viernes, 12 de diciembre de 2008

Jeannine, la holandesa

El comienzo fue algo frío. Los jubilados alemanes hablando entre ellos en su imposible jerga. Nosotros con nuestra propia conversación. Cada uno a su bola hasta que la hija de la hospitalera trajo una jarra de agua, otra de vino, un plato de chorizo casero y unas olivas para entretenernos. Javier inmediatamente agarró la jarra de vino y por señas (¿Como se dice en tudesco: "Ahí va la hostia, que buena pinta tiene este vino, pues, ... ¿queréis un chiquito, chatos?)... pues eso, que por señas ofreció servirles un vasito. Los alemanes puede que hablen raro. Puede que cuando lo hagan parezca que pasa un tren, por esos sonidos guturales y extraños... pero cuando se trata de vino y de empinar el codo... como que les cambia la cara y hasta parece que sonrían. "Ya, ya" respondieron los tres al unisono. "¿Ya? ...contesté yo... pues sí que tenéis prisas, tios." Javier me aclaró que el "Ya" quería decir Si. "! Joder ¡ Pues que lo digan ¿tanto les cuesta decir Si?"
! Bueno, bueno ¡ se dispararon los alemanes, tras catar el "caldo leones". Pero al probarlo Javier, que suele ser de "morro fino" para eso de los vinos, y poner este cara de poker, imaginé que el vino debía de ser de los peleones. De lo que se deduce que los alemanes... mucho coche, mucha industria y mucha choucroute y salchichas... pero de vino...! Ni puta idea ¡
Pero lo que era romperse el hielo... este se había roto... y Esperanza viendo la posibilidad de entablar conversación empezó a hablarles primero por señas... luego en inglés... y agotando todos sus recursos lingüísticos... en francés. Y de pronto... una de las dos mujeres le contestó en un francés mas que mediocre (como el que utilizan las vacas noruegas)... y se hizo la luz.
Resultó ser que aquella señora era holandesa y hablaba perfectamente el alemán. Con lo que nosotros pensando lo que queríamos decir en castellano lo traducíamos al francés, ella lo descifraba en holandés y acto seguido hacía la traducción al alemán. Una vez obtenida contestación de los otros dos, seguíamos el mismo conducto pero a la inversa. Como verán mis lectores... divertidísimo y mucho mas entretenido que acariciar gatos o contar camiones.
A los pocos minutos ya eramos todos como viejos amigos, y la jarra de vino iba de mano en mano, de tal modo que hubo que pedirles otra.
La cena sin ser lujosa, fue bastante copiosa. Una enorme ensalada de lechuga, cebolla y tomates. Luego una caliente sopa de fideos con terrones de pan frito, y un plato de lomo de cerdo con patatas y pimientos. De postre, un par de rodajas de piña en almíbar y una botella de orujo.
Si el vino les encantó... el orujo ya les soltó definitivamente las lenguas... "! Bueno, bueno ¡" decían... y yo contestaba "Ya, Ya... pero con cuidado eh, qué a ver quien os acuesta luego, ¿eh?"
Ya puestos, empezaron con las familiaridades y se vieron en la necesidad de contarnos sus vidas.
La holandesa, de nombre Jeaninne, nos dijo que era viuda. Tras pensarselo un poco, nos dijo que no era su primera vez en el Camino, y que el año anterior en compañía de su esposo habían salido desde Saint Jean-Pied-de-Port. Que los primeros días habían sido un tanto duros ya que no estaban muy habituados a andar aquellas distancias pero, como nos pasa a todos los novatos, las piernas y sobre todo la cabeza, se habían acostumbrado y habían continuado perfectamente por Navarra y La Rioja. Y que cuando mas estaban disfrutando de los paisajes, los pueblos por los que pasaban y la cantidad de amigos, en su mayoría alemanes, que habían hecho, a la altura de Burgos su esposo se había lesionado en una rodilla lo que les impidió continuar. Pero que la aventura les había resultado tan maravillosa que habían decidido volver juntos este mismo año para terminarlo.
No obstante, pasados unos meses, su marido había caído enfermo y muerto en muy poco tiempo. Ella, sola en su país, con una gran tristeza pues los recuerdos la asaltaban constantemente y le hacían recordar al marido desaparecido, había decidido continuar este año el Camino allá donde lo habían dejado el año anterior, con la meta de llegar a Santiago y darle un doble abrazo al Apóstol... el suyo y el que debería haberle dado su marido.
Las ultimas palabras le estaban saliendo apenas con un hilo de voz... y los ojos se le empañaron de lágrimas.
! Glup ¡ Hasta a mi, que no había probado el vino y solo había mojado los labios en un taponcito de licor, se me soltó alguna lágrima ante el testimonio tan sentido y estremecedor del que nos había hecho participes aquella mujer.
! Snif ¡ Pareció que la velada iba a virar hacia el plano sentimentaloide, pero ahí estaba el alemán que intentando levantar la moral a la compañera holandesa, sirvió otra ronda de orujo a la concurrencia. ! Eso, eso... cada uno a lo suyo ¡ Me hubiera gustado hablar alemán para contarle un viejo proverbio polaco-español que dice "El muerto al hoyo, y el vivo... al orujo" pero "no estaba el horno para bollos".
Y en ese momento la pareja germana se dispuso a contar su propia historia. Pero eso lo dejaremos para otra entrada y un próximo día. ! Vielen Dank.... und Prosit...Hips... Die cucaraaacha,... Die cucaraaaa... ¡

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Así me gusta. Que vuelvas a tocar el tema gastronómico y etílico.

Lo que no arreglen unas copillas ......., el problema es que en vez de alegre te pongas sentimental. Entonces, has jorobado la velada.

Pero bueno, al final, has conocido gente nueva, habiendo una historia diferente tras cada uno de ellos.

Estas son las cosas que hacen grande al Camino.

Un beso y ANIMO para Rafa.

Anónimo dijo...

P.D.

VIVEFELIZ necesita industria, transporte y seguridad. Animaros a visitar esta preciosa ciudad de Rafa Gambín.

Anónimo dijo...

Hoy quiero otro favor: en honor de alquien muy especial para mis hijos cuelga el video de

Dani Mata: Lamento Boliviano

en tu blog.

Es un mensajes especial para "CHEMA", allá donde esté.

CHEMA: Te amaremos por siempre, porque siempre has sido especial.

De parte de tus padres: Jose y Rosa y tus amigos: Carlos, Bárbara, Alfonso, Belén, Maica, y tantos como te hemos querido y te querremos.