Ante la numerosas peticiones... incluyo la foto de la silla de mimbre tipo Emmanuelle. El autor no se hace responsable de las ideas calenturientas que "alguno" pueda hacerse sobre abogados milaneses, sacos de dormir y puntos suspensivos varios.
Y diré que aquella noche dormí estupendamente. No fue así el despertar. Habíamos alquilado en el hostal una habitación triple. Yo ocupaba una cama individual, y los canarios la de matrimonio.
No hubiera aceptado ningún otro trato al respecto. ! Para que luego digan por Almería que yo voy rompiendo........ corazones.¡
A las seis de la mañana, me despertó un sonido metálico y acompasado... el golpeo sobre la acera de la punta de acero de unos bordones de peregrino. Acompañaban al ruido unas conversaciones en idioma alemán. Ininteligibles pero fluidas, claras y a la vez tremendamente molestas para el que duerme. Me desperté y comprobé con estupor que mis canarios había dormido con la ventana abierta de par en par. Y el flujo de madrugadores turistas alemanes pasaba justo debajo de ella. El efecto relajante y tolerante que me habían suscitado el lechazo y los gin tonics de la víspera, y las horas de sueño, se esfumaron de pronto. Y aún faltaban los grupos de franceses, que suelen salir diez minutos después pero son mas ruidosos. De buena mañana y ya me entraban ansias asesinas, como cuando oigo por la radio al despertar a Jimenez Losantos.
Los canarios, que tampoco debían ser inmunes a los ruidos, hacían como que dormían. Yo puse la televisión para igualar las putadas, mientras me lavaba, me vestía y desayunaba.
Me pidieron que los esperara en la calle, y acordándome del plantón y la lluvia de Santo Domingo, les dije que sí, pero nada mas llegar a la calle inicié mi etapa poniendo tierra de por medio.
Pronto dejé atrás el Hotel Belorado y la gasolinera junto a la carretera, para pasar junto a un parque recreativo donde unos extranjeros habían plantado tiendas de campaña, pasado la noche y en aquellos momentos desayunaban. Verles desayunando caliente, y el fresquete que hacía a esas horas por el campo, hicieron que me entraran una ganas enormes de tomarme algo caliente, ya que todo mi desayuno había consistido en un par de actimeles. Y pensando que en el siguiente pueblo podría hacerlo puse la directa.
En Tosantos, con solo un pequeño albergue parroquial y 57 habitantes censados, esperar que el bar estuviera abierto a las siete de la mañana era pecar de optimista. En un intento de dar tiempo al mesonero para que abriera me senté a esperar en un banco, fumándome varios cigarrillos.
Un buen rato después apareció Jesús de avanzadilla. Por lo visto Pedro había ligado con una alemana y venía mucho mas atrás, supongo que practicando o iniciándose en el idioma germano.
Dispuesto a no verlos, ni a él ni a la teutona, reinicié la marcha poniendo mis esperanzas de café en Villambistia a solo 3 kms. Pero nada abierto, ni allí ni en Espinosa del Camino a otros tres.
Pero en este último pueblo coincidí con los tres "jubiletas" crevillentinos, con los que fui haciendo el camino en animada charla. Dos de mis nuevos compañeros ya habían realizado el Camino con anterioridad, con lo que nos pusimos a recordar etapas anteriores como Zubiri o el Alto del Perdón, así como las etapas gallegas, sobre todo las de O'Cebreiro a Samos. Hablamos de las Fiestas de Moros y Cristianos de Crevillente, que serían en un par de semanas, en Octubre, por San Francisco, y así fuimos recorriendo kms. a un muy buen ritmo, ya que podían ser jubilados, pero estaban en muy buena forma. Llegué a pensar en "adoptarlos", o que lo hicieran ellos conmigo para el resto de etapas hasta Burgos, pero la diferencia de edad y que pensaban quedarse en el siguiente pueblo, me hicieron desechar la idea.
Y a las 9,30 alanzábamos el cartel de Villafranca Montes de Oca, cruzábamos el puente sobre el río Oca, y tuvimos a la vista el bar-hotel El Pájaro. Desde la distancia pude apreciar como numerosos camioneros entraba y salían del bar... allí estaba esperándome mi bien ganado y caliente café con leche. Y alguna otra sorpresa en forma de extraño peregrino.
miércoles, 9 de abril de 2008
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3 comentarios:
Me parece muy egoísta por parte de los canarios, que no compartieran la cama de matrimonio contigo (como dije antes, más vale solo que mal acompañado).
Lo de escuchar a Jiménez de Los Santos por las mañanas, yo que tu me lo miraba, no vayas a acabar dando golpes de estado en nombre del Imperio Español y de la Santa Fe, y apadreando homoxesuales.
Hola, soy Nora, besos a todos en general y a MD en particular, ¿que tal Alberto? al fin me decido a escribir; he de decirte que estoy enganchada al Blog.
Creo que Rafa el vecino de abjo tiene razón ¿has controlado si los picos de subida de azúcar se corresponde cuando escuchas por la mañana la radio? controlate (el azúcar.
Buenos días:
¡Ay peregrino!, que delicado te noto. O sea, que te vas a dormir con dos canarios, que no sabemos si roncan o silban, te joroban lo que pueden durante las etapas y resulta que te molestan unos humildes alemanes. Tres tiarrones en una habitación tan pequeña, que yo he visto la foto y con la ventana cerrada. Para algo bueno que hace el canario y tu te quejas. Tenías que haberte quedado en el Albergue, ya sabes que es mucho mas divertido.
Hasta pronto
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