miércoles, 29 de octubre de 2008

Un nuevo año de espera

Recibo esta mañana un correo. Luego la llamada de Federico, el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Alicante, dándome aviso de que el próximo lunes día 3 de Noviembre se celebra la inauguración del Concurso fotográfico, y cuentan con mi asistencia. Naturalmente ninguna de mis fotos ha sido elegida entre las ganadoras. ! Yo ya no sé que fotografiar para poder ganar alguna vez ¡ Y eso que este año había apelado a los instintos mas básicos de cualquier ser humano... la comida ¡¡¡ ! Pues ni por esas ¡ Y ahí tenéis una de mis fotos presentadas, con el titulo de "Miguelitos de La Roda, envidia del Camino Francés". A la vista de esa maravilla, ¿Quién no sufre inmediatamente de una repentina y exagerada salivación? ¿Quién puede quedar impasible ante el espectáculo de tanta crema y azúcar glasé, y no votarme la foto como una de las mejores?
O bien los miembros del jurado ya venían comidos... o son todos un atajo de rencorosos y vengativos diabéticos. ! No lo entiendo ¡
Pero volvamos al relato de mis aventuras. Tras la vuelta a casa después de aquellos días en León, en la que tanto habíamos disfrutado, la cruda realidad y de nuevo la monotonía parecían que iban a repetirse como en años anteriores. Pero esta vez la cosa fue algo diferente, ya que a los pocos días de la vuelta, recibí la llamada de mis amigos vascos, anunciándome que el hermano de Esperanza no había superado su enfermedad, y había muerto en Madrid. Que tras la precipitada salida de León, ya en la capital, el hermano había empeorado con rapidez hasta su fatal desenlace, y hacia allá que volvían a dirigirse para el consiguiente sepelio.
Algo mas alegre fueron las numerosas llamadas a Rafa, El Vecino de Abajo, que andaba todavía por su segundo Camino, ya felizmente en territorio español, acabado su algo accidentado periplo por tierras de los gabachos. Mantenía con él una casi diaria información de su avance, primero por el Pirineo navarro, luego por La Rioja donde el vinillo de la zona hacía estragos en él, mas tarde por tierras de Castilla. Y ya a principios de Octubre con su entrada en Galicia. De todas aquellas llamadas, recuerdo especialmente una que me hizo, estando en Estella, preguntándome por el nombre del asador en el que un camarero gay, confundiendo carne con pescado, nos había tomado un año antes a Javier y a mi por una pareja de maricas. O la de su paso por Mélide y luego en Santiago. Disfrutábamos ambos con nuestras cortas charlas telefónicas. El, porqué lo estaba viviendo y experimentando de nuevo. Yo, porque recordaba todos aquellos momentos vividos en anteriores ocasiones y sobre todo aquella estancia por la zona gallega, que tan querida, especial y evocadora me era. Era como si los dos estuviéramos en el Camino, ya que las imágenes me regresaban a la mente, a medida que me indicaba los pueblos por los que había pasado en esa jornada. Y me producía esa sana envidia, que suele decirse.
Luego, también en Octubre, y tal como rememoramos la semana pasada, aconteció el inicio de este blog, con lo que cada día la monotonía de cada año quedaba disipada con la entrada diaria y consiguiente ejercicio de la memoria relatando las peripecias.
Mas adelante, pasados unos meses, en Febrero del 2008, de nuevo las salidas por el Sureste, alguna que otra etapa ya relatada aquí con inmediatez de reportero periodístico, y de las que comentaré mas cosas, una vez agote el tramo entre León y O'Cebreiro de este mismo año.
Y casi sin querer, llegaba el periodo de la preparación del tramo anual. Ya en marzo, Javier desde San Sebastián preguntaba las fechas en que volveríamos a caminar juntos, pues en el banco donde trabaja debían establecerse con antelación los periodos vacacionales de los empleados. Poco a poco volví a tener el gusanillo metido en el cuerpo, y frecuentemente visitaba las paginas web del Camino o consultaba mi guía para estructurar convenientemente las etapas, o disponía los lugares de mi entrenamiento para, este año, acometer las duras subidas de Foncebadón o del Cebreiro. No tan rápido como hubiera deseado, pero las fechas iban acercándose y aumentaba mi ilusión progresivamente.

1 comentario:

Unknown dijo...

Ahora como tienes que salir un poco mas de la autovia ,se empieza a perder la sana costumbre de parar , en la mitad geografica mas o menos en el viaje a madrid.
Pero esos " miguelitos siempre apetitosos"
No te " me achiques guate" TUS FOTOS SON BUENAS.