sábado, 30 de agosto de 2008

El asombroso viaje de Pomponio Flato

Nuevo libro salido recientemente, en este año 2.008, del escritor barcelonés Eduardo Mendoza, que se está especializando en novela cortas y desenfadadas. En esta, de solo 174 paginas, nos presenta a un caballero romano, de origen patricio y de la Orden Ecuestre, como no se cansa de proclamar nuestro protagonista intentando darse pisto y recobrar su lustre perdido, caído en desgracia desde hace tiempo por su impulso natural de apoyar siempre al perdedor en cualquier ámbito de la vida, ya sea política, guerra o cualquier simple banalidad. Y que además le empuja inexorablemente a emprender ridículas y peregrinas aventuras que no siempre acaban bien, como en la actualidad en que habiendo viajado a Oriente a la búsqueda de un río cuyas aguas se dicen milagrosas, han obrado en él, mas que milagros, unos molestos, ruidosos y maloliente efectos secundarios. De esta guisa, enfermo y sin dinero, acaba uniéndose a un Tribuno romano en misión por Galilea, llegando a Nazaret cuando los sacerdotes del Sanedrín juzgan por asesinato al carpintero del pueblo, de nombre José, y cuyo hijo, un muchachito de apenas 12 o 13 años llamado Jesús, encarga a nuestro pomposo protagonista una investigación con la idea de exonerar a su inocente padre. Mas que encargo es un auténtico marrón, rozando casi el chantaje... pero así es el niño... un tanto particular.
Con estas premisas el libro va desgranando las pesquisas del infortunado romano que, con mas pena que gloria, avanza en la investigación topándose con movimientos nacionalistas revolucionarios, tramas inmobiliarias, cabezotas judíos recalcitrantes en sus convicciones y costumbres, siempre a la búsqueda de su Mesías, y también con un buen numero de personajes que a todos nos sonarán y nos serán familiares.
El humor es la clave en esta obra, con lo absurdo de las situaciones que se plantean, y lo que hace diferente a este es la ocurrencia de su autor en situar una acción de suspense y misterio, casi policíaca si el protagonista no fueran tan patán, en plenos albores del Siglo I.
Sale airoso Mendoza, con un libro desprovisto de la petulancia, sin ningún intento de parecer importante como se dan otros autores, y esta misma falta de seriedad, esta comicidad hacen de él un entretenido pasatiempo, con una lectura agradable y muy simpática que mueve muchas veces a la sonrisa, y que por su corto contenido se lee facilmente en solo un par de días. Ideal para pasar el verano con una simpática lectura.

No hay comentarios: