Alcanzamos el Crucero de Santo Toribio. Este no es lugar ni monumento demasiado renombrado entre los peregrinos. Pero es un lugar con historia ya que según la leyenda, allí se detuvo Santo Toribio, obispo de Astorga en el siglo V, cuando habiendo sido falsamente acusado de un delito, fruto de las rencillas y politiqueos que nuestra madre iglesia acostumbraba a deparar en otras épocas (incluso hoy día se da algún que otro caso) fue obligado a marchar de su sede. Llegado a este punto, desde el que se tiene una magnifica panorámica como se puede apreciar en la fotografía, y mirando por ultima vez su ciudad, se sacudió las sandalias diciendo entonces, algo resentido, "De Astorga, ni el polvo."
En desagravio, años o siglos mas tarde la urbe acabó por nombrarlo su Santo Patrón. Y en esa misma explanada donde se me puede ver y donde está erigido el crucero y el mirador, se celebra cada año una romería el segundo lunes de Pascua con masiva afluencia de astorganos.
Tomadas las fotos iniciamos la bajada a San Justo de la Vega por una vía empedrada muy cuidada. La cosa había virado hacia el marrón oscuro... y a cada paso que daba mi muela se resentía enviándome latigazos de dolor. Lo que con anterioridad no pasaba de molestia, se había convertido en un intenso dolor muy preocupante. El miedo a tener que suspender mi tramo por un inoportuno dolor bucal se había instalado en mi animo y la preocupación me tenía desorientado y dubitativo. A medida que alanzábamos me fui concienciando que debía buscar una solución, y drástica, al nuevo problema. Todo pasaba por comprar algún tipo de medicamento en la primera farmacia que encontrara, y esta debía aparecer cuanto antes, ya que nos acercábamos a las dos de la tarde, hora de cierre de todo comercio que se precie.
Creí ver el cielo abierto cuando al llegar a la primera calle de San Justo reparé en la cruz verde parpadeante de una botica. Yo de ordinario, siempre tengo en casa alguna caja de Augmentine 875 desde que un dentista me lo aconsejara y resultara mano de santo para mis frecuentes indisposiciones odontológicas. Pero cual no sería mi sorpresa cuando, una vez llegado mi turno en la cola, la farmaceutica me negó la venta del medicamento, argumentando que en Castilla y León no estaba permitida la venta de antibióticos sin receta. Desplegué todo mi encanto... utilicé mi mejor sonrisa... eché mano de mis mejores bromas y chistes.... le explique que era peregrino y que aquello era una urgencia especial... pero "qué si quieres arroz Catalina". Niet. La farmaceutica, inexplicablemente para mi, se mostraba impermeable a mis numerosos encantos y seguía en sus "trece" de no facilitarme solución inmediata a mis cuitas. Me aconsejó que, una vez en Astorga, me dirigiera a urgencias del ambulatorio y consiguiera la correspondiente receta medica. ! Vaya con la lista ¡ Para pasar la tarde en la urgencia de un sanatorio estaba yo... !!No ves que no, petarda ¡¡
Salí maldiciendo mi mala suerte en arameo... pero ahí estaba Esperanza con su mochila y con su bolsita de costado del que, cual cuerno de la abundancia, empezaron a salir tiritas, algodones, un pintalabios rojo del numero 12, una libreta de apuntes, dos bolígrafos, medio croasant del desayuno de dos días antes, un llavero del naranjito con dos llaves de casa... y sorpresa, sorpresa... un sobre de un medicamento anti inflamatorio... que me dijo era por si la menstruación o la menopausia le daban guerra (con casi 60 años, eso hubiera sido un milagro...) El caso es que, sacando la madre que toda mujer lleva dentro, y utilizando la botellita de agua que llevaba también en la bolsa, vertió el contenido del sobre que agitó con un ímpetu y un vigor desorbitado, mandándome que ingiriera sin paladear demasiado. Así lo hice, aunque he de reconocer que con poca fe en aquel medicamento. No sé porque, pero pensé que lo que podía ir bien para la menstruación fracasaría con mi dolor de muelas. Empecé a darle vueltas en la cabeza a mi situación e incluso a sopesar seriamente el pasar una tarde en un hospital de Astorga o ha gastarme los cuartos en una clínica dental que solucionara de una vez por todas mi mayúsculo problema. !!Qué mala suerte, chicos ¡¡
3 comentarios:
Alguien me puede indicar como acceder al blog de Ma.Carmen para hacer un comentario, lo he intentado unas diez veces entrando desde este blog, como lo hago con el de Rafa Gambin, y no lo consigo.
Saludos,
berín,
Berín, tienes un poco complicado entrar en mi blog. Me lo creó Rafa poco antes de su recaída. Entre el poco tiempo que yo he tenido para introducir cosas y lo suyo, lo único que hay son unas fotos mías y de Córdoba. Poco más. Espero que sus problemas se solucionen y me oriente, aunque no creas que tengo demasiado tiempo. Si quisieras algo, nuestros amigos comunes tienen mis direcciones de correo electrónico y te las pueden proporcionar, sin ningún problema.
Un beso para todos.
P.D.: No dirá el peregrino que no luce más su portada son las fotos de MD y mía (seguidoras fieles donde las haiga), aunque sigo echando de menos a alguien ¿quién puede ser?
DESDE LUEGO COMPAÑERO, COMO PUDO SER TAN ASQUEROSA LA FARMACÉUTICA ESA PARA RESISTIRSE A TUS ENCANTOS?
MENOS MAL QUE ESPERANZA ESTUVO ALLÍ, PARA QUE TUS MUELAS DEJARAN DE MOLESTARTE Y EVITAR QUE MANCHARAS LAS SÁBANAS O EL SACO EN ESTE CASO.
LA BUENA DE ESPERANZA NO SABE QUE NOSOTROS TOMAMOS LA PÍLDORA.
UN ABRAZO.
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