martes, 29 de julio de 2008

Preparando el siguiente tramo

Acabadas las excursiones por el Camino del Sureste, el verano fue pasando demasiado rápidamente para mi gusto. Esta estación del año es mi preferida, junto con la primavera, y suele pasar demasiado deprisa para mi gusto, por aquello de que lo bueno se acaba enseguida. Como cada año, intenté pasar lo mejor posible los aburridos meses de Julio y Agosto en cuanto a trabajo en la oficina. Son meses en que todo el mundo está de vacaciones, y eso se nota a lo largo de las muchas horas que debo pasar en la oficina, en la que hasta las tele-operadoras que, normalmente te llaman intentando venderte algún curso de ingles que va ha celebrarse casualmente en tu localidad, o a comunicarte la nueva oferta de Jastel o Vodafone, en esos meses dejan de llamar, pues seguro que hasta ellas están en la playa.
Yo mato las horas pensando en mi Camino, preparando las etapas, buscando información de los sitios por los que voy a pasar, reservando billetes de tren para el viaje o habitación en hoteles en el origen y final de mi tramo. Luego los fines de semana, y muchas tardes, salgo a andar en cada vez mas largas caminatas, en las que dejo volar la imaginación y los recuerdos rememorando etapas y sitios pasados en mis anteriores viajes o animándome con los que me quedan aún por disfrutar.
Y precisamente durante estos días estoy en ello para el tramo entre León y O'Cebreiro del próximo Septiembre. Sin ir mas lejos, este domingo caminé desde la playa de San Juan hasta el Monasterio de la Santa Faz, donde charlé unos momentos con el párroco Francisco Bernabé, antes de que oficiara la misa de 12, y con Manuel Ricarte, Presidente de la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías de Semana Santa de Alicante, y ambos cada domingo suelen almorzar juntos en el bar de la plaza. El simpático párroco es además Conciliario de la Junta Mayor, pero solo hasta dentro de un par de meses, ya que el obispado de Orihuela-Alicante lo ha destinado a Calpe desoyendo las numerosas peticiones para que lo mantuviera en su puesto aquí, y lamentablemente nos dejara a principios del otoño. Allá donde vaya Paco Bernabé, se ganará el cariño y el respeto de sus feligreses dado su extrovertido carácter, que enseguida lo convierten mas que en el cura, en el amigo.
Y estando allí, haciendo la visita al camarín de la Imagen, me encontré con un matrimonio que cargaban a sus espaldas con mochilas y presintiendo que, como yo, preparaban su camino me acerqué y les pregunté. Resultó que era "su primera vez" y que para probar aquello habían decidido salir desde Sarria, también en Septiembre. Tuve que morderme la lengua para no dispararme y empezar a darles mil consejos que no necesitaban y que ellos solitos descubrirían a su debido momento. Los animé, eso sí, y les aseguré que no quedarían defraudados, dejándolos que continuaran con su particular entrenamiento.
Y aquel mes de Agosto de 2007, en plena preparación, recibí la llamada de Javier y Esperanza, el matrimonio vasco con los que anduve de Roncesvalles a Logroño, proponiéndome que realizáramos el siguiente tramo juntos. Mi idea inicial era la de seguir saliendo solo como en anteriores ocasiones y haciendo nuevas amistades por el camino como a mi me gustaba, pero la insistencia de mis donostiarras, que entendí como una demostración de cariño y amistad al querer caminar a mi lado, me hicieron replantearme toda la aventura en su compañía. Volví a llamar al hostal de Burgos, y al hotel Infantas de León que me habían aconsejado muy oportunamente mis amigos Tere y Daniel del Sureste, y conseguí habitación para los vascos.
Mientras, MªDolores también hacía sus pinitos en cuanto a entrenamientos, aunque los de ella se limitaban a andar diariamente por la orilla de la playa, saludando cada tres minutos a los conocidos. Poco era, pero suficiente para la ultima etapa de Mansilla.
Todo preparado, todo visto, excepto el interior de mis botas, todo encajado en el interior de mi mochila... !!! Burgos, allá vamos... ¡¡¡

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos allá, estoy deseando conocer tus aventuras por tierras castellanas.
Un abrazo.