domingo, 2 de marzo de 2008

Recogido en una revista

Esta mañana de domingo hemos acudido a la plaza del Ayuntamiento para ver una especie de Certamen de Bandas de Cornetas y Tambores, en un acto mas de la cercana Semana Santa. Alvarito es muy aficionado a este tipo de música, llega a emocionarse con los "solos" de cornetas tenores, e incluso chatea con los miembros de una Banda de música de no sé que pueblo de la provincia. Con lo que no podíamos faltar. Las bandas eran de diferentes lugares. Sitios tan dispares como Muchamiel (Alicante), Teruel, Jumilla (Murcia), Córdoba.... y .... Almería; y cuando han empezado a tocar los almeriense, La banda de La Santa Cruz de Almería, con sus bonitos uniformes y sus cascos plateados coronados con unos enormes penachos de plumas blancas y rojas, nos hemos mirado los tres sonriendo, y no hemos podido evitar acordarnos de nuestro amigo Rafa. Me han entrado ganas de hablar con ellos y decirles... "tengo un amigo en vuestra ciudad... ¿Lo conocéis? Se llama Rafa... Sí, hombre... lo tenéis que conocer... un tipo algo calvito y muy simpático".
Dicho esto, y siendo domingo... me pondré trascendental... y transcribiré un articulo leído en la revista Peregrino. Es parte de un diario de un peregrino, que además colabora en ella asiduamente en una sección llamada "Al paso del peregrino". Me ha gustado un párrafo del articulo titulado "La Oración del Camino", en el que relata un encuentro ocasional al borde del sendero.
Ahí os va: "..... renovado y feliz bajaba del Alto de Mostelares viendo como a lo lejos se divisa un largo tramo de camino hasta la fuente del Piojo. en la lejanía veo un peregrino que me precede, y como siempre me dan ganas de alcanzarle y encontrarle. Me encanta atesorar encuentros fugaces con otros caminantes, suelen ser momentos breves pero llenos de sentido, de humanidad compartida, de sentimientos adivina parecidos a los suyos, de miradas animosas y cómplices ..... me sorprende ver que el peregrino está parado de pie en medio del camino. Pero algo no encaja, al ir aproximándome,veo que se balancea a un lado y otro apoyado en su bastón, a veces parece moverse en círculos como si ejecutase algún tipo de danza. Me asalta la sensación de que aquél peregrino, está haciendo cosas raras. poco más de cincuenta metros de el veo unas letras trazadas en la tierra y entonces entiendo sus extraños movimientos, está escribiendo con su bastón e intento descifrar las frases y al poco descubro lo que dicen...: Pater noster qui est in coeli .... Es el padre nuestro en latín, lo que el peregrino está escribiendo en la tierra y yo lo voy leyendo al paso hasta que llego a su altura, paro un momento y le digo....: et ne nos inducas in tentacione, sed libera nos a malo.... Son las palabras que le restan aún por escribir. Y el me dice....: Amén. No quiero interrumpirle y sigo caminando mientras el se queda escribiendo. No nos volveremos a ver en el camino, pero el recuerdo de aquel joven peregrino quedará en mi memoria mucho tiempo. Aquel día mi oración en muchos momentos seria repetir amen.... aquel anónimo muchaco me hizo ver que el peregrino es una especie de portavoz de la tierra, que sus pasos y sus palabras, son una especie de eterno amen que suena como un eco en todo el camino dando voz y alma a la oración continua de la tierra de su Creador."

Y firma, José Ignacio Díaz (Sin cuaderno de notas)


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Soy Álvaro, y he leído algunas de tus entradas anteriores y no tengo la edad del pavo. Y nada de Alvarito,Don Ávaro.

Anónimo dijo...

A DON ÁLVARO, MUY BIEN DICHO, DE ALVARITO NADA, PERO DE LO DE LA EDAD DEL PAVO.... NO SE YO, EH?

Anónimo dijo...

Bueno , bueno Paz en el camino , que maravilla contar con ALVARO , tambien por aqui ,yo he votado que prefiero "Solo Leer" , en la encuesta , si ya se que el voto es secreto , pero que voy ha hacer.Tambien es cierto que resulta muy agradable recibir una opinion , por que la comunicacion necesita retorno.

Anónimo dijo...
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