jueves, 15 de enero de 2009

Mi piedra para Cruz de Ferro

Hacía rato que habíamos perdido de vista a la alemana sevillana. Hacía rato que el sendero se había convertido en un tobogán, con continuas subidas y bajadas. Hacía rato que, a lo lejos, una vez subíamos alguna de aquellas pequeñas lomas, veíamos abundante vegetación, como si se fuera anunciando un bosque. Hacía rato que cierta molestia en una muela me venía preocupando.
El camino, pedregoso desde hacía varios kilómetros empezaba a hacerse monótono. Y de pronto, tras coronar la centésima loma, nos encontramos con una bajada de lo mas empinada. No muy larga. pero realmente agresiva y ya definitivamente con los arboles rodeándonos. Recuerdo que nuestra conversación giró sobre la posibilidad de encontrarnos con algún jabalí o cualquier otra clase de alimaña que se aventurara al borde de la ruta, pues lo agreste y solitario de la zona, la cantidad de matorrales que crecían bajo las encinas y robles hacían presagiar que aquel lugar debía contener abundante caza, circunstancia que nos certificaban los numerosos carteles de cotos privados que nos encontrábamos cada cierto tiempo.
Negociamos la bajada con tiento, manteniendo el precario equilibrio entre piedras, algunas de ellas enormes, y las correnteras y surcos formados por las lluvias. Y cuando nos encontrábamos ya casi al final de la cuesta nos encontramos con un gran peñasco sobre el que descansaban infinidad de otras piedras, mucho mas pequeñas, que los peregrinos habían ido trayendo y colocando allí formando pequeñas pirámides.
Solo las dificultades por las que estaba atravesando Esperanza en la bajada nos hicieron detenernos a esperarla. Y en ese momento mirando distraidamente aquel pequeño batiburrillo de rocas fue cuando reparé en una que parecía tener algún tipo de escritura sobre ella. Curiosee y agarré aquella piedra para encontrarme que los signos, escritos con algún tipo de rotulador indeleble, debían corresponder a algún idioma asiático. Japonés o coreano a primera vista. Completamente ininteligible para mi, pero de cuyo conjunto de letras reparé en una palabra castellana allí escrita... Astorga ¡¡ Y sí prestáis atención a la foto que dejo en la entrada, podréis apreciar como la palabra se ve bastante clara al comienzo de la tercera linea empezando por abajo. Entre tanto garabato infecto... el nombre de la próxima ciudad de cierta importancia que nos encontraríamos en la ruta.
La curiosa piedra nos causó verdadera impresión a los tres amigos, máxime cuando debíamos haber visto, pisado, tropezado, al menos con varios centenares de miles de piedras idénticas en las ultimas horas, no solo sin prestarles la mas mínima atención, sino que veníamos maldiciendolas por importunar nuestro caminar. Y precisamente aquella, que algún peregrino de ojillos sesgados había dejado allí para la posteridad después de haberle dedicado un buen rato a plasmar, vaya usted a saber qué poesía o pensamiento místico de su cosecha.
Inmediatamente recordé que era tradición entre todo peregrino que se preciara, el acarrear consigo alguna piedra para dejarla a los pies de la Cruz de Ferro, un hito del Camino de Santiago que deberíamos encontrarnos dos días después en nuestra ruta. Decidí de pronto que aquello debía quedar depositado entre el millón de piedras que forman una verdadera pirámide junto a la sencilla cruz de hierro. Interiormente, algo me decía que el pobre japonés que la había dejado allí mismo, no se sentiría demasiado contento con mi proceder. Pero con un breve acto de contrición, seguí mis bajos instintos que me impelían con hacerme con aquel objeto y cargué definitivamente con él en mi mochila.
Durante un buen rato me olvidé de la alemana, de las correnteras, del calor, de encuentros fortuitos con jabalíes desbocados. Incluso de aquella molestia que me martilleaba en la boca y que me hacía sentir como si fueran los latidos de mi corazón. Solo pensaba en el coreano o japonés al que acaba de expoliar de manera tan descarada e insensible.
La piedra en cuestión aún tiene mas historia... pero todo a su tiempo. En su debido momento tendrán ustedes cumplida cuenta de ella.
Ahora, solo espero no haber desatado las iras del millón y medio de "chinorris" y que todos ellos se pongan a mandarme malsonantes comentarios afeando mi conducta de aquel día. Pero espero, aún mas, que su venganza no suponga mil ofertas de articulos fabricados en Honk Kong, qué para eso ya tenemos a los ingleses... y sin ir mas lejos... mil tiendas de todo a cien en nuestras ciudades regentadas por sus compatriotas. !!Que se busquen la vida en otro blog... porfa ¡¡

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días:

Acabo de ver, con verdadero asombro, que entre los seguidores de tu blog no figuro cosa que, como podrás comprobar, no me ha hecho ninguna gracia. Que sepas que lo primero que hago todos los días es mirar tu blog, el de Rafa y el de Nereida, que por cierto ha escrito y como verás está mucho mejor.

Así que, si no quieres que me dedique a vender objetos en tu blog como hacen los guiris, ya me estás añadiendo.

Igual de desencantados estarán el vecino de abajo, Berin, MD, etc...

Espero que cuando llegue a casa y mire el blog nos tengas realmente a todos tus seguidores.

Muchos besos.

P.D.: VIVEFELIZ necesita de todo. Por favor, daros una vuelta por allí. Gracias

Anónimo dijo...

이어야 하드, pepinno의 조각 스페인어, 그리고 나는 한국의 날, 철분의 십자가에서 날 수 있도록, 그리고 확실하지 똑같은 빌어먹을 Japó, 행운을 물린 자국에 대한 애정이 말을 AMABLE 아시아 호랑이

Anónimo dijo...

Pero , bueno que le haces a los
giris , que tan mal te quieren , chico aprovecha y vendeles , algo , una , cancion por ejemplo , yo la canto, pero tu tienes que poner la letra y , el vecino de abajo ,elegir la musica (las chicas que hagan palmas ).ANIMO QUEDE ESE RETO EN ESTE BLOG TAN INTERNACIONAL.........................................