Hoy comento el libro de Reyes Calderón, de 495 paginas y editado por RBA Editores este mismo año 2008. Esta autora vallisoletana, solo había escrito con anterioridad una novela "Las lagrimas de Hemingway" siendo sus anteriores libros de temática historica.
En esta segunda novela continua con el genero de suspense e intriga, donde los asesinatos en serie se suceden dentro del ambito eclesiastico de la ciudad de Pamplona y Monasterios de la zona, que ella tan bien conoce al cursar sus estudios y licenciarse en economía y filosofía en la universidad de Navarra.
Lo novedoso de este libro es que el hilo conductor y protagonista, es el personaje femenino de una jueza instructora, que no sin ciertas dificultades, consigue avanzar por una complicada investigación policial. Reyes Calderón por medio de su personaje transita no solo por la practica policial, los procedimientos judiciales y el Derecho Canónico, sino que esboza con maestría los motivos vocacionales de sacerdotes y cenobitas, ya que entre los diferentes personajes hayamos envueltos a altos cargos de la Iglesia e inumerables monjes benedictinos, actores secundarios de la trama, objeto de los asesinatos, pero que quedan perfectamente retratados, bien definidos y reconocibles.
Aspecto concretos de medicina legal y practicas forenses también dan una idea de lo bien documentada que trabaja esta escritora, pero donde surge la mayor sorpresa, es en el tratamiento que da a su protagonista como madre y esposa. Sin cursilerias pero con los problemas cotidianos de cualquier ama de casa, que ademas es trabajadora, sea cual sea su actividad o cargo publico.
También debió requerir especial atención la actividad del día a día en un monasterio, acercándonos a un modo de vida que a todos nos queda un tanto lejos y desconocido, aplicándose a ello con un especial cuidado y cariño con estos simpaticos personajes dedicados a la vida contemplativa, la oración y sus pequeños huertos.
Sin embargo con las altas instancias eclesiasticas y los sacerdotes acomodaticios, no se corta para cargar las tintas de la critica.
Cada personaje es retratado con detenimiento, incluso a veces con excesivo detalle, pero sin trapasar el limite que llevaría al aburrimiento, logrando superar con exito el desafío de conseguir un buen libro, a pesar de que el desenlace final parezca una tanto rápido y facilón, y que el titulo parezca sacado de una galletita de la suerte de un restaurante chino.
No obstante la novela se deja leer sin dificultades, a poco que el lector se deje llevar por la acción que en ella nos cuenta.
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