martes, 11 de diciembre de 2007

Noche de fiesta

Aun resacoso por el vinillo, pero ya mas descansado, salí he hice compras de ultima hora. Después de andar mas de una semana mi cuerpo no se resentía en absoluto, sin embargo la Visa empezaba a tener agujetas de tanto entrar y salir de los cajeros. Y máxime cuando compré el regalo de MªDolores, un magnifico collar de azabache, pero aquel era uno de los gastos mejor realizados ya que mi mujer se lo merece... simplemente por aguantarme.


Llamé a Rafa, el ovetense y quedamos para cenar en el famoso restaurante Casa Manolo, famoso al menos entre los estudiante y peregrinos por lo barato de sus menús y el ambiente que da su moderno diseño, totalmente fassión. Una vez conseguida mesa, cosa que no fue fácil, y haber cenado muy a gusto, nos enrollamos a hablar con el encargado de lo mal que le iba al equipo de fútbol local, el Compos. Tema manido, pero que te da mucho juego para iniciar conversación con desconocidos.

Rafa había quedado allí con Martin, y me anunció que nos íbamos de juerga por los pubs del casco antiguo. Y ahí nos tenéis en la foto. Yo algo retrasado y manteniendo el equilibrio gracias a que me cogía a la barra. Rafa, impertérrito con su inevitable Ducados en la mano. Yo fumo mucho, pero debo reconocer que Rafa me superaba con creces, y me asombraba que durante las marchas no perdonara y dejara el cigarrillo. Martin, el escocés, como el que no ha roto en su vida un plato, posando aun con sus pantalones cortos y su riñonera. El elemento de la camiseta negra solo es un buitre que intentaba aprovecharse del tirón de nuestro escoces, que las mataba callando y tenia a todas las jovencitas rendidas a sus pies, y aunque esta foto pueda hacer pensar que eramos cuatro gatos, no menos de 15 chicas nos acompañaron a los numerosos garitos que recorrimos, y todas encariñadas con el pecoso extranjero.

Con un par de gin tonics... justo mi limite para empezar a hacer tonterías, y siendo mas de las tres de la madrugada, con solo unas pocas horas para descansar, pues mi tren salía a las 9 de la mañana siguiente, me despedí de mis dos amigos, con la esperanza de que pudiera ser que nos volviéramos a volver a encontrar.

De Rafa, nada mas supe de él, salvo por Alberto y MªJesús, que lo encontraron al año siguiente por su hospital a punto de iniciar el Camino del Norte. De Martin, si tuve noticias... pero no adelantemos acontecimientos. Roto por el cansancio y algo achispado me dirigí al hotel, pedí a la recepcionista que me despertara a las 7, metí como pude mis cosas en la mochila y me deje caer en la cama para dormir unas horas.

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