Muy buenas noticias de nuestro amigo Gambin. Al menos muy esperanzadoras. Y la sugerencia de una rapida visita a su blog para tener cumplida cuenta de todo ello.
Terminamos con las cuestiones monetarias con el conserje, sonrientes y alegres, nos colocamos las mochilas a la espalda y nos despedimos del personal del hotel y de unos alemanes que acababan de bajar. Y al salir a la calle... ! Cojones ¡...
No se si eran cuatro o siete grados, pero el frío era como suele decir nuestro "Vecino de abajo" de los que provocan impotencia sexual aguda. Yo, allí con mis pantalones cortos y mis piernecitas al descubierto, con una camiseta y un jersey que se dice polar pero que no abrigaba lo suficiente parecía un pajarillo a punto de caerse del nido.
Si la noche anterior lo había pasado mal al regresar al hotel, ahora lo estaba pasando mucho peor... y solo tenía 26 Kms por delante para volver a estar a cubierto.
Iniciamos la andadura a un ritmo endiablado para entrar en calor. Las manos eran las que mas sufrían por lo que las abríamos y cerrábamos para que con aquel movimiento no entraran en hipotermia... ¿Las manos? Me faltaba algo... ¿Qué sería? Una sensación como de que se me olvidaba algo... ¿Qué podía ser...? ¿Pero, y mi palo, donde estaba?
Me lo había dejado en la recepción. Tenía que volver atrás y desandar los 200 o 300 metros que ya habíamos cubierto. ! Mal empezábamos ¡ Y qué corta carrera se le presumía ya a mi bordón a las primeras de cambio.
Los vascos me miraron con cara de pocos amigos, pero hoy por mi, mañana por ti, los dejé dando saltitos ridículamente y yo me volví para el hotel. Al llegar, uno de los alemanes ya salía con mi palo e incluso cruzó el semáforo para llevármelo. Se lo agradecí enormemente por señas y volví de nuevo a andar por el Paseo de Salamanca bordeando el río.
De este estupido contratiempo solo se podía sacar una conclusión: Una etapa de 26 Kms. yo acababa de convertirla, por un simple olvido, en otra de 26'500, pues aquella ida y vuelta hasta el hotel quedaba en mis piernas.
Al llegar al puente un ultimo vistazo al Bernesga y a la fachada de San Marcos y giro a la izquierda buscando la salida de la capital. Antes, una foto ante una replica de una aguja de la catedral colocada a la entrada de un parque que utilizo para decorar la entrada de hoy, y de nuevo en marcha notando como el calor regresaba a nuestros entumecidos miembros, lo que nos fue animando a entablar conversación, que esta vez versó sobre nuestros respectivo hijos y sus logros académicos o laborales. Ahí yo, mas bien me mantuve callado, ya que mi hijo... logros... lo que se dice logros... pues no. A no ser que chatear por internet, ir de botellón, jugar al fútbol y organizar fiestas con los amigos sea merecedor de altas consideraciones. Si acaso, intenté enorgullecerme de los hijos de MªDolores que aquel año habían conseguido centrarse en sus respectivos estudios.
Casi sin darnos cuenta, y a pesar de que seguíamos callejeando entre edificios y comercios, habíamos salido prácticamente de la capital leonesa, pues al salvar las vías del tren por un paso elevado, nos encontramos con que entrabamos por una calle en cuesta en Trobajo del Camino, que cualquiera hubiera definido como un barrio del extrarradio leonés.
No hacía calor, pero al menos no el intenso frío de una hora antes. Salimos de este pueblo por un polígono industrial en el que encontramos una fabrica o almacén en cuyo cartel rezaba la marca Piva, de la que desconocíamos a que se dedicaba, pero aquella misma tarde supimos qué y para qué servía lo producido en aquel gran deposito.
Seguimos caminando, charlando y sin detenernos. Nada por allí había que mereciera nuestra atención. Los polígonos industriales y las salidas de las ciudades suelen ser siempre feos y aburridos, pero al estar enteros y con fuerzas, a primera hora de nuestro primer día, conseguimos ir comiéndonos las distancias con bastante rapidez y poner tierra de por medio con los alrededores de la gran capital.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Gracias por tu diaria publicacion , no sabes como ayuda la "normalidad" , ya me he quedao mosca con lo de piva , aguantare hasta mañana ...sigo animado y a la espera de noticias , y como no puede ser de otra manera superagradecido a todos por vuestro apoyo y seguimiento,GRACIAS , UN BESAZO A TODOS.
La cosa es que desde que dejas atrás San Marcos, la etapa es bastante aburridilla, lo típico en los alrededores de una gran ciudad, así que esperamos de tus acontecimientos personales para ameneciarla.
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