miércoles, 21 de enero de 2009

Llegada a Astorga

Tras cruzar el río Tuerto, a la salida del pueblo, tuvimos a la vista Astorga de la que nos separaban un par de kilómetros en linea recta siguiendo la carretera. Pero algún listillo debió pensar que aquello resultaba demasiado fácil y una flecha nos desvió hacia el campo. Tras un corto trayecto encontramos un área de descanso junto a algún antiguo albergue, cerrado en la actualidad. Como debería estar mi boca y mi cabeza con el asunto del dolor de muelas, que al encontrarnos allí a la joven alemana sevillana comiéndose un bocadillo, apenas si la saludé de pasada, casi sin hacerle el menor caso olvidándome que hacía solo una hora la misma chica me había producido una apasionada taquicardia y mis ojos casi se habían salido de sus órbitas al verla por primera vez. Es lo que tiene el amor... que esta en el aire... y el simple soplo de una ligera brisa o un dolor de muelas, trastoca cualquier buena intención.
Continuamos por aquel sendero de tierra hasta alcanzar un pequeño polígono industrial con alguna fabrica, luego algunas viejas casas abandonadas amenazando ruina, para encontrarnos con un pequeño puente romano de piedra sobre un ramal del Tuerto. ! Estaba claro ¡ El motivo de aquel rodeo que acabábamos de dar, alejándonos de la carretera, no era otro que pasar por el dichoso puente, Una vez hecho esto, (la foto junto al puente es mudo testigo) el sendero giraba drásticamente a la izquierda para llevarnos de nuevo hasta la referida carretera, única manera de poder salvar el complicado entramado de vías férreas de la Estación de Renfe que se encontraba en la zona.
Desde donde nos encontrábamos podíamos ver, bien arriba, las murallas de la ciudad, los tejados de infinidad de edificaciones, entre ellas varias iglesias y conventos, así como las cúpulas del Palacio Gaudí y las agujas de la Catedral. Aquello tenía todos los síntomas de que acabaríamos el día subiendo alguna cuesta. !! Y vaya si subimos ¡¡
Antes fuimos sorteando varias rotondas, pasamos por una gasolinera, otra rotonda... y de pronto comenzamos a ascender una pronunciada cuesta. Nos costó bastante, pues en el final de una etapa, cuando ya casi estás viendo las duchas, cuando ya casi puedes oler la comida que te espera en el plato, una nueva dificultad de esta índole rompe todos los esquemas y hace temblar las piernas hasta del mas fuerte.
Llegamos hasta una nueva calle, poco antes de pasar a través de una antigua puerta de las murallas llamada Puerta del Sol, pensando que ya habíamos subido todo lo habido y por haber, pero no era nuestro día. Al menos no era el mio. De nuevo un giro indicado con una flecha nos ponía ante la verdadera cuesta de aquella etapa. !! Que subida, señor ¡¡ No es que fuera muy larga, apenas unos doscientos metros. Pero... como sería de empinada que a lo largo de aquel trayecto encontramos hasta dos señales de trafico indicando que la pendiente era, primero de un 20%, para unos metros mas adelante señalizarla con un 22%. ¿Como llegamos hasta arriba?
Y sobre todo ¿como llegué yo en mi lamentable estado? La verdad es que no lo sé... pero llegué, y justo allí, en lo alto de la cuesta, vimos el albergue en todo su "esplendor". Y entrecomillo la palabra esplendor porque la fachada tenia su retranca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ma.Carmen, ya me ha explicado Alberto todo tipo de florituras que tengo que hacer para acceder a tú blog, y como dice el chiste, de momento me quedo como estoy, así que desde aquí, aprovecho para felicitarte por la buena noticia que nos dabas del próximo nacimiento de tú nieto. El motivo de querer hacerlo en tú blog, era por si te hacía ilusión tener comentarios en él.
Respecto a las fotos que ilustran el blog de Alberto, decirte que a María Dolores le hace justicia la fotografía y aunque personalmente a los demás no os conozco, si puedo decir que verdaderamente estais todos muy guapos, aunque no hace falta que yo lo diga, a la vista está.
Bueno lo dicho, FELICIDADES,
Ya nos cuentas,
Un beso a todos los seguidores de este blog.

P.D.: Y a tí Alberto,(no solo por haberme dejado abusar de tú blog), comentarte que me lo paso muy bien leyendo todos los días tus peripecias por esos Caminos, tendrás que hacer más para que no pares de contarnos, aunque nos conformamos con cualquier otras historias, como vienes haciendo hasta ahora.
berín