miércoles, 26 de noviembre de 2008

Mercantilismo

Al poco de dejar atrás El Cañín, volvimos momentaneamente al asfalto. En pocos kilómetros deberíamos llegar a la bifurcación del camino y decidirnos por una vía u otra. Y en ese momento surgieron ante nosotros, escritos en el suelo y en algunas tapias y muros, con spray amarillo al igual que las famosas flechas, infinidad de lemas, anuncios con precios y lo que nos parecieron garabatos. Aquello nos llamó la atención y a medida que avanzábamos fuimos leyendo cada uno de aquellos galimatías. Muy pronto nos dimos cuenta de que allí se decidía una especie de guerra incruenta entre las hospederías privadas de Villar de Mazarife, una de las rutas de la cercana bifurcación; y las de la otra, en dirección a Villadango del Páramo y San Martín del Camino.
El negocio es el negocio, y aquellas personas utilizando del marketing y mercadotecnia que tenían a su alcance, a mas de veinte kilómetros de sus establecimientos, se procuraban el publicitar las excelencias de sus establecimientos, intentando influir y ganarse clientela de entre los indecisos que aún no habían escogido qué ruta tomar.
Todo aquello nos pareció de un mercantilismo exacerbado, al mismo tiempo que un atentado al Camino y al espíritu que lo mueve.
Vimos también que alguno ofertaba mediante aquellos escritos, tanto precios de cama y comidas, y como los de la ruta contraria, habían pasado posteriormente para escribir sus propios anuncios rebajando el precio... y que los primeros a su vez habían vuelto a pasar, borrado sus primeras ofertas y de nuevo abaratándolas. De manera que se podía distinguir como lo que en un principio costaba 6 €, por la ley de la oferta, la demanda y la competencia, quedaba ahora en solo 3.
Incluso mas tarde, una vez en nuestro final de etapa, pudimos constatar que se trataba de publicidad engañosa, ya que los precios que regían en todos los sitios, eran los que figuraban como mas caros, y que por 3 € solo te daban los buenos días. Muchas veces he lamentado en estas paginas el autentico negocio que finalmente emana de la Ruta Jacobea. Cosa lógica, pues al fin y al cabo rinden un servicio a los peregrinos y cobran por ello. Luego en manos de estos está el tomarlo o dejarlo según el momento o la necesidad. Pero en aquel tramo fue donde mas pena me dio todo este fenómeno, ya que era realmente bochornoso y exagerado el método empleado.
Y no sería este el ultimo conato de mercantilismo que encontraríamos, pues mas adelante sufrimos otros parecidos o incluso peores, llegando a hacernos desviar nuestra, de por si pesada ruta, hasta en varios kms. para algo parecido.
Alcanzamos un nudo viario, cruce de la N120, la autovía a Oviedo y la del Camino de Santiago hacía Galicia, que oportunamente se salvaba con unos pasos subterráneos, y ya en el otro lado volvimos de nuevo a los senderos de tierra.
Con la vista puesta en una enorme antena de telefonía por la que pasamos después de una ligera subida, alcanzamos una especie de andadero y al poco llegamos hasta la famosa bifurcación, donde cada peregrino elegía la suya. Nosotros ya habíamos decidido tomar la que nos llevaría a San Martín, puesto que la de Villar atravesaba un extenso páramo sin muchos pueblos en los que poder parar. Tal vez aquella otra ruta fuera mucho menos urbanizada y mas en contacto con la naturaleza, pero el recuerdo aun latente del año anterior y los anodinos paisajes de la Tierra de Campos no inclinaban a elegir la contraria.
Pronto un andadero paralelo a la carretera nos llevó hasta Valverde de la Virgen, donde nos extasiamos ante la espadaña de su iglesia de Santa Engracia, abarrotada de nidos de cigüeñas, que por su originalidad merece que incluya su foto al principio de la entrada. Poco mas vimos de aquel pequeño y tranquilo pueblo, ya que continuamos por el andadero sabiendo que en la siguiente localidad daríamos cuenta de un almuerzo a base de los bocadillos que traíamos desde el hotel de León tras el expolio de su bar-restaurante.

Y el parte medico de nuestro amigo Rafael Gambin: Ayer todo fue bien durante el PEC TAC realizado en Benidorm. Tres horas en "la lavadora" como dice él, y hoy los resultados llegaran a los galenos, que ya con las ultimas novedades, los resultados, sobre la mesa deberán decidir la manera de operar. Continuaremos esperanzados y viendo como se desarrollan los siguientes acontecimientos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo del mercantilismo en el Camino es algo que cada día está peor, a mi me sacaba de quicio en muchas ocasiones, pero la verdad es que ahora que lo veo con cierta perspectiva tiene su lógica que los que montan un negocio lo que buscan es ganar dinero y si no se perderían muchos puntos de ayuda al peregrino, aunqe hay que pasar por algunos abusos y ofertas engañosas, lo que por otro lado es evidentemente perjudicial para los peregrino y para el Camino en si.