Entro esta mañana en el blog de Rafa Gambin. ("Vivirconcancer", con vinculo en Mis Favoritos) Y me encuentro con El Senador MacCain, candidato republicano a las presidenciales estadounidenses, deseándome un feliz Camino de Santiago con el mas puro acento tejano. Le votaré a el, ya que ni Rajoy ni Zapatero me llevan en sus programas electorales ni a nada relacionado con el Camino. Y pienso...¿para cuando una subvención para esto? ¿Para cuando un bocata de jamón gratis a cada caminante?... Mejor aún, ...cuatrocientos euros y yo ya me compraré el jamón.
También veo el comentario de Rafa de Almería, él siempre tan corrosivo con los guiris, pero echo en falta unas palabras sobre el mercantilismo en que se está convirtiendo este milenario Camino, donde hasta el mas tonto ya hacía relojes. Sobre todo la Xunta de Galicia, que ojo avisor a la posibilidad de negocio, se marcha hasta Japón para inundarnos los albergues en el Año Santo (el gran día de mercado) esta vez de chicos de ojos rasgados. Calladitos y sonrientes, eso si, pero ¿No eramos ya suficientes?
Y paso a comentar la etapa de ayer sabado por el Camino del Sureste. Decia el viernes que era repetición de las mismas etapas de años anteriores, pero estaba en un error, ya que los miembros de la Asociación, en previsión de que pudieran ser aburridas, han dedicado parte de los meses de invierno en buscar nuevas posibilidades con rutas alternativas, aprovechando la Ruta del Cid o la del Poeta Miguel Hernandez.
Ningún año estoy atento, y casi siempre me pierdo la primera etapa. Pero a esta segunda no podía faltar, con lo que cargado con mi botella de agua y mis bocatas congelados del día anterior a las ocho de la mañana me reencontraba con los compañeros del Sureste, y llegabamos a Orito antes de las nueve. Breve visita a la iglesia donde solo dos feligreses oían la misa e inmediatamente iniciabamos la marcha. Ya en el bus habíamos iniciado la charla y puesta al día de noticias. Sobre todo con mi amiga Berín, y esa fue la tónica del viaje, que continuamos durante los pocos kilómetros hasta Monforte del Cid, pueblo en el que siempre me acuerdo de Rafa Gambin y la ballena, por una de sus peripecias acaecida hará mas de treinta años.
En Monforte tocaba almorzar aunque solo llevabamos media hora en la ruta. Lo hicimos la mayoría en un parque del centro, donde yo fui quitándole la escarcha a mi jamón de york. Luego un rápido café en el mismo bar donde nos perdimos mi hermana y yo el año anterior, pero en esta ocasión junto a Ana, una peregrina a la que apenas había tratado hasata ahora, pero que se convirtió en todo un hallazgo por su simpatía, su amena conversación y su risa fácil.
Resultó que Berín, tal y como prometió, entraba asiduamente en este blog, y estaba al cabo de la calle de todo lo que cuento aquí. Ademas había pasado la dirección a Crecen, Fini y a Tere, su cuñada, con lo que el blog estaba siendo seguido por varias de mis compañeras, aunque sean de la legión de los no comentaristas. Incluso Berín se postuló y apuntó para la escapada al Camino en Mayo, vendiendo el tema, y muy bien, entre el resto de amigas, lo que supuso otras posibles viajeras... tal vez Crecen, para no ser la única mujer de la expedición.
El camino hasta Petrer, los casi 21 kms. de la etapa, los hicimos en una agradable charla, llena de bromas y risas. Fue una etapa que, a pesar de continuas subidas y bajadas, se me hizo muy agradable por el excelente ambiente que se creó de manera espontánea.
El paisaje, salvo en algunos tramos con obras del futuro AVE, y otros en que tuvimos que transitar por alguna carretera comarcal sin tráfico, era el propio de nuestra provincia en esta época del año, viñedos embolsados, almendros ya perdida la flor, pero de momento ausencia absoluta de las amapolas. Atravesamos algunos barrancos que en invierno tenían un aspecto mas agradables y menos aridos de lo acostumbrado, los aledaños de la mole montañosa de la Silla Del Cid, zonas de chalets y bungalow en la proximidades de Petrer, y finalmente llegada hasta sus primeras calles cuando apenas eran las dos de la tarde.
La subida a la Iglesia de San Bartolomé, donde las vidrieras, curiosamente, tienen solo motivos de Moros y Cristianos, y luego a la ermita de San Bonifacio y el Cristo, aún mas arriba, nos sirvió para tener una excelentes vistas de Petrer y Elda y para hacernos unas fotos del numeroso grupo, 60 peregrinos, un autobus completo.
Una vez en las inmediaciones del campo de futbol, lugar en el que ya nos esperaba el bus para el regreso, buscamos un bar donde comer, y lo encontramos cerca del Centro Comercial del Vinalopo. En la cervecería Karpa compramos las bebidas y sacamos los bocadillos, los frutos secos y la latita de atún de Berin. Mas tarde aparecieron las galletitas, los datiles y las tabletas de chocolate para el postre. Con una de estas tabletas, una de chocolate con higos, se consiguió continuar con las bromas y chanzas, y así llego la hora de regreso a casa, y a las cinco, algo cansados pero muy contentos por un dia genial, en el que las risas fueron una constante durante toda mañana, y donde incluso la climatologia fue nuestra aliada con un día de sol y casi calor, nos despedimos hasta el dia 14 de Marzo en que volverémos a otra de estas etapas del Sureste.
Un café en el Iruña con MªDolores, que siempre gusta de venir a recogerme a la llegada, y subida a casa para la reconfortante ducha. Ahora a esperar la nueva salida, y que esta vuelva a ser igual de agradable.
domingo, 24 de febrero de 2008
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