Con estas premisas el libro va desgranando las pesquisas del infortunado romano que, con mas pena que gloria, avanza en la investigación topándose con movimientos nacionalistas revolucionarios, tramas inmobiliarias, cabezotas judíos recalcitrantes en sus convicciones y costumbres, siempre a la búsqueda de su Mesías, y también con un buen numero de personajes que a todos nos sonarán y nos serán familiares.
El humor es la clave en esta obra, con lo absurdo de las situaciones que se plantean, y lo que hace diferente a este es la ocurrencia de su autor en situar una acción de suspense y misterio, casi policíaca si el protagonista no fueran tan patán, en plenos albores del Siglo I.
El humor es la clave en esta obra, con lo absurdo de las situaciones que se plantean, y lo que hace diferente a este es la ocurrencia de su autor en situar una acción de suspense y misterio, casi policíaca si el protagonista no fueran tan patán, en plenos albores del Siglo I.
Sale airoso Mendoza, con un libro desprovisto de la petulancia, sin ningún intento de parecer importante como se dan otros autores, y esta misma falta de seriedad, esta comicidad hacen de él un entretenido pasatiempo, con una lectura agradable y muy simpática que mueve muchas veces a la sonrisa, y que por su corto contenido se lee facilmente en solo un par de días. Ideal para pasar el verano con una simpática lectura.
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