miércoles, 23 de abril de 2008

Visita a la Catedral

Estoy de acuerdo con Gambin. Lo siento mucho pero, David Bodanis... !!! quedas nominado de este blob... y no vendrás a la paella... por listo ¡¡¡ Bueno, si invita y paga él... nos lo pensaremos.
Aquella mañana en el hostal San Juan de Burgos, no fue una excepción, y a las 6,30 de la mañana los peregrinos que pernoctaban allí empezaron a tirar de las cadenas y cerrar puertas a golpetazos. Salí a la calle sobre las 8 y enseguida me dí cuenta que mis deditos de los pies, al aire, con mis chanclas de playa y mi pantalón corto desentonaban. El frío era de aupa, con lo que "esprinté" hasta la Catedral para entrar en calor. Aquello no abría hasta las nueve, con lo que entré en la zona de culto, por la plaza de Santa María, y oí misa admirando al sangrante Cristo de Burgos. Luego desayuné, dos veces, en un local lleno de yoopies que iban al trabajo. A las nueve en punto, y provisto de un MP3 que hacia de guía de lo que iba a ver, entraba por la Puerta del Sarmental y empezaba la visita de la Catedral.
El aparato iba desgranando y explicando cada punto de interés por el que iba pasando, deteniéndose minimamente para dar el justo tiempo para el desplazamiento del turista, con lo que la contemplación de todas aquellas capillas, retablos, imagenes y obras de arte debía hacerse como en la mili... a la puta carrera. El aparato no podía pararse ni rebobinarse manualmente, pero no me ofusqué y decidí seguir al ritmo marcado hasta el final, para luego de algún modo, volver a hacer la visita ya por mi cuenta. Mas tranquilo y relajado.
Sin duda que de no haber alquilado aquel aparatejo, no hubiera disfrutado de todas aquellas interesantísimas explicaciones y habría salido de allí habiéndolo visto prácticamente todo, pero desconocedor de la historia y circunstancias de cada elemento que había expuesto. Así, en dos tantas, quedé como cualquier cateto con la boca abierta ante el Papamoscas en el momento de dar las horas, o ante la magnificencia de las capillas de la Purificación y de los Condestables de Castilla. Las explicaciones de la maravillosa Escalera Dorada, obra de Diego de Siloé, que salvaba, con sus 39 escalones (como en la famosa película) el desnivel con la calle Ferrán Gonzalez o el retablo del Altar Mayor, con su Santiago Matamoros, no me hubieran impactado y agradado tanto sin conocer sus orígenes. Recuerdo especialmente que cuando estaba sentado ante el Altar, justo al lado de las tumbas del Cid y su esposa Dña. Jimena, con la exquisita sillería del coro a mi espalda, del aparato surgió un extraño ruido, como de derrumbe de una edificación... era el inicio, con efectos especiales incluidos, del relato de como una noche del mes de Marzo de 1.539 había caído el cimborrio, la cúpula de la catedral, y de como y por sufragio popular las gentes de Burgos habían hecho reconstruir y reparar su hermosa catedral.
Continué la visita recorriendo las capillas de San Juan y de Santiago, la girola, el museo catedralicio y por fin el claustro, dándome cuenta que el tramo de aquel año había sido especialmente productivo en cuanto a la contemplación de monumentales iglesias y monasterios, siendo aquella catedral (para mi, una de las mas bonitas de España) digno colofón del recorrido artístico, tras recrearme en Navarrete, Santa Maria de Najera, la catedral de Santo Domingo o el Monasterio de San Juan de Ortega. Y aún me quedaban por ver la Cartuja de Miraflores y el Monasterio de las Huelgas, que dejaba para el día siguiente. Había sido uno de los años mas interesantes en este aspecto.
Tras mas de 3 horas de gira turística, empachado de arte sacro, me fui acordando de que pronto tocaría comer. Antes, en el momento de devolver el MP3, compré en la tienda de la catedral mis primeros regalos, entre ellos un colgante o collar de una preciosa cruz para MªDolores, que ella desde entonces suele ponerse en las ocasiones especiales.
Luego la foto con Bartolo, que a ningún peregrino o turista puede faltarle y que utilizo para iniciar esta entrada, y dando un paseo fui pensando en la Olla Podrida que pensaba comerme. Con lo que.... atención, atención... Mañana foto gastronómica de las que dan envidia, hacen salivar y motivan el comentario.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy un anónimo, que visista frecuentemente este blog, es muy interesante y me gustan mucho los relatos y comentarios.
No sabía de el mercadillo que se ha montado, lo digo por que yo vendo unos apartamentos en Murcia. Interesados, ponerse en contacto en este blog.
Muchas gracias, lo de la paella, tiene que ser buena cosa, espero colarme también ahí.

Anónimo dijo...

Buenos días:

Me vais a volver loca ¿no decis que la paella es en Valencia y el arroz en Alicante? Al final lo terminaré diciendo como en Córdoba: nos vamos de perol. Que no es ni más ni menos que un arroz guisado en el campo.

Ya veo que de la pregunta que os hice sobre el fútbol, no contestais ninguno.

Besos