jueves, 26 de junio de 2008

La Roda-Minaya

Tras el parón de Hogueras retomamos el Camino del Sureste. Antes, recuerdo a todos, que mis fotos de estas pasadas fiestas se encuentran en un album de Picasa. También animo a la concurrencia a pasarse por el blog de Rafa Gambin, en el que el amigo hace igualmente un gran despliege de fotografías, además de insertar un cartel con unos sorprendentes efectos.
Mañana, supongo y espero que habrá que cantar loas a nuestra Selección de futbol y su clasificación para la finalísima.

Era el sabado 19 de Mayo 2007 cuando estaba prevista la siguiente etapa por el interior de la provincia de Albacete. Salida a las 7,30 de la mañana y enseguida explicación de Antonio Gomez sobre las características de los 21 Kms de la etapa del día, para posteriormente amenizarnos el viaje con un CD de fotos tomadas por Juan Romero cuando realizó, junto a su esposa, una gran parte del Camino del Sureste. Muy bonitas y espectaculares fotos de los numerosos lugares por los que pasaron, pero inquietante la proliferación de pabellones polideportivos y rincones de iglesias donde hubieron de pasar muchas noches durmiendo en el duro suelo.

Antes de llegar a Albacete, una oportuna parada en Chinchilla, para tomar un rápido café en el bar El Volante, desde donde tuvimos la ocasión de ver de bastante cerca su famoso castillo. De nuevo en ruta y llegada a La Roda donde el autobús nos dejó junto a dos inmensas chimeneas de alguna olvidada fábrica sobre las 10,30. Nada mas iniciarse la etapa, inesperadamente Berín sintió una indisposición que la hizo tener que regresar hasta el pueblo para visitar una farmacia. Nuestro Presidente, Federico así como Marichel y Juan Romero, dos de nuestros guías, quedaron para esperarla, y mas aún, llamaron a un componente de la Asociacion de Amigos del Camino de La Roda, que con su coche y haciendo dos viajes, los reintegró a todos hasta el grupo principal cuando para entonces ya llevabamos un par de kilometros recorridos.

El camino del Sureste esta vez coincidía con La Ruta de Don Quijote, una senda que la Comunidad de La Mancha intentaba potenciar adecuando el sendero con plantación de abundante arbolado y riego por goteo a fin de hacer atractiva la caminata. Un dinero tirado, ya que no parecía que aquello fuera muy transitado ni usado.
El paisaje muy bonito como venía siendo habitual en las diferentes etapas anteriores, con la primavera en pleno apogéo, dando a los sembrados de cereales un verde espectacular.

También aquella senda, y en un lugar determinado, era punto de encuentro con la Ruta del Levante a Santiago, punto este del que me informó Juan Romero, siempre preocupado y estudioso de todo lo que hace referencia a Santiago, y con el que anduve durante unos kilómetros en animada charla. Siempre da gusto escuchar a este hombre por sus conocimientos del asunto, aunque deben dosificarse bien estas charlas, pues es de los que cuando empiezan a hablar nunca saben cuando parar.

El sol iba calentándonos de lo lindo, con lo que las previsiones eran de una etapa dura debido al calor. A las doce del mediodía, por fin parabamos para almorzar y descansar, todos sudorosos, buscamos la sombra de la tapia de un antiguo cortijo y de los pocos árboles del lugar para dar cuenta de los bocatas y sobre todo de las botellas de agua. Tras el refrigerio, conocí a Pepi, una amiga de Berin que nos acompañaba por primera vez en estas excursiones, y que tenía serias dudas de poder acabar la etapa en condiciones. Fuimos animándola, haciendo ver que aquello no era nada, que cualquiera podía hacerlo, a pesar de que cada uno interiormente sabía que aquella iba a ser un etapa considerada de las durillas debido al torrido sol. Pepi, acabó perfectamente la etapa, o al menos eso dijo, incluso que repetiría, pero nunca mas se supo de ella. Señal de que conseguimos engañarla con nuestras mentirijillas piadosas una vez, pero no mas... Santo Tomas.

No hay comentarios: