El estrés

Increíble... pero cierto. Me sale el trabajo por las orejas. Después de mas de un año de tocarme las bo... en el despacho, de tener tiempo de sobra para mi blog, mis fotos, mis correos electrónicos, mis sudokus, mis solitarios, mis cafetitos... de la mañana, del mediodía, de después de comer... el penúltimo (nunca el ultimo) y multitud de otras zarandajas para entretenerme... llega esta semana y no me queda un minuto libre al día para mis cosas. Tras año y medio de mantener día a día este blog (y tres mas si me lo propusiera) mi jefe esta semana pasada me ha sepultado bajo una tonelada de papeles... y lo que te rondaré morena.

Los efectos del huracán del día 24 de Enero están apareciendo ahora, en forma de infinidad de pequeñas reparaciones de vallas y cubiertas con roturas de tejas por efectos del fortísimo viento... y por consiguiente, ahí estoy yo a razón de tres presupuestos diarios, además de otros trabajos como una ingente recopilación de documentos a efectos de una clasificación de empresa para poder licitar con las Administraciones Publicas, y el estudio y presupuesto de una nueva promoción de viviendas.

Año y medio sin trabajo efectivo, me habían acostumbrado a la buena vida y la molicie, convirtiéndome en un rotundo vago. El volver a ponerme seriamente a la faena, como solía antaño, me esta costando un reino... y el nivel de estres, algo que tenía casi olvidado, me tiene ya fumando de nuevo mas de dos paquetes de tabaco al día, andar con tres o cuatro cosas al mismo tiempo sin atinar con ninguna, e incluso a alteraciones del sueño en las que, aún durmiendo, sueño que estoy trabajando... Me despierto hecho polvo... y para mas "Inri" el trabajo en la oficina no adelantó. Y pregunto yo... ¿Acaso este puto trabajo mio no puede ser normal?

En resumen: Dificultades para poder editar mis entradas en el blog convenientemente... que para qué nos vamos a engañar, es lo que me gusta a mi... y no esos estúpidos presupuestos de vallas de jardín...

Menos mal que siempre tengo algunas cosillas guardadas como borrador o programadas de antemano, lo que me han salvado esta ultima semana. Por consiguiente aviso a mi parroquia que posiblemente estos próximos días se produzcan parones, días en que no habrá entrada pues, sintiéndolo mucho, mi jefe esta falto de sensibilidad literaria y del humor necesario para seguir pagándome la nomina mientras yo me dedico a mis veleidades blogueras. ! Hay que ver a lo que lleva el capitalismo ¿verdad? ¡