miércoles, 19 de diciembre de 2007

A "Anonimo" y a Rafa de Almeria

Me encantan los comentarios, pues me dan ocasión para hacer un alto en la narración, y tratar otros temas. Deberé ante todo agradecer a Anónimo por sus visitas al blog, y contestando, decirte que efectivamente le doy mucha importancia a los amigos. Existe un dicho que pienso que lo expresa a las mil maravillas: "Quien tiene un amigo, tiene un tesoro". Un tópico. Una frase hecha, pero que encierra una verdad como una catedral de grande. Después de la familia, a la que tu no eliges pues te viene dada, ¿quien mas llena tu vida? ¿quien comparte tus alegrías, tus momentos de ocio e incluso los malos momentos? Los amigos sin duda. Y además los puedes elegir tu mismo. Es un tópico también que en cada familia, uno tiene un cuñado al que hay que echarle de comer aparte. Algunas veces, las menos, en los malos momentos quien suele darte tu apoyo, quien se preocupa mas por ti y trata de ayudarte suele ser aquel amigo que tu no esperabas que se comportara mejor que algunos de tu propia familia. Ya digo... las menos, pero suele ocurrir.

Por mi forma de ser, le doy una enorme importancia a la amistad, y suelo ser uno de esos de los que se dice: Es muy amigo de sus amigos.

Pero no creas que esto me ha venido por hacer el Camino de Santiago. En el Camino siempre he tratado de cultivar amistades. Pero creo que esta forma de ser mía, se debe de una anterior etapa de mi vida. Concretamente de cuando practicaba baloncesto en mi club, el Club Atlético Montemar de Alicante. El espíritu de jugar en equipo desde muy joven, codo con codo, con tus compañeros sin darte cuenta te forma también como persona y te imprime el caracter. También se suele decir de cierta gente en el terreno deportivo: "Es un hombre de equipo" y en eso me convertí yo, pues tras dejar la practica deportiva continué trabajando en aquel club en otros menesteres.

Cuando Rafa, de Almería, comentaba ayer en el blog que no veía bien que las granadinas anduvieran haciendo turismo por su cuenta, montando en avionetas, retrasándonos en nuestro ritmo, tiene toda la razón. Lo lógico hubiera sido no esperarlas, continuar y que fueran ellas las que nos alcanzaran o nos buscaran en el final de la etapa. Pero tanto a mi, como a Alberto y a MªJesús, nos ocurría algo extraño y dificil de explicar con palabras. Si las granadinas nos estaban con nosotros era como si nos faltara algo. Y a pesar de que pueda parecer que eran unas pesadas e iban a su bola... y efectivamente lo eran... era como si el grupo que formábamos y que tan bien nos iba, estuviera roto y debíamos esperarlas para recomponerlo. ¿Es eso amistad? Pienso que si. No era imprescindible esperarlas... pero lo hacíamos para poder disfrutar de su compañía, de sus ocurrencias, de su eterno parloteo.

Rafa... recuerdo, en tu primer Camino, el que hicimos juntos y que pronto relataré en estas paginas, que por las molestias que acarreabas en una rodilla tu no podías seguir nuestro mismo ritmo, y siempre te quedabas atrás. Pero siempre te esperábamos, bien en un bar del camino tomando un refresco, bien a la entrada de un pueblo para comer todos juntos, y siempre al final de la etapa para entrar en el albergue y tener sitio todos juntos. Tu mismo nos pedías que te dejáramos andar a tu propio ritmo, pero nosotros conseguíamos que en algún momento nos alcanzaras... por que sin ti faltaba algo. ¿Quien nos tenia que contar aquellos chistes tan graciosos o los skechs de Faemino y Cansado? ¿Quien? No te olvidabas ni una coma. Incluso cogías alguna ramilla de alguna planta para simular el eterno cigarrillo de Faemino (la copa de coñac hubiera sido ya demasiado) Nos faltaba nuestro Rafa, nuestro amigo... el que completaba el grupo.

Yo mas bien creo que: "Dios los cría, y ellos se juntan". Y que unos seres maravillosos, cada uno de una manera de ser, cada uno con su propio carácter, pero todos sin igual, se me juntaron sin saber porque, y yo simplemente me aproveché para hacerme amigo suyo. Disfrutar, en una palabra, de su amistad.

Anónimo pregunta si me gusta ir solo o prefiero la compañía de gente que ya conozco. Pues la verdad es que prefiero la compañía de mis buenos amigos, sin lugar a dudas. De hecho, con Rafa teníamos el proyecto, este mismo año, de haber andado juntos por Francia, pero al final no pudo ser. Estos días he podido morirme de envidia leyendo sus peripecias, aventuras y alguna que otra desventura, en dos o tres de sus etapas por Francia entre Septiembre y Octubre, y que relata magistralmente a pesar de ser aun un borrador en su Diario. ! Lastima que debido a sus estudios no pueda abrir su propio blog y todos pudiéramos leer de sus vivencias en el camino !
Este mismo año, he podido hacer el tramo entre Burgos y Leon con otros amigos mios y de Rafael, que muy pronto iremos conociendo ya que, cronológicamente, se acercan mis etapas por Navarra en las andamos juntos. También en esta ocasión conseguí, por fin, que mi mujer nos acompañara en al menos una etapa. Esta era una ilusión que tenía. Que mi mujer me acompañara y finalmente pudo hacerse... y espero que tengamos una nueva ocasión de andar juntos. Aunque ella no lo sepa, practicamente ha echo el Camino conmigo todos estos años, ya que cuando voy caminando en solitario, ensimismado en mis pensamientos o penando por llegar la final de una etapa, voy hablando mentalmente con ella, como si estuviera a mi lado. Es una forma de evadirme que he adoptado para liberarme de malos pensamientos, negativismos que te asaltan cuando las cosas vienen mal dadas. Pero si lo pienso bien, debe ser algún juego del subconciente que aflora, cuando lo que realmente me pasa es que la añoro, la hecho de menos y me gustaría que disfrutara conmigo de este Camino.
Pero cuando no puedes coincidir con los amigos, pues salir en solitario tampoco esta tan mal. Quiero decir que, empezar algo en solitario no es ningún drama. Mira bien que digo "empezar" porque, una vez en la ruta, es solo cuestión de tiempo encontrar amigos con los que hacer un buen y agradable grupito.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que hablaba mentalmente con ella, dice. Pero bueno, sí nos daba unas parlotadas de la "princesa pa arriba y princesa pa abajo, que pa que te cuento",claro, yo que iba a hacer? decirle que me dejara andar a mi ritmo, sí "pa" cuando la vi por primera vez ya la conocía mejor que a mi vecina... que a sea sí que me gustaría conocerla bien.