similitud entre ambos libros estriba no solo en la época en que está situada la acción, sino porque está narrada desde la perspectiva y con el lenguaje de unos niños. Con la misma sensibilidad e inocencia de críos de 10 años, que ante las duras circunstancias que les rodean, son testigos, extrañados y asustados, de la barbarie que desata la guerra, y que ellos interpretan con su lógica ingenuidad.
Si "el niño con el pijama..." era un crió alemán, hijo además de un jerarca nazi, aquí nos encontramos con el polo opuesto, con un niño judío polaco. Félix que así se llama nuestro pequeño héroe, escapa de un orfanato a la búsqueda de sus padres, a los que cree todavía vivos y esperándolo, rezando siempre, tal y como le han enseñado, a Dios, Jesús, la virgen María, el Papa y a Adolf Hitler, "que velan por nosotros".
Sin embargo los nazis siguen arrasando Europa, de manera especialmente dura, la Varsovia de 1.942. La gente sigue muriendo o tratando de escapar, y solo los sueños de algunos niños consiguen mantenerlos precariamente a salvo. Les permiten continuar huyendo. Y Félix de sueños va completamente sobrado, es un excepcional e imaginativo contador de cuentos, que va anotando uno a uno en su desgastada libreta, y así nos va relatando su historia, a medida que va madurando a la fuerza y por las terribles circunstancias.
De lectura fácil y amena. Algo cruda en ciertos pasajes por su realismo. Pero Gleitzman logra con habilidad mezclar los sentimientos y conflictos afectivos dentro de situaciones caóticas, aderezando con chispeante y brillantes diálogos, que muchas veces nos hacen olvidar que estamos leyendo una cruel crónica de una de las épocas históricas y una guerra de las mas tristes y desquiciadas que nunca hayan acontecido. El mismo autor ha editado una continuación de este libro con otro titulado esta vez, Y ENTONCES.
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