sábado, 31 de enero de 2009

EL FUEGO

Si la semana pasada comentábamos "El Ocho", la primera novela de Katherine Neville, hoy lo hacemos con "El Fuego", la segunda parte, veinte años después, de aquella primera obra.
Decíamos la semana anterior que el éxito de aquel libro radicaba en la originalidad de entrecruzar dos historias separadas varios siglos entre ellas, para finalmente hacerlas coincidir en una trama actual. Hasta entonces no se había hecho nunca y de ahí surgió un Best Sellers.
Cuando oímos el viejo aforismo de "nunca segundas partes fueron buenas" tenemos en este segundo libro la total confirmación, ya que Katherine Neville parece limitarse a repetir las mismas pautas que le fueron bien antaño.
Casi todos los personajes repiten presencia aquí. Si cuando la Neville hablaba hace 20 años de las dificultades de dar vida a una obra con 64 personajes, ahora podría estar diciendo que como ya estaban creados se vio en la necesidad de crear otros tantos... con lo que su nueva novela se convierte en un maremagnum de nombres que dificilmente se recuerdan durante la lectura.
De nuevo sitúa la acción en diferentes épocas de la Historia, y de nuevo aparecen personajes históricos que participan activamente en un trama imaginaria. Pero lo hacen de una manera tan deslavazada, tan faltos de un verdadero significado o importancia sustancial en lo que nos cuenta que en varias ocasiones su inclusión parece totalmente gratuita. Totalmente prescindibles, para llegar a un final plausible.
Esto hace que la atención se disperse continuamente en historias paralelas, influyendo negativamente en la concepción global de la novela, disminuyendo la comprensión de la historia en sí. Y esta historia que nos cuenta es un calco, pura y simplemente, del libro anterior con el mismo argumento y parecidas situaciones. El factor sorpresa, que encandiló la vez anterior, brilla aquí por su ausencia, y nos encontramos con 543 páginas de "deja vue".
No me cabe duda que Katherine Neville ha realizado un ingente trabajo de documentación, (tiempo tuvo en 20 años). No solo eso, sino que a tenor de las 4 o 5 paginas de agradecimientos y reconocimientos a la infinidad de personas que la ayudaron y asesoraron sobre no uno, sino decenas de asuntos, que ella misma relata debiéndolos clasificar por temas, parece intentar a ultima hora echar algo de luz al increíble bodrio de libro que le acabo saliendo. Pareciera, de esta manera, que por cumplir con cada uno de los que le ayudaron, quiso dar cabida en el libro a todos ellos... y el resultado, desgraciadamente, es un pastel algo indigesto, que no cubre ni de lejos con las excelentes expectativas creadas alrededor de su nueva obra.
Fallecidos que finalmente no murieron; personajes que viven eternamente tras ingerir "tisanas" de las piezas del ajedrez; viajes por todo el orbe de la tierra sin sentido alguno, salvo el de incluir a etnias dispares, chamanes improbables, etc...; y hasta la aparición de una especie de "pelotón suicida" de vascos afincados en Washington o que pasaban por allí, que a Dios gracias, intervienen poco en esta "opereta"... Todo ello junto con demasiadas preguntas sin respuestas con cargo final a un Ajedrez de Carlomagno del que en 1.988 ya le había sacado todo el jugo.
Pero imagino que la pela... es la pela. En este caso los dolares de las ventas que no me cabe duda que ingresara a espuertas. Pero si hace 10 o 15 años cuando los lei, me encantó el primero, así como "El Circulo Magico" o incluso "Riesgo calculado", de este debo decir que me parece un libro totalmente prescindible y decepcionante.

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