sábado, 25 de octubre de 2008

Mi familia y otros animales

Libro escrito por Gerard Durrel en 1.956, de 367 paginas y que puede encontrarse en el catalogo de Alianza Editorial, y que dentro del genero de la narrativa va haciendo una semblanza de diferentes personajes, a cual de ellos mas pintoresco. Donde también tienen especial cabida los paisajes, con mayoría de olivares, las playas y calas o los simples caminos. Los lugares, como algún perdido pueblo; sobre todo las casas; pero también cosas tan nimias como muros o techos y paredes desvencijados y ruinosos tienen sus especial importancia. Y sobre todo, por encima de todo, la descripción de toda clase de animales e insectos y una extensa variedad de árboles y vegetación. Especies de los que nunca hemos oído hablar, algunos incluso exclusivos de una zona determinada del país en que discurre la inacción. Porque lo que aquí nos cuenta Durrel es la ociosa estancia de su familia, y él con ella, en la Isla de Corfú, sin mas oficio todos ellos que el recibir invitados uno, dedicarse a la caza otro, o el dedicar su tiempo a simples detalles baladies de la mayoría.
Pero no queda ahí la cosa, ya que el relato es en gran medida, autobiográfico, y cuenta una etapa de la vida de su autor, "Gerry" como le llaman cariñosamente su madre y hermanos, quien aún siendo niño descubre su pasión por toda clase de bichejos, que observa, estudia y además colecciona, sembrando mas de una vez el desconcierto y el susto entre sus parientes. Contado todo ello con la sensibilidad y la inocencia propias de esas edades, y escrito con un finísimo sentido del humor que mueve en muchas de sus paginas, al menos a la benévola sonrisa y la complacencia.
El libro forma parte de una trilogía llamada simplemente Corfú, que junto a esta obra, se completa con "Bichos y demás parientes" y "El jardín de los dioses", que se presuponen del mismo corte y donde debe reincidir en los retratos precisos y descriptivos de las personas que rodean y con las que convive nuestro contador de la historia. Con sus manías, sus personales formas de pensar y comportarse, todo ello situado en los primeros años del siglo XX, y con la especial idiosincrasia de cierta clase social inglesa aun estancada o con reminiscencias de la época victoriana. Con su curiosidad de niño y gusto por ir narrando la extensa variedad de la flora griega y su amor por todo animal que se encuentra, desde la humilde hormiga o la colorista mariquita, hasta los inteligentes y gráciles delfines o los asperos burros.
Pasión que ya Durrel de mayor, alterno entre su sutil literatura y la creación de un Patronato, una asociación, que hasta su muerte en 1.995 busco y lucho en la defensa de la preservación de especies animales en peligro, y que tiene sedes no solo en Reino Unido sino que también en Canadá y Estados Unidos.
Un libro por tanto sin pretensiones, salvo la de entretener y hacer disfrutar con tanto personaje excentrico y estrafalario y las correrías de un niño que ve abrirse ante él un mundo nuevo lleno de sorpresas y que disfruta con la vida que bulle a su alrededor.
Excelente libro, y excelente también la idea de su traductora de incluir al final un glosario con los nombres de todos los animales que van apareciendo durante el relato, explicando ¿que son? ¿como son? y de que especies se trata. ¿O es que alguien sabe lo qué es, por ejemplo, una frigánea, una crisopa o tal vez una típula?... Pues eso...

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